Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

jueves, 7 de agosto de 2014

Sociedades perfectas e imperfectas.


MARCAPASOS.

Me estoy leyendo un libro interesantísimo: "SISTEMAS EMERGENTES o ¿qué tienen en común hormigas, neuronas, ciudades y software?" de Steven   Johnson.

Para mis entendederas resulta un poco abstruso, pero muy evocador. De ese libro me resulta destacable la idea de marcapasos. Esta palabra tiene en este libro una acepción distinta de la clínica habitual. Marcapasos es el dirigente de una sociedad.

Hay sociedades, como las humanas, que tienen marcapasos y otras, como las de las hormigas, que no los tienen.

Está tan arraigada la idea de que son necesarios los marcapasos que los vemos hasta donde no los hay. Y los colocamos donde no se necesitan. Por ejemplo en la cúspide jerárquica de los hormigueros colocamos a la reina. Y no hay tal. Esa hormiga singular es la madre de todas las demás. Pero no manda, solo pare masivamente.

Como estamos tan convencidos de la necesidad de los marcapasos se colocan sin que se proteste de modo decisivo. Por ejemplo ¿son necesarios los Reyes y los Presidentes? yo diría que no. Pero si son buenos y no hacen cosas molestas, como pillar pelas indebidamente o matar bichos de gran porte, reinarán toda la vida sin que la mayoría de la ciudadanía se oponga con firmeza. Confundiéndose el no obrar mal con el obrar bien.  Y siempre habrá muchos pelotas instintivos que los aclamen.

Pero a veces los marcapasos obran muy mal, enviando a la gente a crueles matanzas o robando a manos llenas, como se ha podido comprobar en estos días.

¿Qué tienen que hacer los grandes marcapasos? Básicamente nada. Meterse en sus palacios y matar el tiempo, por ejemplo, cultivando bonsáis ¿Hubiera hecho tantos bonsáis de haber tenido un curro extenso y absorbente aquel líder carismático? Tienen que recibir y viajar ¡pero los días son muy largos!

En las sociedades sin marcapasos, como los hormigueros, sus miembros, las hormigas, interactúan. Y como efecto de ello hacen lo que tienen que hacer, sin que nadie se lo diga. Interactúan mediante la comunicación, generalmente química, oliendo feromonas, y también táctil. Descubren los nutrientes, proclaman sus descubrimientos, los transportan y  los almacenan. Pastorean y ordeñan pulgones, cultivan hongos. Limpian los hormigueros, entierran a los muertos. Las hormigas soldado descubren y atacan a las enemigas. Los machos fecundan a la reina, etc., etc, En resumen, averiguan lo que hay que hacer y lo hacen.

Las hormigas no son muy listas ni tienen por qué serlo. Sería peor si saliera alguna con inteligencia portentosa porque desbarataría ese orden instintivo.

Más simples que las hormigas son los mohos del fango. Son microbios. Realmente no son mohos, o sea hongos, sino protistas, que son seres unicelulares con núcleo que se juntan formando colonias, llegando a compartir los núcleos.

Pues bien, esos seres tan elementales también saben comportarse inteligentemente como pone de manifiesto el clásico experimento:

Llenan con estos mohos un laberinto que, tiene dos salidas que conducen al alimento. Esperan un rato y los mohos se ponen en fila en los caminos que conducen al objetivo, mientras que los otros que no van a ningún sitio se vacían. Es que, como las hormigas, se avisan químicamente.

¿Somos los humanos diferentes?

En parte sí y en parte no.

En parte sí porque vivimos en pueblos o en barrios de las ciudades, que son como hormigueros, y vamos caminando por las aceras o por las plazas, oímos y decimos, nos enteramos y obramos en consecuencia. Vamos a nuestro curro, generalmente sabemos lo que tenemos que hacer y lo hacemos. Algunos marcapasos se han dado cuenta de ello y en las más modernas oficinas hay lugares de ocio donde los empleados se reúnen informalmente y de ahí surgen fértiles ideas. Más antiguos son los salones de los pasos perdidos que hay en los parlamentos, donde los parlamentarios tienen encuentros informales.

Y en parte somos diferentes porque nos colocan a jefes y capataces.

¿Son necesarios los jefes y capataces? Por lo general no. Cobran más que nadie y no hacen nada. En una orquesta el que más cobra es el que menos suena ¡toca la batuta que es el único instrumento mudo!

¡Pero los marcapasos están muy prestigiados! ¡Todo el mundo pierde el culo por ser director! Cuando yo era niño los protas de las pelis eran los más importantes. Ahora no, ahora es el director. Y hay director de todo. Le preguntaban al "oscareado" director artístico Parrondo que qué es eso de director artístico. Dijo que el decorador de toda la vida. Y que a él lo de decorador le gustaba más.

La verdadera diferencia entre hormigas, mohos del fango, otros seres vivos y las personas es que ellos tratan de satisfacer "necesidades primarias", que son innatas, como alimentarse y mantenerse con vida y reproducirse. Mientras que nosotros tenemos además "necesidades secundarias" que son adquiridas, como ir de vacaciones o tener un coche cojonudo.

Como las necesidades secundarias son inventadas lo que diferencia a lo humanos de los otros seres vivos es que tienen INVENTORES DE NECESIDADES. Que actúan en propio beneficio, sometiendo a los demás.

La humanidad es una clase de hormiguero donde hay hormigas reinas, hormigas obreras, hormigas soldados, y hormigas timadoras, que son los marcapasos.


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