Pero ¿qué pasa en Europa que hay países como Grecia que están en la ruina, Portugal e Irlanda casi, Italia así, así y España al borde del abismo?
Pasa que no es un estado, como Los Estados Unidos, o Rusia, o India, o China que tienen dimensiones comparables.
Es una acumulación de estados con leyes supraestatales y sin un verdadero gobierno por encima de los gobiernos de los diversos estados, y con una moneda común a casi todos, con lo que eso pesa, que no pivota sobre un firme eje común.
Y ¿por qué?
Porque los mapas políticos se suelen trazar generalmente tras las guerras, y están dibujados con sangre. Y los que los dibujan son los ganadores y los perdedores no pintan nada.
¿Y qué pasó con Europa?
Que Alemania, con Italia como comparsa, se metió en guerra con la mayoría de los países de Europa, e iba ganando, porque muchos perdieron y otros no podían ganar. Cuando la cosa se iba decidiendo intervino USA. De modo que verdaderamente ganaron los americanos y los rusos. Los ingleses, que no perdieron, pero tampoco ganaron, se tiraron el moco de haber ganado y se prestaron al paripé de ocultar que el vencedor no era europeo. Y los franceses que pura y llanamente habían perdido se colaron en el carro de la victoria para redondear el camuflaje.
Al final USA y Rusia jugaron la supercopa en un partido llamado “guerra fría”, que ganaron los americanos. España no entró en la guerra, pero como se dejó ocupar militarmente por los americanos perdió su particular “guerra fría”.
El caso es que los americanos se quedaron con todo. Y pusieron a toda Europa bajo arresto domiciliario ¡sin autodefensa! con sus ejércitos metidos en la OTAN bajo mando militar americano.
Obviamente eso no es un estado, sino una entidad multicéfala, una indefensa hidra expuesta a los mayores desastres.
¡Pues eso es lo que hay, y no es de extrañar que pase lo que pasa!
