Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

miércoles, 21 de junio de 2017

Provisional supervivencia.

MUERTOS.

La lista de direcciones y teléfonos se va llenando de muertos.

Van avanzando, poco a poco, pero no llegan a compactarla completamente, porque nadie vive tanto como para ver su lista totalmente llena de muertos. Pero, pasados un par de siglos, por ejemplo,  si alguien encontrara una lista antigua podría comprobar que los muertos habrán compactado la lista completamente.

¡Pero no pasa nada!

Es un hecho tan obvio, tan normal, que entristecerse por ello carece de sentido. Y revelarse es ridículo.

Lo que hay que hacer es estar al loro. Disfrutar de la vida y de los vivos. Ser consciente de que uno está vivo y obrar en consecuencia. Y recordar a sus muertos con ternura, con simpatía. con alegría incluso, por lo que se le debe a algunos de ellos y por los buenos ratos compartidos.


Pero la realidad no deja de ser por ello  profundamente surrealista.


martes, 13 de junio de 2017

Teología geométrica.

DIMENSIONES.

Estoy releyendo Planilandia de Abbott y me encanta de nuevo. Verdaderamente ese libro, esa novela, plantea el tema de las dimensiones, que es un asunto que me fascina.

¿Existen la dimensiones?

Pues las dimensiones, como Dios, existen en la medida en que se crea en ellas. Y se organice la vida en torno a ellas.

Cuando se plantea la existencia de Dios creo que se hace un planteamiento impropio. Porque la existencia de Dios está determinada por los creyentes y por los ateos. Porque para los creyentes existe y para los ateos no existe.

Pero ¿existe o no existe más allá de lo que crean o no crean los creyentes y ateos?

Creo que esa pregunta no tiene sentido.

Volviendo a las dimensiones. Resulta que hay culturas con dimensiones y, probablemente, culturas sin dimensiones. Culturas en las que "se cree" que existe lo largo, lo ancho y lo alto, como la nuestra y, supongo, culturas en las que se apañan estupendamente sin esas creencias.

Pero ¡ojo! que la geometría, como la teología, tiene sus complicaciones.

¿Cuántas dimensiones hay?

Se dice que tres: largo, ancho y alto.

Si, por ejemplo, uno se asoma a un huerto y ve un pepino en su mata y lo "dimensiona" obtiene el resultado que sea. Pero si vuelve con la misma operación al cabo de una semana observa sorprendido que ¡las dimensiones han cambiado!

¡Porque no se ha tenido en cuenta la "cuarta dimensión", que es el tiempo! que condiciona las otras tres.

Porque las dimensiones son referencias que posibilitan las anotaciones de los fenómenos. y con tres anotaciones no basta ¡hacen falta cuatro!

Pero cuatro como máximo, porque a veces no hacen falta tantas.

Hasta aquí se ha hablado de "dimensiones" pero aún no se ha sacado a relucir un elemento esencial: el espacio.

Pues el espacio es el ámbito dimensional.

Y cabe pensar que los espacios tengan dimensiones. Se habla de espacios unidimensionales, bidimensionales, tridimensionales, tetradimensionales y enedimensionales...

¡Pero si no hay más que tres dimensiones!

Hay las que se necesiten. Con esto vuelve a pasar como con los dioses, porque hay religiones con un dios, como la judía, la cristiana y la musulmanas (aunque hay judíos y musulmanes que echan en cara a los cristianos que parece que tienen tres). Hay religiones con muchos dioses como el Induísmo, pero con tres principales: el espiritual, el económico y el bélico. Las hay con infinitos dioses como el Panteísmo. Las hay sin ningún dios, como el Budismo y el Taoísmo. Y como el "Ateísmo", que no figura oficialmente como religión pero que me parece que en muchos casos es dogmática como la que más...

A las dimensiones también se les llama "grados de libertad"

Hay espacios nulidimensionales, carentes totalmente de libertad, como las mazmorras o las tumbas.

Hay espacios unidimensionales, como el tren que circula en una sola dimensión, o dirección, con dos sentidos, donde se puede avanzar, retroceder pararse acelerar, decelerar ¡y nada más!

Hay espacios bidimensionales, como una hoja de papel en la que se puede escribir y dibujar a derecha, izquierda, hacia el borde superior, hacia el inferior ¡pero no se puede dibujar o escribir ni por encima ni por debajo del papel!

Hay espacios tridimensionales ¡que es el nuestro! y del que huelga que diga algo.

