Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

sábado, 31 de diciembre de 2011

Muchas felicidades en el 2012.



2.012



¡Cómo no reflexionar un poco un día como hoy acerca del tiempo!

¿Qué es el tiempo?

Es la referencia de los cambios que se experimentan en el espacio.

Y ¿qué es el espacio?

Es un sitio con dimensiones.

Y ¿qué son las dimensiones?

Son direcciones referenciales.

El caso es que en el sitio donde se desarrollan nuestras vidas está pautado por las dimensiones y por el tiempo.

El tiempo se mide mediante relojes. Y basados en relojes se hacen los calendarios.
Y ¿qué es un reloj?

Es algo que cambia de modo regular y contable.

Las duraciones son relativas y los relojes las referencias absolutas de esas relatividades. Lo cual es absurdo.

La relatividad es un modo de libertad y lo absoluto es todo lo contrario: coacción, coerción, sometimiento. Y los relojes y los calendarios nos vigilan, nos guían, nos someten.
El tiempo es como el sirviente de Losey que se adueña de su dueño y lo hace su esclavo ¡es lo que suele pasar!

El caso es que las autoridades en un momento dado dicen ¡Vamos a instaurar una Era! A partir de ese momento, o de uno anterior, se instaura atribuyéndosele un hecho significativo. Por ejemplo el nacimiento de Jesucristo. Que, por cierto, no nació a las 0 horas del día 1 de Enero del año 1. Sino que, puestos en ese plan, nació a una hora desconocida, de un día desconocido, de un mes desconocido, de un año incierto a. de C.
Consecuentemente hoy nos encontramos con que esta noche pasamos del 31 de Diciembre de 2011 a 1 de Enero de 2012 ¡Y nos ponemos muy contentos a comer 12 uvas y a beber champán y a darnos besos!

Pues ¿sabéis que os digo?

Que será una chorrada, pero a mí me parece DPM. Porque cualquier ocasión de estar contento tomando uvas, o lo que sea, bebiendo champán o cava o sidra el gaitero y besándose ME PARECE BUENA.



lunes, 26 de diciembre de 2011

La fuerza de la lengua.

LOS NOMBRES.

Los nombres son signos evocadores de las cosas y de las ideas. Y gracias a ellos se puede hablar y con ello comunicar con otros. Y pensar, que es hablar solo.

La mayoría de los nombres están ahí y se usan. Procurando modificarlos poco para que duren. Hay muchos que no se usan porque ni se conocen ni falta que hace. Pero surgen cosas nuevas que sí se usan y que hay que nombrarlas. Porque si no pasarían desapercibidas o se tomarían por lo que no son y se entorpecerían la comunicación y el pensamiento. La gramática favorece la formación de neologismos, que pueden ser importados o derivados de los ya existentes.

Saco esto de los nombres a relucir porque la semana pasada fuí a correos con mis nietos en una mañana fría pero luminosa. Y de vuelta, en el parque de Fuencarral, empezamos a bajar por unas escaleras llenas de escarcha. Y Jorge, que tiene cuatro años largos dijo:

Estas escaleras tienen mucha resbalancia.

A mí me hizo mucha gracia la palabra, y como hago ahora se lo cuento a todo el mundo, también a mi hija Ana que le encantó. Es arquitecto y me contó que en el Código Técnico que es una especie de Código de Hammurabi de la arquitectura y de la construcción que han estado redactando trabajosamente durante años hay una palabra con el significado de la de Jorge que es resbalabilidad.

A mí me gusta más resbalancia. Aunque reconozco que resbalabilidad es una derivación más lógica de resbalar que resbalancia. Es más lógica, pero no es tan poética y como Ana me ha dicho que el Código Técnico tiene una web con un buzón de sugerencias, estoy por sugerir que la palabra admitida sea sustituida por la que ha inventado mi nieto ¿No os parece?



sábado, 17 de diciembre de 2011

La física metafísica.





EL BOSÓN DE HIGGS.


