Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

domingo, 20 de julio de 2014

Una de espías.



EL ESPÍA BONDADOSO.

Gracias a un espía estoy vivo.

No quiero decir por eso que en caso contrario hubiera muerto.

Lo que quiero decir, y digo, es que si estoy vivo es gracias a un espía.

Y que en caso contrario, de estar vivo sería por otro motivo.

Nací en Huelva en el año del hambre, en 1940. Aquello debió ser la muerte. La escasez debió ser casi absoluta. Y la supervivencia de los recién nacidos ¡verdaderos milagros!

Trabajaba mi padre en el Puerto de Huelva. Y entre este puerto y el de Ayamonte había mucha relación. Y ente este y el de Vila Real de Santo Antonio en Portugal también la había. El caso es que mi padre tenía un compañero y amigo en el de Ayamonte que a su vez era amigo del vicecónsul honorario del Reino Unido en ese puerto portugués. Y enterados de mi nacimiento decidieron facilitarme la vida, este último le facilitaba al anterior leche en polvo de dieta infantil, que este enviaba a mi padre y que terminaba por ingerirla yo. Y así transcurrió no sé cuánto tiempo ¡ yo chupando del bote!

Por fin un día vicecónsul pasó una gran remesa de latas de leche con un mensaje que, más o menos, venía a decir que ese era el último envío porque habían descubierto que era espía de los aliados y lo expulsaron de su cargo por ese motivo.

A mí esta feliz circunstancia, trivial en el fondo, siempre me había resultado emocionante y romántica. Y el otro día me acordé y se la conté a mis nietos. Que, como esperaba, les gustó mucho.

¡Pues ya veis! Gracias a un espía estoy vivo.

¡Y mami!

¡Y nosotros también!


Dijeron. 


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