Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

sábado, 1 de febrero de 2014

Un hombre, un día.



 SE VIVE TAN SOLO UN DÍA.

Si uno se fija bien, tan solo se vive un día. Se vive un día muchas veces, pero un día cada vez. Ayer, anteayer, la semana pasada, eso no se vive, se vivió, que no es lo mismo. Mañana, pasado mañana etc. no se vive, no se está viviendo, se vivirá. O no se vivirá. Eso hay que verlo.

Se despierta uno por la mañana, o antes de que amanezca, o bien entrada la mañana, se levanta, se acicala y comienza uno a vivir conscientemente, aunque poco a poco saliendo del sopor. De un sopor que es creativo porque se tienen las baterías bien cargadas. Se va viviendo durante todo el día y por la noche se va quedando uno vencido por el sueño. Se acaba uno durmiendo y terminando su vida por ese día.

Eso en el caso de ser uno diurno, porque si se es noctámbulo la vida transcurre al revés. Se duerme durante el día y al atardecer, animado por la oscuridad se va despertando uno y se vive la noche y cuando apuntan las claras del día se cae rendido de sueño y se duerme durante todo el día. 

Este horario inverso del anterior se practica a veces por obligación, pero los hay que lo hacen por devoción. Es el mundo de las tinieblas, de la oscuridad natural y de la iluminación artificial. Marcado por la luna, como los otros están marcados por el sol. Claro que sol y luna hay todo el tiempo. El sol no se ve de noche porque lo tapa la propia tierra en un eclipse diario. Y la luna apenas si se ve de día porque deslumbrados por la luz del sol pasa desapercibida.

Los hay con suerte, porque duermen poco y necesitan poco tiempo para descansar, y por ello cada uno de los días que viven es muy largo.

¿Y los que no duermen nada y descansan en la vigilia? ¿Cuánto viven? ¡Pues un día, como todos! pero larguísimo. No vivieron ningún ayer ni se puede decir con propiedad que vivirán  un mañana ¡es el mismo y único día que tiene miles de horas!

Porque dormir es morir y despertar resucitar.

Se nace o se muere en el transcurso de un día. Claro que cuando se nace se ha vivido mucho tiempo en el seno materno. Hay moscas, o artrópodos parecidos que también llamamos moscas, que literalmente viven un día ¡que curiosamente son noctámbulas, porque nacen al atardecer y al amanecer mueren! 

Pero esas moscas han vivido un año en estado larvario ¿es que eso no es vivir? ¡pues claro que es vivir! Ese día, o sea noche, de vida adulta la emplean las moscas en aparearse, concebir y parir. Les pasa como a los gusanos de seda, que viven en cuatro fases de las que la más conocida es la segunda, como oruga o larva. Antes ha vivido como huevo y después como crisálida, ninfa o pupa dentro del capullo, para por último vivir como un adulto, brevemente, sin comer siquiera y copulando sin parar, concibiendo y poniendo huevos.

Todos pasamos nueve meses de vida intrauterina misteriosa. Donde se pasa por varias fases metamórficas. Primero un huevo, luego un embrión y por último una criatura prácticamente igual a un recién nacido. Lo mejor de todo es que en la vida intrauterina se experimenta toda una evolución. Se pasa por una fase de huevo, más tarde por una de larva de ascidia, luego de larva de pez, despues de larva de anfibio, seguido -seguramente- de larva de reptil, para terminar naciendo con la forma conocida.

El caso es que vivimos un día renovable, mientras que se renueve. Si no, no importa, porque es algo que no va con nosotros propiamente ¡No estaremos allí para verlo! Y no es algo que a unos le pasará y a otros no. No. Le pasará a todo el mundo. Es una inferencia lógicamente indebida, pero así y todo...

2 comentarios:

anA dijo...

Me gusta mucho esta reflexión, teniendo en cuenta esta etapa de mi vida. Ahora mis dias son largos y duermo a ratos, es una extraña sensacion,...especialmente durante las noches. Como siempre un placer leerte...besazos.
Carpe diem!

saltes dijo...

¡Muchas gracias Ana! Bien mirado Carpe diem no tiene nada de fantástico. Más bien lo contrerio.