Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

domingo, 28 de abril de 2013

Poner la carreta delante de los bueyes.



LAS CUENTAS QUE SO SALEN.

Nadie es un Robinson en esta vida. Todos tenemos relaciones de supervivencia con otros. Ni siquiera Robinson, que tenía a Viernes. Y Viernes a Robinson.

Vivimos, y siempre se ha vivido, en el imperio de la relatividad. Nada es absoluto. Ni siquiera la pasta. Ni la propiedad de la pasta. Es absurdo pretender que haya un clavo objetivo del que se pueda colgar todo.

No obstante siempre se tropieza en la misma piedra. Los bancos y las cajas, prestan pasta (pasta que no es suya sino de los que la han dejado allí guardada). Y se la prestan hasta a los que saben positivamente que no la pueden devolver. En la confianza de que si dejan de pagar se harán con el bien adquirido con el préstamo y seguirán cobrando de los avalistas.

Eso no ha funcionado y esas cajas y esos bancos han quebrado.

En el plano político, y en relación con eso mismo ha pasado igual. La clase política se ha profesionalizado. Y cada cual para estar en el poder, o en la oposición, tiene que ser elegido. Y para ello  los cargos públicos derrochan a cuenta del Estado endeudándolo. Y los que le prestan la pasta lo hacen en la confianza de que los intereses de demora de una deuda impagable les van a producir beneficios en progresión geométrica.

Eso no funciona y los estados quiebran. El valor absoluto y sagrado de la pasta prestada desvalija a los estados, los arruina.

Los estados se encuentran en la necesidad de aligerar los gastos y despiden a sus empleados, con lo que el paro crece y crece. Reduce las prestaciones de desempleo y la gente desesperada aumenta escandalosamente. Sumándose este efecto demoledor al desastre producido por la ruina bancaria.

Pero el proceso de adelgazamiento inevitable del estado lo aprovechan los gobernante de derecha para propiciar a los empresarios correligionarios los grandes negocios.

Y una minoría se forra y una mayoría se arruina. Porque se quiere que las empresas  sean rentables ¡como sea! aumentando la producción y disminuyendo los gastos de explotación, de los que una parte importantísima son los salarios de los trabajadores.

Pero la realidad no es tan simple porque si el conjunto de las empresas de un país necesitan para su funcionamiento un número de trabadores que sumado al del sector público es menor del necesario para el mantenimiento de su población ¿qué se hace?

¡Pues que emigren los sobrantes! Es la solución que ofrecen.

¿Y si no pueden, o no quieren, o fuera no los admiten? 

Pues que se jodan o que se mueran ¿no?

Es que no puede ser así.

El estado tiene que forzar a que se produzca el pleno empleo ¡como sea! Y no puede consentir a las empresas que dejen desamparada a la sociedad de la que se sirve, porque de ella son los trabajadores, los clientes y la empresa misma. 

Que los dueños de las empresas se forren no puede ser un fin en sí mismo. El fin decente es el auxilio mutuo. Si de camino se forran ¡pues miel sobre hojuelas!

viernes, 19 de abril de 2013

Caminos del huerto.



¡VIVA EL LAND ART!

Pintar, como he dicho alguna vez, es dibujar en colores, generalmente con pintura. De ahí su nombre.

Pero desde que se inventó la fotografía, que es un modo automático de dibujar, no hace falta pintar del modo descrito.

Por lo que pintar se ha quedado en eso, en lo esencial: pintar con pintura. Como se pinta una puerta.

Pero eso, que en el fondo es tan simple, se ha sacralizado. Como indica el hecho de que los pintores triunfadores se dice que "están consagrados". Y esas pinturas son objeto de colecciones y especulaciones millonarias.

A mí eso siempre me ha parecido una tontería. Porque los cuadros sirven para decorar y nada más. Hay pintores que realmente tienen gracia ¡mucha gracia! por lo cual son admirables. Pero vamos, tampoco es para ponerse así.

Para mí pintar es algo ontológico: pinto porque soy pintor. O porque soy pintor pinto. Y pinto del único modo que me parece factible, en plan concreto: pinto telas estiradas en bastidores y resultan cuadros. Luego hay que exhibirlas ¡pero para mí es muy difícil! Porque dependes de los intermediarios. Y yo con esa gente ¡pues no me entiendo!