Pero no hemos tenido en cuenta esa cuarta dimensión que es el tiempo.

Que probablemente no afecte al espacio nulidimensional, aunque no es seguro, porque no es igual acabar de entrar en una mazmorra que llevar treinta años en ella. Pero en cambio habrá poca diferencia entre el día del entierro y treinta años después para una tumba.

Para un espacio unidimensional, como es el tren, el tiempo es un factor importantísimo, porque es la "dimensión" que rige el tráfico ferroviario. Luego el espacio unidimensional es verdaderamente bidimensional: largo y tiempo. Igual ocurre con el bidimensional que verdaderamente es tridimensional si contamos con el tiempo. Y el tridimensional ¡el nuestro! que con el tiempo es tetradimensional ¡Qué emoción! Moramos en un espacio tetradimensional!

Pero la cosa se complica aún más. Porque como queda expresado divinamente en Planilandia, los espacios de X dimensiones ocupan un espacio X+1. porque, por ejemplo, un tren es una línea, una dimensión, pero una red ferroviaria ocupa una superficie, dos dimensiones.

Y lo que es más importante, para poder ver lo que ocurre en un espacio de X dimensiones hay que encaramarse en un mirador con una dimensión más. Porque los seres bidimensionales del mundo bidimensional de Planilandia, que era principalmente polígonos, no se podía ver como tales seres bidimensionales, sino unidimensionales, porque se veían de perfil, como vemos una escuadra o un cartabón totalmente de perfil, como un línea, en la que se percibe con dificultad los ángulos. Mientras que desde fuera se muestra ese espacio con su verdadera fisonomía.

Moraleja: Hemos visto que nuestro espacio no es tridimensional sino tetradimensional ¡y no lo podemos ver ni tan siquiera tridimensinalmente! porque tendríamos que encaramarnos en un mirador con una dimensión más.

¿No me creéis? Los habitantes de Planilandia ven los polígonos como segmentos rectilíneos, aunque con accidentes visuales, brillos y oscuridades mediantes los que infieren que no son segmentos los que ven sino polígonos ¡A nosotros nos pasa igual! con los cuerpos tridimensionales de nuestro mundo tridimensional, que los vemos aplastados, la parte delantera tapando la trasera y cosas por el estilo. Una esfera (3D) la vemos como una circunferencia (2D) solo que brillos y sombras con lo que inferimos que vemos lo que no vemos


¡Pobre de nosotros! Que con los ojos de la cara no tenemos bastante ¡Necesitamos el tercer ojo! el imaginador.


viernes, 2 de junio de 2017

El legítimo fin de la política.

OBRAS SON AMORES.

Mi casa da a dos calles. En una de ellas muchas losetas de la acera estaban rotas. Sobre todo las que rodeaban dos tapas de hierro del Canal de Isabel II y un par de alcorques. Y en la otra se habían secado las yerbas con sus flores, que aquello parecía esta primavera una pintura de Benjamín Palencia, y ahora estaba  hecho un secarral camino de ser pira.

Y yo venga a deshojar durante años la margarita, que si llamo o que si no llamo al 010 y pedir que arreglaran la acera. Por fin el lunes pasado me decido y llamo a eso de la una de la tarde, y me atienden adecuadamente.

A eso de las nueve de la tarde-noche del mismísimo día oigo ruidos ¡y es que ya están arreglando la acera! Pero son los del Canal. Y yo me pregunto ¿los habrán conminado los del Ayuntamiento para que arreglen su parte o es pura coincidencia. O sea ¿es un acto casual o causal? ¡Nunca lo sabremos!

Emplean los del Canal un par de días en arreglar su parte. Y a continuación ¡vienen los del Ayuntamiento y arreglan los alcorques! O sea, que avisé el lunes y el miércoles ¡ya habían terminado!

Pero es que además segaron los yerbajos de la otra calle, que presagiaban incendio y los retiraron.

¡Pues muy bien Carmena! y Cifuentes por la parte que le corresponde.

Procediendo tan diligentemente están de más los mítines, los carteles (exhibiendo la mejor de las sonrisas) y toda esa pasta que afanan, no siempre rectamente, para organizar todos esos circos y decir tan colosales bobadas que no sé cómo no se les cae la cara de vergüenza cuando en la tele tiran de moviola.

A mí tanto despliegue doctrinal me aburre y alimenta mi escepticismo. O sea que lo dicho:

¡Obras son amores y no buenas razones!