EL SÍNDROME DE LAS
MUÑECAS RUSAS.
Ya se sabe que las muñecas rusas
son muñecas huecas, que tienen la misma forma pero distinto tamaño y que cada una contiene otras.
Entre regiones y ciudades pasa
algo parecido porque la nación contiene regiones, estas provincias y estas ciudades y pueblos.
La diferencia principal entre las muñecas
rusas y las comunidades es que entre las primeras no hay conflictos ¡cómo los
va a haber si son seres inanimados! pero entre las segundas sí, al ser seres
animados ¡muy animados!
"Si España es una nación, Cataluña
también lo es ¡independencia!"
"León no tiene que estar
englobado en Castilla y Valladolid no tiene por qué ser su capital ¡independencia!"
"Cartagena no tiene por qué ser
un pueblo de Murcia que no tiene por qué ser su capital ¡independencia!"
Y así hasta el infinito...
Porque tal sentimiento en algunos
casos está muy agudizado, pero es muy general, más de lo que parece.
Se aduce el argumento del
igualitarismo ¡pero no puede ser! Si las muñecas rusas fueran todas iguales no
cabrían unas dentro de otras y no serían tales.
Aparte de que se defiende el
principio de igualdad hasta que se alcanza porque inmediatamente el que era más pequeño
quiere seguir creciendo para engullirse al otro...
¿A qué se debe tal fenómeno?
¡Al gran prestigio que tiene el
despotismo! Porque eso de mandar y que te obedezcan mola cantidad...
Es que el englobante no tiene por
qué sojuzgar al englobado.
Mira por cuantas el que lleva la
batuta, el instrumento que menos suena, es el que más prestigio tiene.
Que el dirigente condicione exclusivamente
al dirigido... ¡Eso es despotismo!
Para que no lo sea el dirigido también
debe condicionar al dirigente, de modo que los actos gubernamentales sean
compartidos. Que es lo que me parece que mantiene mi amigo Juan Ignacio
¡Y a mí
me parece de perlas!
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