UN GIRO DE 180 GRADOS.
¡Yo pensé que se piraba!
Y mira que por mí no quedó.
Fui a Ferraz.
En esa concentración tal multitudinaria, tan afectiva y tan ausente de ira y malos modos.
Donde predominábamos los pacíficos puretas...¿Dónde estaría esa juventud?
A diferencia de aquellas iracundas y malsonantes concentraciones en la misma calle de hace unos meses...
Yo, tan amante de la moderación y de las buenas maneras echo de menos en la derecha ¡otros modos!
Cómo le llaman conservadores...
¡Pues vaya unos conservadores! Si estuvieran con esos modos en una fábrica de conservas ¡Se les pudrirían todas!
¡No me acabo de creer que no haya una protesta airada de la buena gente de derechas quejándose de tamaña impostura!
¡Más que conservadores me parecen botulistas!
Yo hice, digamos, todos los deberes, o casi todos, porque a la concentración ante el Congreso no fui, porque no me enteré, pero me adherí a todo lo adherible en favor de la continuidad del Presidente. Y seguí la indicación de escribir una carta al Presidente ¡la escribí!
Y le dije, más o menos, que si me había dicho en su día que lo votara para gobernarme, ¡Y lo voté! Y consiguió el gobierno. Y porque lo estén fastidiando, a él y a su familia, estos zafios derecheros ¡No me puede dejar en la estacada!
Y es que soy consciente de que la publicidad que me llega ¡ME LLEGA A MÍ!
Y le hago caso, o no le hago caso.
Y si le hago caso, el que manda la publicidad contrae un compromiso conmigo ¡y no me puede dar gato por liebre! Ni abdicar de sus compromisos.
¡Luego este Presidente del Gobierno no puede dejar de gobernarme, como había prometido en su campaña electoral, si es que alcanzaba el apoyo de la mayoría en el Congreso de los Diputados. Ni puso en letra pequeña que daría la espantada si es que la caverna mostrara su rostro más genuino!
¿Qué se había creído?
¿Que le iba a poder arrebatar a la caverna el "canasto de la comida" y se iban a quedar tan tranquila?
¡No hombre no!
Como dije al principio, pensé que se daba el piro.
Y según lo iba escuchando a partir de las once, según hablaba, yo pensaba que eso ¡que se estaba despidiendo!
Pero cuando dijo que no, que se quedaba ¡no lo entendía!
¿Le abría dicho su jefe que de eso nada monada?
O es que a lo mejor leyó mi carta...y se lo pensó dos veces...
No hay comentarios:
Publicar un comentario