Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

domingo, 27 de junio de 2010

Rubores.

Este post es el nº 173 del Salterio.MIRAR POR UNA RENDIJA.







Los colores no son cualidades de las cosas. Sino ilusiones ópticas.

Las cosas lo que tienen es la capacidad de absorber luz, energía electromagnética, de una determinada longitud de onda, y rechazar el resto. Ese resto desechado tiene, como es lógico, una longitud de onda. Esa energía despreciada, si tiene una longitud de onda comprendida en el espectro visible, estimula los ojos produciendo respuestas. Tales respuestas son los colores.

Si, por ejemplo, la luz rechazada por un objeto tiene una longitud de onda de 7 diezmilésimas de milímetro, tal objeto se ve rojo. Si la tiene de 6’5 se ve naranja, si de 6 amarilla, si de 5,5 verde, 5 azul, si de 4,5 violeta.

De tener más de 7 o menos de 4,5 no se apreciaría ningún color. Se vería negro si absorbiera todo el espectro visible. O blanco si lo rechazara entero.

Pero lo más seguro es que un objeto negro, que absorbe toda la luz del espectro visible, puede que refleje una luz que esté fuera de dicho espectro y por ello tendrá, para quien lo pueda ver, un color inimaginable para nosotros.

Y también las cosas que vemos blancas, porque reflejan toda la luz del espectro visible, seguro que absorben luz fuera de dicho espectro, con lo que “tendrán colores” que tampoco podemos ver ni imaginar.

Vemos muchísimas cosas blancas que seguro que tienen comportamientos diferentes frente a la luz. Como el yeso, que es sulfato de calcio. O la cal que es óxido de cálcico. Seguro que una de esas sustancias absorbe luces de una longitud de onda distinta de la que absorbe la otra, y que rechazarán luces de longitudes de onda distintas, producirían en ojos adecuados colores distintos e inimaginables. Tan distintos como puedan ser el rojo de la sangre del azul del cielo.

Pero es que de todo el espectro luminoso tan solo podemos ver el espectro visible, que es una franja mínima. Y así y todo ¡fijaos cuantos vemos! Pero es que todo lo que vemos blanco, transparente e incoloro como el cristal, o negro lo veríamos de colores inimaginables.

Es que somos animales burriciegos ¡qué putada!

Pero, aparte de que la energía que desprecian las cosas determinen los colores, cabe preguntarse ¿para qué quieren las cosas la energía que se guardan?

Es muy interesante. Porque cada elemento del sistema periódico tiene en la capa de electrones más externa, la llamada “capa de valencia”, que está compuesta de dos subcapas. De no disponer de la energía deseada permanecen los electrones adormecidos en la subcapa más interna. Pero de disponer de ella ¡se salen! a la exterior.

¡Quién iba a decir lo salidos que están los átomos!

lunes, 21 de junio de 2010

Arte Mayor de Gente Menor.

Este post nº 172 del Salterio se lo dedico a mi colega Mari Carmen, por docente, y a mis colegas Laura Cano, Sabina, Silvia, Álvaro, Blanca, Fede, Sergio, Yrene, Nacho, Yolanda, Inés, Luis, Laura, Jorge, Jesus Moreno, Irene L., Jesus R., Mario, Alba, David R., Guille, Autor Anónimo, Guille, David T., por artistas.


JÓVENES ARTISTAS.


Ya os conté en el post, que se puede ver cliqueando en el asterisco rojo *, que el 19 de Abril pasado celebré mi cumple dibujando un dragón en la clase de Nico, que es la de Hortensia. En la de al lado, que es la de Mari Carmen, dibujé un elefante rosa, con un indio encima y seguidos de un dragón volando que precede este párrafo. Y en la siguiente, que es la de Pepa, dibujé un tiranosaurio rex con gafas azules.

Me dijo Mari Carmen que los niños me harían unos dibujos como regalo de cumpleaños. Y hace unos días apareció Nico con el cuaderno y ¡me quedé de piedra! ¡¡¡qué belleza!!!
Podréis comprobar que muchos de esos dibujos son magníficos, potentes y con un poder expresivo impresionante.
Estos niños madurarán y adquirirán las habilidades y el talento propios de los adultos. Pero difícilmente conservarán el talento y la habilidad para las artes plásticas que ahora tienen. Sería muy bueno que crecieran y maduraran sin merma de tal sobresalientes aptitudes.

No quería que os los perdiérais, de modo que los he escaneado y aquí están para vuestro deleite ¡Es que no tengo palabras para agradecer tan generoso regalo ni para expresar mi emoción!







































































domingo, 13 de junio de 2010

Cosas de vertebrados.

Este post nº 171 del Salterio se lo dedico a Ana y a Pedro. EL GRAN RUISEÑOR.


Los ruiseñores son, como es sabido, unos pájaros muy pequeños pero con un canto muy grande. Mi incultura ornitológica es de vergüenza ajena. Así y todo un día me llamó la atención el canto bellísimo de unos pájaros al atardecer. Y me dije ¿serán ruiseñores? ¡Pues seguramente! porque el domingo pasado estuvieron en casa Ana y Pedro, y este sintió el canto de unos pájaros invisibles y dijo ¡son ruiseñores! Y se puso a dialogar con ellos.