Dibujar es otra cosa. Es representar cosas. Y trazar en plan concreto para mí no es dibujar. Es pintar con lápiz o con tinta. Lo que pasa es que cada uno dibuja a su modo, y ese modo es lo que importa. Yo dibujo por el placer de hacerlo ¡porque dibujar es un verdadero placer! pero no para conseguir dibujos, que luego guardo ¡no los voy a tirar! Pero no los exhibo. Todo lo más los "enseño" en " Face Book".  

Pero estos días de primavera radiante, cuando las mimosas ya han perdido su fulgor, los lirios están en plena explosión y las lilas irrumpen potentes estoy dejando de lado las pinturas, de tan incierto destino, y me estoy dedicando al "land art".

Pero no ese "land art" erudito y peñazo que no sirve para nada. Sino que estoy dejando a punto los caminos de nuestro huerto.

Primero ha sido la cuesta de levante (que conduce al pequeño jardín de plantas aromáticas con los cuatro puntos cardinales grabados en chino en chapas de pizarra rojiza) para evitar que se erosione y que los detritos arruinen el jardincito como venía ocurriendo. 

Luego ha sido librar de yerbajos el espacio dedicado a la fuente de Shiva que está en mitad del huerto, flanqueada por dos filas de matas de alcachofas. Bueno es una pequeñez un poco cómica. Pero solo se consigue, como ya he dicho, que un jardín sea un paraíso invocando a una divinidad. Y Shiva me parece excelente porque se representa mediante el Lingan, que por razones obvias es más divertido que otras imágenes sagradas.

Y por último la reforma de la bajada de poniente, más ancha y menos pronunciada que conduce al sitio donde solemos plantar los tomates, los pimientos y los calabacines.

Y todo ello en torno al día en el que este blog cumple 6 años. Y su autor 73. Parejos somos porque a los blogs les pasa lo que a los perros, que por cada año de un humano ellos cumplen un montón.

domingo, 14 de abril de 2013

La bella durmiente.


EL DÍA DE LA REPÚBLICA.

Hoy es el DÍA DE LA REPÚBLICA.

¡FELICIDADES!

Pero hoy, como todos los días desde que terminó la Guerra Civil en España, lo que se vive no es propiamente un régimen monárquico, sino un régimen antirrepublicano. Que trasciende la vida de las personas.

Si ya lo dijo mi amigo Adriano (http://salterio.blogspot.com.es/2011/05/el-dificil-camino-la-libertad.html.) Ante el agotamiento natural de la vida del dictador ¿qué se puede hacer? (para evitar la república, pienso yo). Una monarquía. Se presentaban dos opciones: al estilo europeo o al estilo marroquí. Optaron por el modelo europeo, pero para mí que les salió el marroquí.

Porque los monarcas europeos reinan pero no gobiernan. Mientras que el español, que tampoco gobierna propiamente, es el jefe del ejercito. Pero no en sentido figurado, sino en sentido literal y efectivo. Y eso tira más a marroquí que a europeo ¿o no?

El caso es que cuando se le agotaba la cronología al dictador, guardián antirrepublicano, se sucedió el rey para guardar el anti republicanismo. Y a este le sucederá su hijo con el mismo fin.

Y yo me pregunto ¿hasta cuándo vamos a seguir con esos prejuicios, con esos miedos y con esa humillación?

Esto es un arcaísmo, una antigualla. Tendría sentido si el poder político fuera una emanación divina. Pero ¡a buenas horas!

Hoy por hoy lo que se piensa es que los ciudadanos de un país se autogobiernan, y se elige  a uno, por un plazo limitado, para personalizar en un solo individuo a todos los demás. Una vez oí decir que en alguna ciudad estado de la antigua Grecia el jefe del estado se elegía cada día y lo era por un día, de modo que casi todo el mundo había tenido ocasión de ser el jefe del estado, que por supuesto no gobernaba.

No sé si la historia es verdadera o no. Pero lo que es un hecho es que en mucho de los países de nuestro entorno se elige a un jefe de estado, presidente de república, no por uno, sino por 1.361 días, es decir 4 años, que a veces gobierna y a veces no.

Que aquí se le haya convenido encomendar una familia  que uno de sus miembros sea el jefe del estado no deja de ser, en el mejor de los casos, una extravagancia.

El caso es que se "convino" tal cosa tragándose más de uno ¡un sapo de cojones!