¡PROBLEMA RESUELTO!
Soy de los que creen que la
diferencia que hay entre jardines y paraísos es que en estos hay serpientes.
Por lo que me gustaría tener al menos una.
Pero a mi chica no.
Puede que la tenga, porque mi
cuñada Marisa vio una vez una en nuestro jardín. Y yo otra vez vi otra, que
como un lápiz flexible y sigiloso desapareció enseguida. Y otra vez apareció
otra muerta en la piscina. Pero claro a repartir entre los más de 30 años que
llevamos viviendo aquí ¡no es mucho!
Hace unos días estuvimos en casa
de Alvarito, mi sobrino, que es el hijo de Marisa.
Y me acordé del asunto. Y como
Alvarito curra en el sector de las mascotas, le pregunté, más por echar el rato
que por otra cosa:
¿Me podrías conseguir una
serpiente, que no fuera venenosa?
Pues sí, Pero lo malo es que el
pienso de las serpientes consiste en ratoncitos vivos, y eso es caro y
engorroso.
Pero yo pensaba dejarla que se
buscara la vida...
Muy bien ¡pero no la verías nunca!
¡Eureka! ¡Problema resuelto! Sería
exactamente lo que pasa ahora: que prácticamente nunca veo serpientes en el
jardín. Puede que sea porque no las haya o porque de haberlas no se dejan ver.
La única duda es que no sé si
estoy en un jardín o en un paraíso.
Pero ya se sabe:
¡En la duda la más madura!
No hay comentarios:
Publicar un comentario