Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

jueves, 8 de diciembre de 2016

Estar al loro.


NUE

NUE es el acrónimo de Naciones Unidas de España.

No creo que tal vaya a realizarse nunca, por estorbo de la ONU, pero lo que tendría mejores perspectivas sería EUE, Estados Unidos de España, como hay Estados Unidos de México. Que luego no habría que decir nada de "Estados Unidos" que para eso está USA, sino tan solo España, como se dice simplemente México.

Pero parece que la orientación es otra, más probablemente Reino Unido de España, como hay Reino Unido de Gran Bretaña.

La cosa no está clara y no veo que ni la clase política ni la prensa estén por aclarar nada. Parece que haya más interés por pescar en río revuelto que en aguas claras, y no les inquieta la posibilidad de que les salga el tiro por la culata.

Tendría que ser del dominio público que hoy por hoy no hay más que tres clases de regímenes políticos: CENTRALISTA, FEDERAL y CONFEDERAL. Y como el centralismo está de capa caída, pues solo dos federal y confederal.

Ejemplos de centralismo fue el franquismo, de federalismo los Estados Unidos y de confederalismo la Unión Europea.

Nuestro sistema actual, el Estado de las Autonomías es anómalo, porque sin ser centralista no deja de serlo, porque parece que es "multicéntrico", ya que persiste en cierta medida un centralismo nacional y centralismos autonómicos que están en continua competencia. Decía Zapatero, para mí estúpida y peligrosamente, que cuanto más autogobierno mejor. No creo en eso, autogobierno el justo, como gobierno de alcance nacional también el justo.

España hoy por hoy no tiene un régimen de gobierno centralista por lo que habría que eliminar las trazas de centralismo y optar por un gobierno claramente federal o por uno confederal.

Los regímenes federales tienen un núcleo común, el gobierno federal. Con normas de alcance general. Tienen gobierno y parlamentos federales, leyes federales, tribunales federales, policía federal, y se ocupa de asuntos muy generales como diplomacia, defensa, tributación, emisión de monedas y algunas cosas más que son de alcance nacional. Y cada uno de los estados tienen su parlamento, su gobierno, sus leyes, sus tribunales y su policía. Tan diferentes son las leyes en los diversos estados que en unos hay pena de muerte y en otros no.

Los gobiernos confederales son parecidos a los federales pero distintos, porque el núcleo común es más laxo. En la Unión Europea, por ejemplo, los estados integrantes son mucho más autónomos que los de los Estados Unidos, y por ello la acción común es menos unívoca y por ello mucho más débil. En el Reino Unido, que también es confederal, a diferencia de España los estados que lo forman se podrían separar del conjunto dependiendo tan solo de la voluntad la mayoría de los ciudadanos de cada estado. En España en cambio dependería de la voluntad mayoritaria de todos los ciudadanos del Estado Español.

En muchos asuntos la diferencia entre un estado federal y uno confederal es imperceptible, pero la diferencia no debe ser cosa menor, porque a los EE UU les costó una guerra civil.

Si examinamos nuestra historia desde este punto de vista, tenemos que concluir que durante la Casa de Austria España era un estado confederal, formado en principio por tres Estados: el Reino de Castilla, el Reino de Aragón y el Reino de Navarra. Y cada territorio tenía sus fueros, es decir sus leyes particulares. Y la propia España estaba confederada con Austria, por eso está en Viena la corona de Moctezuma, procedente de un territorio remoto del Imperio Austriaco. Con la extensión de España por el continente americano se multiplicaron los estados confederados españoles. Se habla de Las Españas. Y los Virreyes eran los "gobernadores de esos estados confederados"

Con la Casa de Borbón y luego con el periodo napoleónico se impuso el centralismo, con lo que se modernizó la administración pública, se abolieron los fueros que hacían que la legislación fuera farragosa y torpe, salvo los fueros navarros y vascos por razones estratégicas, para ganarse para la causa borbónica el apoyo de esas regiones en la Guerra de Sucesión. Pero la rigidez centralista rompió el cántaro y la avaricia borbónica el saco. Y las Españas americanas se abrieron poniendo agua por medio.

Al inicio de nuestra Transición el diseño era claramente confederal. Con el subterfugio de las lenguas se inventó un palabro "nacionalidades" y con el apellido "históricas" se ocultaba malamente el término fetén, es decir NACIONES.

Realmente estaban resultando cuatro cuasinaciones: la de habla española, la de habla catalana, la de habla vasca y la de habla gallega. Esta última se encontró en el disparadero a causa de su lengua, porque siempre se había mostrado poco separatista.

A las nacionalidades con lenguas distintas de la española se les llamó "históricas". Y a las regiones de habla española les faltó tiempo para decir "¿es que no tenemos historia?" Con lo que todas las comunidades autónomas se pusieron en un plano de igualdad de derechos preservando las diferencias de carácter. Es decir que ese diseño confederal derivó en la práctica al federal.

Pero, en cualquier caso el Estado de las Autonomías es un estado Confederal o Federal imperfecto, por lo que se impone que se perfeccione. Luego lo suyo es que se modifique la Constitución. Y para eso es necesario establecer negociaciones y para negociar hay que dialogar ¡Hasta para independizarse hay que negociar y dialogar! Y para ello dejar de lado los malos modos, por los que hay tanta afición.


Es necesario que las expresiones públicas sean menos lenguaraces y establecer un clima de cordialidad y de claridad. No de turbidez, en la que tanto se confía.




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