Habitualmente se refiere uno a cosas de las que no tiene NPI, aunque se suela ignorar tal circunstancia. Mientras que hay un grupo de cosas que uno ignora paladinamente y convive con esa ignorancia enquistada ¡a mí eso me subleva! Tan solo un grupo reativamente pequeño de iniciados manejan tales secretos y de paso ingentes cantidades de pasta sin que uno ni siquiera pueda proptestar porque te llaman burro los demás burros. No obstantes hay sabios piadosos como D. Luis Ibañez que en El País del 14 de los corrientes te aclara cosas en su análisis titulado "El misterioso bosón".

Resumiendo drásticamente: Se tiene una idea intuitiva de la masa de las cosas. P. e. un elefante tiene mucha más masa que una hormiga porque tiene más átomos y se pregunta de dónde viene la masa de los átomos ¡Hasta ahí estamos de acuerdo!

Pero a continuación dice que hay que preguntarse cuál es el origen de la masa de las partículas que forman los átomos. A mí eso no me convence nada porque de que tengan masa los átomos no se desprende necesariamente que la tengan que tener las partículas que lo forman. La respuesta que da es que la masa de las partículas elementales se debe al misterioso Bosón de Higgs.

Teóricamente existe un campo de fuerza, el campo de Higgs que aglutina las partículas elementales frenando su movimiento. Y como, teóricamente, todo campo de fuerza ha de tener asociada una partícula es de suponer que dicho campo tenga la suya a la que se le llama Bosón de Higgs. Pero no hay constancia de que tal partícula exista. Más bien se supone que ya no hay ninguna. Pero que debió haber muchas en el inicio mismo del Universo, hace diez mil millones de años en el momento del "Big-Bang".

Se supone que tales partículas son muy efímeras, ya que una vez formadas se desintegran en una billonésima de billonésima de segundo y que si bien no existe ninguna de modo natural se podrían fabricar y detectar en el acelerador de partículas CERN de Ginebra, que está en un túnel subterráneo de 27 Kilómetros de circunferencia. Parece que se ha logrado la azaña, pero que hay que esperar un año para comprobarlo.

Lo que pienso de todo esto es que querer remontarse al inicio del Universo ¡nada menos que experimentalmente! se sale del estricto campo de la ciencia para entrar de lleno en el de la fantasía. Y que este asunto es más adecuado abordarlo desde la literatura, la metafísica o la teología. Para lo que bastan medios más baratos, papel y boli. O en todo caso un modesto ordenador. Que no están los tiempos para derroches.


sábado, 10 de diciembre de 2011

La paradójica inmediatez de lo remoto.

Este post nº 246 del Salterio se lo dedico a Wandy y a Javier.

EL PARAISO.




Dicen que si eres bueno, cuando palmes, irás al paraiso ¡A buenas horas! Yo ya he estado y puede que vuelva de nuevo. Pero no será lo mismo ¡No puede ser lo mismo! Será un estar de paso. Y no un estar permanente y a conciencia durante tres años nada menos como entonces estuve.

¿Dónde está ese paraiso? Me diréis. Está en Puerto Rico. Que es una isla que toda entera es un paraiso. Donde estuve del 70 al 73. En aquel tiempo era yo profesor en la católica. La Universidad Católica de Puerto Rico que está en Ponce ¡Hay que ver cómo se avivan los recuerdos! que como rescoldos grises parecen apagados y con un soplo, por mínimo que sea, se descubren las ascuas y hasta puede que broten las llamas.

El caso es que estaba un día en mi departamento y llegó una pareja de estudiantes de derecho: Laura y Javier, que querían que yo les diera clases particulares de dibujo en mi casa. Bueno, pues se las di. Y así surgió una amistad que se ha mantenido latente durante este largo tiempo de ausencia.

Hace unos días sonó el teléfono en casa:

¡Eximio maestro!

Sin perder la compostura me di por aludido como si semejante tratamiento fuera el más natural del mundo, quedando a la espera.

Soy tu discípulo Javier de Puerto Rico.

¡Javier qué sorpresa!

Nos vimos y nos pusimos a rememorar. Os contaré solo un par de recuerdos. Uno terrible, correspondiente a su primer caso como abogado y el otro más grato.

