¿CUÁNDO VAS A SER
MUSULMÁN?
Eran casi las diez de la noche del
martes antepasado. Mi hija Ana y yo acabábamos de salir de dibujar de DIBUJO MADRID
en la Tabacalera. Cogimos el metro en Embajadores. Entramos en el andén y nos
sentamos en un banco a esperar el tren. Allí estaba uno con gorro de lana, que
al ponerme a su lado, al otro mío estaba Ana, me espetó:
¿Cuándo vas a ser musulmán?
¿Cómo? ¿Que cuándo voy a ser
musulmán?
Sí.
Siguiendo una manía mía acerca de
la intransigencia de las religiones monoteístas respecto a la exclusividad le
dije:
Soy cristiano, aunque no mucho.
Seguramente me haría musulmán si pudiera ser simultáneamente cristiano ¿Se
puede?
En esto llega el tren. Había asientos libres y seguimos el rollo.
Si fueras musulmán y creyeras en Dios también serías cristiano.
Si fueras musulmán y creyeras en Dios también serías cristiano.
La verdad es que no me convenció
mucho el argumento. Los orientales son más "legales" para eso. Gandhi
dijo que para alcanzar la sintonía de toda la humanidad superando las barreras
religiosas, todos, incluso los ateos para los cuales la negación de dios es su
propio dios, podrían hacerse hinduistas, para lo cual nadie tendrían que renunciar
a su religión y no obstante ser correligionarios.
Por otra parte cuando llegaron
los jesuitas a China el emperador les reconocía su santidad y su credo entre los credos oficiales chinos. Pero cuando se dio cuenta de que
querían imponer su religión en exclusividad proscribiendo todas las demás,
mandó que los persiguieran ¡Fijaos lo que pasó en Filipinas! que era un
archipiélago chino a todos los efectos.
Hablaba nuestro interlocutor un
español perfectamente comprensible, aunque algo tosco. Y empezó a largar de que
por ser musulmán lo traían frito, que lo perseguía la policía, que creen que al ser musulmán es terrorista. Que los musulmanes no son terroristas, que eso
es mentira, que lo dijo en la tele, me pareció entender. Que acababa de salir de "el cárcel"...
¿De dónde eres? le pregunté.
De Argelia.
Le dije que me habían dicho que
ese país es muy bonito.
¡Ah sí! Podrías ir a vivir allí.
Con poco tendrías para una casa y un coche y vivirías estupendamente ¡mucho
mejor que aquí! sin tantas complicaciones, ni tantas cosas inútiles que te atan.
Y siguió con que este mundo es una caca. Con que la vida en este mundo es una
birria. Que aquí estamos de paso, haciendo méritos ante Dios para alcanzar una vida mejor
después de muerto. Que esa vida de ultratumba es la verdadera porque esta es
falsa.
Así pasamos por Lavapiés y
llegamos a Sol donde nos separamos.
Nos dijo: "¡Nos vemos en Argelia!"
Me dijo Ana ¡qué peligro tienes
papá! Ahora tan chulito dándole carrete al primero que te encuentras en el Metro, pero cuando volvías de Malta que creías que iban en el
avión unos terroristas islámicos para derribarlo ¡Te hacías caquitas!
El caso es que ese tío llevaba razón al decir que en el fondo siendo de una se es de las dos. Me desveló
la absoluta coherencia entre Cristianismo e Islamismo, porque los más firmes
creyentes de ambas religiones creen que pasamos de puntillas por este valle de
lágrimas. Y que quien se lo haya currado puede disfrutar plenamente de la vida después de haber palmado.
¡Pues estamos apañados !
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