EL GÉNERO NO MARCADO.
Esta mañana hemos acompañado a
nuestra hija, que está embarazada, al médico ¡todo perfectamente! y en primer
lugar la recibió un sanitario que le pasó un cuestionario. Me fijé en el cartelito
que lucía bajo su clavícula izquierda que ponía "MATRONA".
No se trataba de una mujer, sino
de un hombre. Regordete, calvo y con poblado bigote.
El cartelito es perfecto, porque
lo que indica es lo que debe indicar: que esa persona ejerce la profesión de
matrona. Y el que sea hombre o mujer no viene al caso. Si uno tiene curiosidad
no hay que mirar el cartelito, sino el bigote.
Esto nos lleva a un memorable
artículo de El País del 8 de marzo de 2012, cuyo autor es el académico de La
Española D. Pedro Álvarez de Miranda, titulado "El género no marcado".
En dicho artículo dice el autor
que la economía es esencial en la lengua. Por lo que basta decir, por ejemplo: "Hay hombres que son muy cultos y otros menos", y con ello quedan abarcados hombres y mujeres.
Y que en este caso, y en muchos
más "hombre" no es del género masculino, sino del género "no
marcado". O sea, neutro verdaderamente.
¿Y cómo se puede diferenciar que
una palabra es de género masculino o de género no marcado?
Pues por el contexto.
¿Hay que inferir que en la lengua
castellana el género no marcado, o sea el neutro, tiene la misma forma que el
género masculino?
Pues no necesariamente como se
deduce del empleo de la palabra matrona, que tiene la terminación
característica del género femenino para indicar tal oficio. Que ejercen tanto mujeres
como hombres.
Cabe preguntarse ¿a qué se debe
que lo más frecuente el género no marcado sea igual que el género masculino?
Pues seguramente se deba a que
históricamente las mujeres se dedicaban mayoritariamente a trabajos doméstico y
los hombres a trabajos extra-domésticos.
No obstante hay excepciones, como
matronas y enfermeras. Por lo que lo suyo sería que los géneros no marcados de
tales profesiones fueran "matrona" y "enfermera". Lo que pasa es que
"enfermero" no suena mal y ha prosperado, mientras que "matrono"
suena de pena, por lo que el cartelito del que estamos hablando me parece de
perlas.
Mucho me temo que el tema este
del "género no marcado" no sea del dominio público, por lo que la
gente poco versada en cultura gramatical vea machismo donde no hay tal, sino
economía. Por lo que políticos y sindicalistas buscan conservar puestos, y los emolumentos correspondientes, con la cantinela de "ciudadanos y ciudadanas, españoles y españolas" etc.
Es claramente más económico "ciudadanos"
que "ciudadanos y ciudadanas", por lo que en semejantes casos ser
"políticamente correctos" supone ser "gramaticalmente
incorrectos".
Pero claro, para ser cultos hay
que esforzarse y estudiar mucho , mientras que para ser incultos no hay que
tomarse tanto trabajo.
O sea que, contradiciéndome,
tengo que admitir que es más económico ser inculto que culto, y por ello preferible...
Preferible no, pero para quien quiera conseguir más votos es preferible comerle la oreja a los incultos, porque hay más, y los votos valen todos lo mismo.
¿No?
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