LO PRIMERO ES LO
PRIMERO.
Os voy a contar un chiste. Un
poco basto, pero ilustrativo.
Una multitud desbocada huía
corriendo por una calle.
¡Qué pasa! ¡Qué pasa!
¡Corre! ¡corre!
¡Pero qué pasa?
¡Corre!
¡Pero ¿por qué?
¡Porque viene un gigante cortando
huevos a quienes tengan tres!
¡Pero si yo solo tengo dos!
¡Corre que primero los corta y
luego los cuenta!
Bueno, pues algo así es lo que
hacen los independentistas catalanes.
Primero rompen con el estado español, al
no reconocer su autoridad, y luego se embarcan en un proceso independentista de
todos conocidos, cuya guinda es la chapuza de referéndum igualmente conocida.
¡Pues no debería ser así! En todo
caso se rompe con el Estado después de consumada la independencia ¡No antes! Lo
dicho: Primero los corta y luego los cuenta!
¡No debe ser así!
Es que de otro modo no se puede,
dicen.
Pues así tampoco se puede.
Han conseguido los
independentistas una mayoría en el parlamento, que va de la derecha pujolista a
los anarquistas de la CUP pasado por Esquerra Republicana en una amalgama inestable,
que milagrosamente funciona unida para declarar la independencia, que luego han
maquillado con un referéndum infumable, y el president ha congelado los
resultados a la espera de llegar a un críptico acuerdo, que de momento resulta
indescifrable, con el Gobierno de la Nación. Porque se pongan como se pongan
con España, y con el resto del mundo, tienen que contar.
Dice el president que mantiene en
suspenso la declaración de independencia porque quiere que dialoguen.
¿Acerca de qué?
No lo dice. Hay que adivinarlo.
Adivinemos: Acerca del modo en el
que el Estado acepte la independencia, parece.
No acerca de si procede o no
procede la independencia.
Parece que no es de esto de lo
que quiere hablar el president, porque según él el pueblo ya ha hablado ¡Y con
qué piquito de oro!
Y mientras campean multitudes
esteladas Cataluña se desangra.
Lo del independentismo catalán es
típico de la regiones ricas que no quieren asistir a las pobres, como la Liga
Norte y otras parecidas.
Pero en Cataluña no hay petróleo,
ni minas de oro, ni de diamantes. Lo que hay son industrias. Pero "tienen
patas" y pueden salir corriendo. Como están haciendo en estos días. Y el
poderío catalán está llamado a disolverse como la sal en el agua.
¡Y mientras el presidente tocando
el violón!
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