Pedro, médico como su mujer, es canario, más concretamente, chicharrero. Y los canarios parece que tienen con los pájaros homónimos algo más que mera coincidencia. Y con todos los demas muy buen rollo. Pero su físico está muy alejado del de un ruiseñor, porque aunque es bípedo, como ellos, no vuela, si no es en avión. Y sobre todo es muy grandote ¡Pero no podéis imaginar lo bien que silva del mismo modo que cantan los ruiseñores! Pero ¿dónde están? dije, porque se les oía perfectamente pero no se les veía.

Es que son muy pequeños e insignificantes.

¿Cómo gorriones?

De ese porte, me dijo.

Y a lo lejos, en la arizónica se veías revolotear unos pájaros minúsculos. Y dijo Pedro:

¡Mira, esos son!

Ese que canta es un macho. Y eso que se oye es una hembra. Y los mirlos los imitan, pero se nota.

Y al ratito se oye otro canto y dijo Pedro:

¡Ese es un mirlo!

Y parece que no importa que el mirlo sea mucho más grande. Pero muchísimo mayor que los ruiseñores y los mirlos es Pedro ¡y tampoco importa!

Lo que hacía Pedro no era imitarlos, lo mismo que cuando un español habla en inglés no imita a los nativos de lengua inglesa, sino que aprendió esa lengua y la usa. Pedro aprendió la lengua de los ruiseñores, y silbaba de modo persuasivo, para que entraran al trapo. Y ellos entraban. Y están todos: los ruiseñores, el mirlo y Pedro enfrascados con aquella música dialogante.

No creo que Pedro entienda lo que dicen los pájaros ¡y a saber lo que entienden los pájaros de lo que silva Pedro! Pero que están departiendo a coro es algo que no ofrece la menor duda. Y el que sean aves o mamíferos, gigantes o enanos es algo que importa muy poco.


domingo, 6 de junio de 2010

La inestable realidad.

Este post nª170 del Salterio se lo dedico a esos amigos que se encuentran por casualidad. IMÁGENES PARA EL RECUERDO.




Este curso ya está nadando (ver Ser y Nadar cliqueando en el asterisco rojo*)

Hace nada aún no nadaba, hace tan solo un par de semanas, los miércoles y los jueves, como dije en el post anterior, me dirigía antes de las 9 de la mañana al aula 008. Y estaba Gloria solamente o con algunos más; o no había llegado nadie todavía, y encendía las luces, abría la puerta de mi despacho etc.

Poco a poco iba llegando la gente. A y cuarto llegaban los modelos. Se desnudaban y se ponían a posar. Encendía los focos que los iluminaban y se ponían los alumnos a dibujar. Los rezagados iban llegando poco a poco más tarde que pronto. Pero al final de la primera hora ya estaba la clase abarrotada.

Nunca estaban los sesenta pero siempre había muchísimos, algunos más de los precisos para dibujar cómodamente. Yo iba de caballete en caballete corrigiendo y orientando al personal.

Entre clase y clase, salvo el segundo intervalo que lo empleaba en la segunda ingesta del día, y al final de la clase corregía y calificaba los dibujos anteriores. Se ponía el despacho de bote en bote. Con el suelo alfombrado de dibujos y muchos tableros con más dibujos apoyados en la planeras. Y yo iba corrigiendo y calificando cada uno de ellos.

Algunos han aprendido muchísimo, otros poco, y otros nada. Es que eso es como un restaurante de “buffet”. Que se paga a la entrada, y hay quien se pone ciego de comer, mientras que otros no prueban bocado. Y para algunos si te he visto no me acuerdo, mientras que con otros se hace amistad para toda la vida. Y para un tercer grupo ni una cosa ni la otra.

Toda esa muchedumbre activa se disolvió en la nada.

Ahora cuando voy por los mismos sitios y a las mismas horas, puede que vea a uno, o a dos estudiantes ¡hola Tomás! ¡Que tal? ¿Os queda mucho?...

No creáis que lo digo con nostalgia. No lo digo con nada. Pero es muy llamativo que la realidad más evidente se la traga la nada en poco tiempo. Todas esas personas están en algún sitio. Pero esa colectividad ya no existe.


Hay un ejercicio de clase que siempre proponía pero que nunca hacían. Y este año, no sé por qué, lo han hecho. Son dibujos de los alumnos de esa clase hechos por ellos mismos. Y al final se ha conseguido tenerlos todos menos uno, el de una de las dos Marinas de clase, que desapareció a última hora.

Están reunidos en un volumen que tiene el título, un poco cursi, de “IMÁDENES PARA EL RECUERDO”. Es una curiosa edición de no se sabe cuántos ejemplares. Tantos como salgan de la copistería donde está el archivo. Es un libro curioso que tiene sentido tan sólo para el pequeño universo de curso en cuestión. Eso me lleva a pensar que los libros se hacen por lo general como la ropa de confección, a mogollón, y no a medida.

Ese es un libro a medida que pretende inútilmente enfrentarse a Cronos.