Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

domingo, 23 de marzo de 2014

La parca redentora.

Este es un dibujo mío de la época publicado en Triunfo.


SE HA MUERTO SUAREZ.

No es que tenga buena memoria, es que cosas de hace 25 ó 50 años me parece que son de ayer. Y las de ayer también. Y recuerdo perfectamente que Suarez era el personaje más odiado de España. Los progres lo odiaban por facha y los fachas también lo odiaban, no sé por qué, pero lo odiaban. Por ponerse donde él estaba o por otra cosa, pero le tenían una tirria enorme.

Suarez era el enemigo a abatir. Le segaron la yerba debajo de los pies ¡Y lo echaron! Pero no han dicho aún por qué coño lo echaron. Lo puede imaginar uno. O no. Pero saberlo, lo que se llama saberlo, no lo sabemos. Yo por lo menos no.

En estos días de la conmemoración del 23 F, alguien dijo en la tele, que el asalto al Congreso había sido un pasarse de frenada. Porque se urdían planes para echar a Suarez. Y lo de Tejero se debía a uno de ellos. Pero como Suarez se fue por su propio pie pues no venía al caso semejante asalto.

Del famoso  programa satírico de Évole se desprende un corolario evidente: lo que se dice y se mantiene oficialmente tiene toda la pinta de ser una fábula como la de ese periodista. Pero claro, como es oficial tiene carta de naturaleza.

Eso pasa a veces.  Por ejemplo, el Trío los Panchos sobrepasa con creces a los músicos que lo forman, porque cuando se retiraba uno, porque la diña o por lo que fuera, ponían a otro y ya está. Y los buscaban entre los imitadores, que al incorporarse dejaban de ser imitadores para ser genuinos.

El hombre ha demostrado tener un par de huevos. Como Carrillo, que por otra parte me cae de pena. A lo mejor los demás también, pero los andaban buscando por el suelo. Y las ha pasado putísimas. Yo soy de los que creo que se pilla cáncer a causa de un gran cabreo. Y víctima de esa horrible enfermedad fueron, como es sabido, su mujer y una hija. Y él mismo se volvió loco. No sé si por eso o por otra cosa.

Pues a mí lo que me parece de pena es que le tiraran como le tiraron al codillo y ahora vengan con tanto incienso y tantas lágrimas de cocodrilo.


Para mí, por muy chuletón de Ávila que fuera, se ha muerto un caballero.


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