Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

lunes, 20 de abril de 2020

Cambiar el rollo a la gramola.



BORRÓN Y CUENTA NUEVA.

Si esto no es un borrón...

Pero a ver cómo es la nueva cuenta.

Como sea restaurar lo emborronado...

La sociedad tal como estaba organizada (ahora está desorganizada) es en forma de ángulo.

De modo que todo el núcleo activo está en el vértice, en la elite, y todo lo que abarca el ángulo, hasta el infinito, es pura pasividad.

Todos obedeciendo pasivamente los designios del vértice. Unos currando obedientemente, otros marginados y todos consumiendo. Ya digo pasivamente.

Un ejemplo: Un estadio abarrotado de gente vociferante y 22 jugando en un área verde, con unos pocos más, árbitros, técnicos, etc.

O sin jugadores, lleno de gente bailando al son de los músicos de un gigantesco escenario.

O un teatro abarrotado de gente callada como muertos y en un escenario unos pocos actores, o unos pocos músicos.

Puede ser que no haya nadie en el escenario, tan solo una pantalla donde se proyectan sombras chinescas. Y una sala llena, o no, de público calladito.

La estructura siempre es la misma: Unos mamitos famosos y por ello conocidos por todo el mundo y una multitud "anónima".

¡Cómo anónima! todos tenemos nombres y apellidos.

Los que son "anónimos" son lo que en el vértice mueven todos los hilos...Que el respetable los conoce, o no los conoce.

Cruceros gigantescos que mueven poblaciones que vuelcan en cada puerto...que como una riada humana se extienden por los sitios...

Se está temiendo que la catástrofe económica que se avecina se va a cebar sobre todo con el turismo. Con el turismo de masas.

Mientras que levantamos cabeza habría que ir pergeñando otro modo de vida.

Más activa, menos pasiva.

Podríamos empezar mirando atrás y recordando cómo están organizadas las pequeñas poblaciones.

Con gente paseando por las calles, o jugando, o tomando el aperitivo en el bar o en la taberna o en la cafetería.

Antes era así, pero muy cutre, y hoy tenemos medios para estar separaditos  y comunicados a la vez y en mejores condiciones de vida.

Como dije el otro día hay que rellenar los pueblos, para que en vez de salir como alma que lleva el diablo huyendo en cada ocasión de las grandes ciudades a los pueblos o a las playas, se viva tranquilamente en esos pueblecitos, en casa de una o dos plantas, con jardín y huerto y en vacaciones se vaya uno a las grandes ciudades, que no serían tan grandes, o a las playas.

En sitios pequeños se puede capear mucho mejor temporales como este. 

Y lo paradójico del caso es que tales lugares existen. Pero abandonados y pudriéndose.

No hay más que ir y restaurarlos.




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