CAUSA Y EFECTO.
Causa y efecto parecen fenómenos
distintos, contrapuestos, contradictorios, cuando realmente son extremos de un
mismo fenómeno, como cabeza y cola son extremos de un mismo animal.
Por ejemplo, un terremoto es la
causa de la destrucción de un país o de una región. Pero también es el efecto
del movimiento en las placas tectónicas. Causa que es, a su vez, el efecto de los
movimientos del Núcleo Terrestre y este será el efecto de otra causa,
seguramente...
Los nuevos partidos son, o dicen
que son, la causa redentora de nuestra realidad política. Pero también son el
efecto del batiburrillo que estamos viviendo en el plano político de este país.
Pero ¿de qué causa son efecto?
Se piensa que la causa es la
corrupción que tiene arruinado el panorama político. Pero ¿de qué es efecto esa
causa?
Tengo mi propia opinión. O, mejor
dicho, mi propia sospecha. Sospecho que el quid de la cuestión es la profesionalización de la política.
La política se ha convertido en una
profesión, y eso es un disparate. Porque son profesiones las de los
funcionarios, los servidores públicos. Que cursan sus estudios, preparan y ganan
sus oposiciones, y ejercen sus cargos. Pero, claro, no deben ejercerlos según sus
propios criterios que pueden estar mediatizados por sus interese corporativos,
sino orientados por los cargos políticos.
Los cargos políticos suelen
suplantar las funciones de los funcionarios, porque se sienten maniatados por
las férulas legales. Al suplantarlos los anulan y ponen a realizar el trabajo
que les corresponde hacer a ellos a cargos de confianza. Se multiplican
funciones aumentando los gastos. Pero, por lo menos, combaten el paro entre sus
correligionarios, sus parientes y sus amigos ¡hay que reconocerlo!
Esa conducta la observan por
igual los políticos de derecha y los de izquierda, aunque con matices. Los de
derecha además son de agentes comerciales de los grupos empresariales que
ejercen funciones privatizando los organismos que antes eran públicos, como
hospitales, suministro de agua, sectores de la seguridad pública, etc. Esa
perversión ha llegado a extremos increíbles, como que se llegue a privatizar la
gestión de los hospitales públicos ¡privatizar la gestión de organismos públicos! ¡Y para
qué están los funcionarios!
El nepotismo es el régimen
imperante en nuestro país. Y contra el nepotismo han surgido las nuevas fuerzas
políticas y el decisivo apoyo de los ciudadanos.
¡Aquí hay demasiados políticos! Y
ejercen los cargos políticos demasiado tiempo. Debe de haber pocos políticos.
Debe resaltarse la provisionalidad de esa prestación, ejercer poco tiempo y
volver pronto a la profesión que le sea propia ¡Y debe excluirse a los que no
tengan ninguna profesión! Hay que asumir que quien sea de "profesión
político" no es más que un desocupado y un parásito social.
¡Eso es lo que le jode a la
gente! Esa es la verdadera corrupción.
Las nuevas autoridades que están
surgiendo son incorrupta, entre otras razones porque no han tenido ocasión para
corromperse, pero ¿son incorruptibles?
Eso ¡el tiempo lo dirá!
No hay comentarios:
Publicar un comentario