LA MISTERIOSA AL ÁNDALUS.
La extensión de Al Ándalus fue variable a lo largo de la historia. Al principio llegó a ocupar casi toda la Península Ibérica, e incluso pasó a Francia. Pero más tarde se extendía hasta el Duero por occidente y hasta Zaragoza por oriente. Y por el sur una buena parte del Magreb.
En cualquier caso Al Ándalus ya no existe. Es un estado fantasma. Pero ¡cuidado con los fantasmas!
Pongo un ejemplo fantasmagórico:
Entre 10.000 y 1.000.000 de años el territorio que hoy ocupa el Sahara no era un desierto. Tenía un clima templado con lluvia y vegetación abundantes.
Y uno se pregunta ¿dónde está esa agua?
Pues está debajo de la arena.
En Libia la bombean y la conducen mediante tubería a la capital y a otras localidades cerca de la costa donde hay un desarrollo humano más fácil.
Y en Egipto venden botellitas de plástico que contienen agua para beber y en la etiqueta se indica que es agua fósil, a mí me sobró una botellita de agua que traje de vuelta ¡pero era de una marca que fabrica cocacolas ¡Y no tuve el reflejo de traerme una botella de agua fósil! De agua de hace 10.000años! Claro que el agua que sale del grifo tendrá la misma edad ¡Pero no está etiquetada!
Y Al Ándalus ¿dónde está?
Como tal ¡en ningún sitio!
Pero habrá dejado rescoldos...¿Dónde están esos rescoldos...?
Hace muchos años visité por primera vez la Fundación Gulbenkian, en Lisboa, y este verano por segunda vez.
La primera vez estaba más como El Rastro, nadie se ofenda, y la segunda como el Louvre.
Me gustó más la primera vez. Porque esa colección era como la de un coleccionista, más o menos corriente ¡pero infinitamente mejor! Y la segunda como el Louvre, pero infinitamente peor.
En aquella primera visita había una cantidad ingente de alfombras, y en la segunda pocas, pero fastuosas.
En la primera vez había alfombras persas, turcas, afganas, chinas y más, que no puedo recordar y también había una cuya procedencia no puedo olvidar ¡Era de Al Ándalus!
En la segunda visita no la encontré y le pregunté a una vigilante. Me dijo que no sabía, que estaría "en conservación" señalando con su dedo índice derecho, repetidamente, al suelo.
Aquella vez anterior me sorprendió que aquella alfombra la habían tejido en un país que hoy no inexistente. Y lo más sorprendente de todo ¡es que es el mío!
España, evidentemente, no es un país musulmán. Tampoco es cristiano, por lo menos formalmente.
¡Pero hay muchos musulmanes! Que habrá a quien le moleste, pero a mí desde luego no.
Pensaba, que España peninsular sin un régimen musulmán ¡no puede ser de ninguna manera, ni en ningún grado, Al Ándalus!
Ergo Al Ándalus se ha extinguido...
Pero luego caí en la cuenta, de que Al Ándalus a lo largo de su historia se extendía o mermaba, y en periodos de mayor extensión comprendía territorios que hoy son del Magrev y puede que también de El Sahel
Territorios siguen siendo musulmanes...Y desde luego Ceuta y Melilla, donde conviven desde siempre cristianos, musulmanes y judíos.
Si bien tenemos una evidente fraternidad con habitantes de América.
Luego, necesariamente tenemos una inexcusable fraternidad con los habitantes del norte de África, especialmente con los marroquíes, porque sus territorios formaron con los territorios de España el estado de AL ÁNDALUS.
Actualmente la colonia de emigrantes más numerosa en España es la de Marruecos, con más de un millón de personas...
¡Y no pasa nada!
No pasa nada más que visto como lo veo Al Ándalus, como el agua del Sahara tiene un secreta "vida freática".
Agua que, debidamente tratada, contribuye actualmente a la alimentación de mucha gente...
Y cultura que debidamente tratada puede contribuir al "alimento espiritual" de mucha gente de uno y otro lado del Estrecho de Gibraltar.
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