Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

jueves, 1 de noviembre de 2012

Todos los días son de difuintos.


Este post nº 296 del Salterio se lo dedico a Mercedes y a Felipe.

 NOS OTROS.

Hace unos días estábamos de charleta en casa de Merce y Felipe, que nos habían invitado a cenar,  y hablábamos de las películas que hay en cartel y decía alguien: 

¡Pues cuantas películas de Blancanieves!

No sé quien urdirá eso.

A lo mejor es por casualidad. Porque con el estreno de "Los otros" coincidió con el de  "El sexto sentido" que tiene un tema parecido. Y dicen que Amenábar, director de la primera de ellas, quedó desagradablemente sorprendido, luego no se lo esperaba.

Y entonces nos quedamos con "Los otros" como tema de conversación.

Toda la peli llena de gente asustada porque se oían ruidos. 

Se preguntaban los personajes: ¿Serían fantasmas los que hacían ruido?

Pues no, porque resulta que los fantasmas eran ellos ¡Genial!

Y de pronto pienso:

Podría haber continuado la peli con unos vivos que hubieran descubierto a los fantasmas con los que cohabitaban la casa y se entendieran con ellos. En tal caso los vivos estarían viviendo con un trasfondo de muertos que se comportan como si estuvieran vivos. 

Parece absurdo, y puede que lo sea. Pero el caso es que exactamente eso es lo que ocurre en la realidad: 

¡Vivimos con un trasfondo de muertos que se comportan como vivos!

Porque la cultura está compuesta principalmente por documentos de gente que ya se ha muerto.

Producirían esos documentos cuando estaban vivos ¡Pero ahora están muertos!

De ahí el refrán "Para ser inmortal hay que estar muerto".

Se estudia principalmente las vidas y los hechos de unos muertos. La literatura, la historia, la filosofía, y también las matemáticas, la física, la química y la biología no son más que colecciones interminables de vidas y hechos de muertos. Se cuela algún vivo ¡pero por poco tiempo!

Lo suyo sería retirar de los estantes, para destruirlos, los libros y otros documentos de los autores que fueran falleciendo. 

Sería el fin de la cultura, se podría decir. 

El fin de esta cultura, y el principio de otra mucho más fresca.

 ¿Será verdad que vivimos al son de los muertos?

Pues no creo. Porque están vivos y coleando los que manejan, en provecho propio, las obras de los difuntos. 


No hay comentarios: