Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

sábado, 7 de julio de 2012

La morrocracia.


EN CONTRA DE LAS CASTAS.

Ya sé que todo el mundo un poco progre está en contra de las castas ¡pero no es verdad!

Y que todo el mundo un poco progre está a favor del igualitarismo ¡pues yo no!

¡Nadie es igual a nadie! a lo mejor los tornillos, y no es seguro, pero, desde luego, las personas no.
Los que defiende el igualitarismo son de la clase del cojo que en una multitud asustada porque le persigue un toro grita ¡No corráis que es peor!

Nadie es igual a nadie. todo el mundo es diferente ¡Eso es evidente! Lo cual no autoriza a establecer categorías. Como que tal es mejor. O es peor. Mejor o peor ¿para qué? Que alguien sea mejor o peor en términos absolutos es un sin sentido. Porque para unas cosas uno es bueno y para otras malo.

Todo el mundo es distinto y el establecer una escala de valores es arbitrario y abusivo. Y desde luego pretender que el peor de una clase sea mejor que el mejor de otra es algo absolutamente infumable. Pretender que los blancos sean mejores que los negros, o los alfa mejores que los beta, o viceversa ¡¿De qué?!

No obstante está clarísimo que explícita o implícitamente casi todo el mundo admite que hay una clase superior. 

Para los creyentes en esa clase están reyes, príncipes, magnates, santos, papas, cardenales y obispos.

Mientras que los no creyentes no creen tal cosa...

¡Vaya que no! También creen en una clase superior, compuesta por gente famosa: héroes, políticos incorruptos, sabios, escritores, poetas y artistas, cocineros famosos, directores de cine, etc. Y una clase inferior compuesta por "gente anónima".

Y eso es debido a que la gente siente vértigo si ve que vive en una sociedad sin clases. Se desorienta y se acojona. 

Se suele pensar que el rebaño ha de estar regido por el pastor y sus perros. Y la metáfora es perfecta, porque los pastores ordeñan a sus ovejas, venden la leche y hasta la mierda. Sacrifican los corderos y venden su carne y su piel.

¡Pero libran a las ovejas del lobo!

Es peor el remedio que la enfermedad, porque el lobo es un peligro incierto y los pastores causan un daño cierto.

¡Pues yo no! Yo no creo en la bondad de las sociedades pastoreadas. Creo que nos podemos apañar haciendo cada uno lo que sepa hacer, y lo mejor que pueda ¡que a veces llega a ser alucinante! Y cobrando lo justo, que nunca tiene que ser ni una miseria ni una locura. Y entre todos podremos hacer todo lo necesario para vivir prósperamente, sin tener que mantener  una casta adorada. Que realmente no es más que una pandilla de explotadores, a los que tan solo les motiva el beneficio propio.


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