Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

domingo, 13 de diciembre de 2015

¡No hay que pasar malos ratos!

CUESTIÓN DE EDAD.

Tengo un amigo, un buen amigo, que está muy preocupado con su edad. Y eso que es más joven que yo, un año.

Continuamente habla de su edad ¡no lo puedo comprender!

Le jode que le dejen el asiento en el metro ¡pues a mí no! Me satisface comprobar que hay gente bondadosa y amable.

No lo comprendo porque los problemas que no tienen solución no son problemas ¡cómo va a tener menos años de los que tiene! No es posible. Uno tiene la edad que tiene ¡es inevitable! Ergo no se puede evitar, e intentar evitarlo o preocuparse por ello es estúpido.

Por otra parte, le digo, edad tienen los otros, uno no. Recuerdo cuando hice la primera comunión, tenía 8 años ¡iba como un pincel! de almirante, con charreteras doradas y negros zapatos de charol. Bajé corriendo las escaleras, vivía en un primero, y al llegar a la calle veo una piedra en el suelo de lo más a huevo ¡y le di una patada! Un chut perfecto. Mi madre se descompuso ¡TOMASITO! No recuerdo a un niño dando una patada a una piedra, me recuerdo a mí mismo. No a un niño. Cuando llegué a Madrid con 19 años no recuerdo a un joven llegando a Madrid, me recuerdo a mí, ni joven ni viejo, ni nada. Cuando fui a Puerto Rico con 30 años me recuerdo a mí también, no a un adulto. Igual con 40, 50, 60 o 70. Cada vez más viejo ¡pues claro! Aunque tiene uno días. Pero nunca me he visto como un bebé, un niño, un joven, un adulto o un anciano.

Ahora no me dejan currar en la facultad ¡pues bueno! podría hacerlo si me dejaran, pero no me dejan, porque parece que le quito el pan de la boca a un hijo de un joven profesor ¡Pues bueno! así me dedico más a mis cuadros.

Tampoco me gusta hacer profesión de jubilado. Soy pintor y pinto. Si vendo vendo y si no vendo no vendo ¡no necesito eso para vivir!

El tema está, me parece, en que como nadie es eterno, y como aún uno no se ha muerto, habrá quien se sienta acorralado por la muerte ¡Pues igual! Decía mi madre frecuentemente, "¡no me voy a quedar aquí para simiente de rábanos!"


Tampoco hay que acojonarse por eso, porque si llega  uno a estar muy jodido o a vivir demasiado, la parca no es un problema ¡es una solución!


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