EL REINO DE SEVILLA.
Se me ocurrió, y se lo dije a mi amiga Eva, porque ella puede que tenga de donde para darle cuerpo a esa idea: hacer un ente cultural, una exposición se me ocurrió a mí, pero podría ser otra cosa, para desvelar un genio soterrado: EL REINO DE SEVILLA.
Porque tiene que haber algo muy grande que nadie ve, pero que tiene que existir necesariamente.
Una cultura
¡Un culturón del copete!
Porque si uno se asoma a GOOGLE y pregunta por el Reino de Sevilla se encuentra que eso era una región, o algo así, de la Corona de Castilla desde el siglo XIII hasta 1.833
¡Ahí es nada!
Y si se ha formado un culturón en tres siglos en América de habla española ¡Qué no se habrá formado en el suroeste de España en el doble de tiempo!
Pero no se nota nada.
Y ¿por qué no se nota?
Pues seguramente porque los ciudadanos de los territorios que hoy son Huelva, Cádiz, Badajoz y Málaga no les apetece que se diga que son sevillanos, porque ya son onubenses, gaditanos, pacenses o malagueños respectivamente y no verán la necesidad de llamarse nada más.
Porque si se reconoce que toda esta gente es del antiguo Reino de Sevilla ¡pues serán sevillanos!
Creo que esas cosas no tendrían que molestar ¡pero molestan!
Y porque molestan esas cosas ya no se dice Hispanoamérica a la parte de América de habla española.
Ni Iberoamérica a la parte de América de habla española o portuguesa.
Sino Latinoamérica ¡como si allí se hablara el latín!
Y al Instituto de Cultura Hispánica le han cambiado el nombre a Instituto de Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo por lo mismo.
Pero insisto, esa cultura del suroccidente español tiene que existir y seguro que existe. Pero para que exista totalmente hay que reconocerlo.
Como existe una cultura propia que comparten España y América de habla española.
El que eche de menos el Reino de Sevilla y quiera sacarlo de las tinieblas que lo hacen invisible no es porque padezca un trasnochado nacionalismo que quiera resucitar.
Porque la redistribución de los territorios españoles en provincias que hizo Javier de Burgos por encargo de la Regente María Cristina en 1.833 está requetebien.
Porque modernizó nuestro país que estaba atomizado en señoríos realengos o de abades y marqueses.
¡Cómo voy a echar de menos eso!
Como no echo de menos ni tengo nostalgia de una Corona de España que se extendía por casi toda América.
La independencia de todos esos países está muy bien. Ese imperio español y ese reino sevillano están muertos y bien muertos.
Lo que está muerta es esa realidad política, que existió, pero que ya no existe.
Pero no está muerta esa realidad cultural ¡que está vivita y coleando! que compartimos los americanos de habla española y los españoles. Por lo que infiero que la cultura de las provincias y los pueblos que formaron el Reino de Sevilla no estará muerta. Aunque lo parezca.
Y hay que darle un besito a esa bella durmiente para que vaya desperezándose en beneficio de todos.
Lo que se me ocurre para salvar la situación, y que no se me ofendan los sevillanos, es que podríamos ponernos al tajo de emerger esa secreta cultura de ese territorio que antes comprendía los territorios de las modernas provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz (pongo el orden que viene en GOOGLE) algunos municipios de Badajoz y la Depresión de Antequera llamándolo con otro nombre, distinto al de "ANTIGUO REINO DE SEVILLA", como por ejemplo "CULTURA DEL SUROESTE DE ESPAÑA".
Quiero decir, por último, que a mí, que soy onubense, lo de ser sevillano del antiguo Reino de Sevilla no me molestaría nada.
Pero ya se sabe cómo somos...
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