Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

miércoles, 24 de marzo de 2021

Jugar sin enseñar las cartas.

Este post está basado en un borrador antiguo, pero muy retocado.



OTRAS FÓRMULAS FAMILIARES.

Parece consolidada la formula de matrimonio entre personas del mismo sexo. Aunque con detractores que se resisten a aceptar sin reticencia.

Por lo que no sé si la estrategia en curso está dando el resultado esperado, más allá de la satisfacción de sus partidarios. Que, más o menos, está basada en la orgullosa proclamación de la homosexualidad y la reclamación de un lugar en la sociedad en paridad con la heterosexualidad, cuyo buque insignia es el matrimonio gay.

Lo digo porque, por ejemplo, se sabe, o se cree saber, que un destacado líder político es homosexual. Y no se dice en ningún medio de comunicación porque se consideraría un insulto. O se hacen veladas alusiones tomándose a cachondeo al personaje. Eso indica que la aceptación universal está aún lejos de alcanzarse.

En la presente situación para que se puedan casar dos hombres o dos mujeres tienen que "salir  del armario" ¿Y si no quieren salir? ¡Pues no se casan! Lo cual me parece injusto.

Por lo que me parece conveniente englobar los matrimonios existentes dentro de otra categoría más amplia. La de ALIANZAS FAMILIARES cuyo núcleo serían dos personas dispuestas a crear y mantener una familia.

En esta nueva categoría estarían las formas de matrimonio vigentes y  algunas más.

Tales parejas no tienen por qué mantener necesariamente relaciones sexuales. Pudiendo estar formada por hombre y mujer, o dos hombres, o dos mujeres. Cuya unión está fundamentada en la voluntad de nuclear una familia de modo leal y responsable.

Con tal enfoque la sexualidad no es condición indispensable en la constitución del núcleo familiar 

¿Con qué fin defiendo el matrimonio asexual o con sexualidad secreta? 

Para que se pueda jugar sin enseñar las cartas.

Con lo que la sexualidad se restringe al ámbito exclusivamente privado. Quedando  fuera del interés público.

Por otra parte habría casos en los que los dos miembros de estos núcleos familiares pueden tener prohibida la sexualidad y ser consecuentes con tal prohibición si es que tienen relación previa paterno-filial o fraternal.

De este modo se podrían matar dos pájaros de un tiro: 

Que se formen familias que hoy no tienen viabilidad y que reportaría muchos beneficios a las personas afectadas en cuestiones tales como propiedades compartidas, protecciones sociales, derechos hereditarios, etc.

Y que las uniones entre personas del mismo sexo estén resguardada del oprobio que hoy por hoy padecen esos matrimonios entre gente que no respeta la ley, porque si hay o no hay relación sexual entre los cónyuges es un asunto privado y no es publico, salvo que los cónyuges quieran que lo sea. Y a la vez se beneficien de los derechos expuestos en el párrafo anterior.

Es de suponer que esta fórmula  motive la crítica de los partidarios del orgullo gay. Pero hay que reconocer el derecho de la gente a no ser un mártir. Y si hay dos personas resueltas a formar una familia, honrada y responsable, sin que ello le lleve al calvario, me parece que no hay que privarles de esa posibilidad.

¡Digo yo!




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