Defendió, supongo que de oficio, a un canalla que asesinó a un viejo. Por lo visto el asesino había salido perdiendo en una pelea con otro de su edad y rabioso la emprendió con el viejo que se había encontrado casualmente. Con un tubo de hierro lo golpeó y lo mató. Para proceder a la defensa mi amigo el abogado tenía que hacerse exacta idea de la situación por lo que le preguntó cuántos golpes le había dado.

No se.

Pero ¿cuántos, dos o tres?

Más.

¿Cinco?

Más, más.

¿Diez?

¡Yo no llevaba la cuenta!

Y me diréis ¿cosas así pasan en el paraíso? Pues sí. Porque es el paraiso, no el limbo. Pero claro, no es por eso por lo que es un edén sino por su naturaleza prodigiosa de la que hablaré otro día.

Javier es notario. y me pdió entonces que le diseñara un sello con el que dar fe. A pesar de que los sellos de los notarios son tan retóricos allí como aquí, con un libro abierto y una estrellita y cosas semejantes, allí pueden tener el dibujo que quieran. Por otra parte, en Puerto Rico son comunes los coleos, a los que llaman vergüenzas, porque al darse tan bien en aquel clima todo el mundo tiene. Por lo que dije a Javier:

¿Qué te parece si pongo una vergüenza, porque lo esencial en un notario es que la tenga ¿no?

Me parece muy bien.

Y así se hizo. Y en estos días me dijo que todavía usa ese sello. Y como el de goma ya se ha gastado y allí no se fabrican, estampa con la matriz de metal.

La verdad es que no sé cómo lo hace. Pero es un ejemplo de como la vergüenza cuando es genuina no la corroe ni el tiempo.





sábado, 3 de diciembre de 2011

La pétrea inmortalidad.





EL VALLE DE LOS CAÍDOS.


Lo que no acabo de comprender muy bien es que la familia de Franco no pida el traslado de esos restos a un lugar más soleado.

A mí el cementerio de Huelva, que es el primero que he conocido, siempre me ha parecido un lugar alegre por luminoso, donde descansan en paz los restos de quienes perdieron la vida, o se les acabó.

Porque una cosa es morirse, que siempre es un hecho triste, un fracaso, el hiper-fracaso de cada uno. Y otra muy distinta es cómo "descansar" tras alcanzar la muerte (o de ser alcanzado por ella). Hay un amplio abanico de posibilidades.

Una es el procedimiento en auge de la cremación. Donde al cadaver lo asan hasta convertirlo en cenizas. Escapando a la atmósfera -literalmente al cielo- una buena parte de su ser en forma de vapores, gases y humos. Vapor de agua y el denostado CO2 y otros restos volátiles. Viene a mi memoria que cuando piadosamente estábamos en el exterior del crematorio mientras procedían a la cremación de una amiga otra protestaba incómoda porque le estaban cayendo las pavesas...

Más tradicional es enterrar al cadáver en una tumba o en un nicho. Es más permanente que la incineración. El finado queda practicamente reducido a su nombre grabado en la lápida. Y quienes visitan su tumba parece que lo visitan en su última morada. Y no se deja ver ¡porque no puede! no porque no quiera. Sin que por eso el visitante se sienta desairado pero sí algo desconcertado. No obstante a veces, como en el cementerio de Montparnasse de Paris, le dejan mensajes a los personajes difuntos en forma de notas.


También hay enterramientos monumentales como las Pirámides de Egipto, el Taj Mahal o el Camposanto de Pisa, que son el no va más en monumentos. En este último no falta una nota de humor y desenfado ante la amenaza de la muerte, cuya imagen muestro al final de este post.

Los promotores del Valle de los Caídos parece que pretendieron con su obra incrementar la nómina de tan singulares monumentos. Para mí que fallaron en tan esforzado intento, porque me parece que el resultado está más en la línea de las películas de Drácula. Piénselo un momento, a ver si no es así.

A Franco lo han enterrado en un lugar que no le corresponde, porque no es un caído sino todo lo contrario, y con ello han provocado un cortocircuito histórico que lo disloca todo.

Por eso digo que me extraña que esa familia no reclame un mejor destino para los restos mortales de su distinguido familiar. Y contribuir de paso a cerrar un negro capítulo de la historia que ya casi no tiene supervivientes.

Pero sí tiene supermorientes ¡que es el colmo!