Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

domingo, 12 de diciembre de 2010

Teología de la simpatía.

Este post nº 196 del Salterio se lo dedico a Isa.





GANESHA.



Hace unos días estuvieron poniendo en casa la fibra óptica. Para tener más megas de lo necesario, porque con los que tengo me apaño ¡pero la vida es así! Y además entra en el pack un disco duro virtual que está “en la nube”, cuando tengo uno aquí debajo de la mesa, con una lucecita azul, que no lo lleno ni queriendo. El caso es que donde yo vivo los cables del teléfono no están soterrados, de modo que una cosa tan moderna como la fibra óptica llega de un modo tan antiguo, colgando de unos postes de madera como en las películas del oeste.

El caso es que el colega que llega a instalar el invento ¡se da cuenta de que tengo un Ghanesha en la puerta de entrada! La nuestra es una puerta de cuarterones y el Ghanesa está visible, pero totalmente camuflado, pequeño y con el mismo color de la madera.



Como algunos de vosotros no estará muy versado en el santoral hinduista os digo que Ganesa es la advocación divina con cabeza de elefante, y es el “patrón” de los niños y de deshacer entuertos, según este operario.

Le pregunté al técnico que cómo había reparado en Ghanesha.
¡Porque Ghanesha es muy importante para mí!
Y me dijo por qué:
Resulta que cuando estaba a punto de renovar mi residencia eché los preceptivos papeles...
Le interrumpí para preguntarle:
¿De dónde es usted?
Soy colombiano y mi mujer española.
Continuó:
Debí recibir el permiso en una semana, pero pasó la semana sin recibirlo, y otra, y muchas más. Y meses. Y todo un año. Continuamente iba a reclamar, pero inutilmente. Ya estaba desesperado, a punto de ser expulsado del país y sin poder atender un trabajo que me había salido porque no tenía los papeles en regla.

Me dijo que asistía a unas sesiones metafísicas, o algo así, y allí le dijeron que dedicara una meditación a Ghanesha. Es decir que se “encomendara a Ghanesha”.

Así lo hizo, y al día siguiente ya tenía los papeles arreglados. El de la ventanilla le dijo extrañado:

¡Pero ¿cómo es que ha tardado esto tanto? Si se arregla en una semana!

Cuando terminó el trabajo en casa, aunque tendrá que volver otro día, me preguntó:

¿Por qué tiene ahí a Ghanesha? ¿Cómo adorno?

En realidad lo tengo como recuerdo de nuestro viaje a la India. Pero le dije que lo tengo como otros tienen un Corazón de Jesús. Y que prefiero la imagen más simpática porque la convencional con ese corazón extracorpóreo ardiendo y coronado de espinas la encuentro demasiado grave.

La imagen de Ghanesha con su cabeza de elefante resulta más simpática, aunque no deja de ser brutal. Ya que es hijo de Shiva y de Parvati. Y dicen que su padre, en un arrebato de ira, le arrancó la cabeza. Imaginaos el disgusto de la madre. Y el arrepentimiento del padre. Al ser un dios impulsivo y todopoderoso salió de su casa resuelto a reparar el daño, dispuesto a arrancarle la cabeza al primero que pasara por allí para trasplantársela a su amado hijo. Como el que pasaba por allí en ese momento era un elefante ¡dicho y hecho! le colocó a su hijo la cabeza del elefante recién arrancada.

También le dije, aunque con poca convicción, que seguramente me daría suerte.

Me dijo que sí me la daría. Porque Ghanesha era muy eficaz desenredando enrevesadas situaciones en las que involuntariamente queda uno a veces atrapado.

Cortésmente oculté mi escepticismo, pero él se mostraba muy seguro. Y hay que reconocer que el tío tiene vista, porque al rato de entrar en el estudio, donde tengo el ruter me dijo:
Ud. es el artista ¿no?
Pues sí le contesté.



2 comentarios:

Ana dijo...

Pues no sé por que eres tan incrédulo por la buena suerte que trae Ganesha... Te acordarás de que estando en Kani Mata, en la India, te dejaste la cámara de fotos y allí estuvo abandonada un par de horas. Cuando volvimos a buscarla allí seguía... y es que ¡era el templo de Ganesha! Con la cantidad de gente que había, si no es que te la estaba cuidando Ganesha, yo no me lo explico...

Saltes dijo...

¡Pues llevas toda la razón! Es q el mismo acojono q daba mostrarse incrédulo en un mundo creyente, da mostrarte creyente en un mundo icrédulo. Despues de todo San Pedro negó a Jesus 3 veces y yo a Ganesha tan solo una.