Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

viernes, 26 de octubre de 2007

Muerto el burro...

Le dedico a Claude este post que se inicia con un dibujo del Salterio y otro de los que hago para no bostezar y mantener la concentración en las reuniones hipercoñazas. Precisamente el Salterio se hizo con los dibujos que hice en una libreta que mi amigo Micheli me regaló en Puerto Rico hace más de 35 años para que no perdiera los dibujos que hacía en las soporíferas reuniones a las que me referí antes.




PARTICIPAR, JUGAR Y GANAR O PERDER.




Decía un colega, parafraseando al varón de Coubertain, que lo importante es participar pero lo bueno es ganar.

Lo verdaderamente importante no es lo uno ni lo otro, sino jugar. Como se disfruta es jugando, lo que da gusto es jugar. Ganar es la orientación del juego, lo que le da sentido. Se juega para ganar, no para perder. Si se pierde se jode uno, y si se gana se siente una gran satisfacción, pero es instantánea, porque nada más ganar el encanto se esfuma, se acabó lo que se daba.

Bien es verdad que nada más terminar el juego comienza otro juego distinto, el que se ve tras concluir una final, que al que perdió se le entrega una medallita de plata y una copilla, maqueta de la que le dan al ganador. Recibe ese segundo premio compungido y humillado. Cañizares una vez tiró la medalla el suelo enfadado al haber perdido el Valencia la final. El subcampeón en seguida queda apartado, y al campeón le dan una copa de tamaño natural, la medalla de oro y lo aclaman enfebrecidos. Se van a bañarse a Cibeles o a ofrecerle la copa a la moreneta. Los partidarios se entusiasman, gritan, como si hubieran hecho algo, cantan, vociferan, tocan las bocinas, flamean banderas.

Desde mi punto de vista ese es un juego tonto, donde no se juega nada, una colosal gilipollez ¡jugar de verdad, jugándose algo, es lo que importa!, cuando se acabó el juego se acabó todo. Y el único remedio es empezar otro juego distinto. En atletismo suele ser diferente, porque se ponen contentos hasta los que no se suben al cajón si han mejorado su propia marca o quedan mejor colocados para el siguiente juego. Ya digo, reemprender el juego es lo único que tiene gracia cuando un juego terminó. Duchar a la gente con champán tiene gracia, pero menos.

En el fondo, el final de un juego siempre es una birria. Recuerdo una noticia de unos policías mejicanos que habían jugado a la ruleta rusa dentro de un coche en el que yacería muerto uno de ellos, como dormido, con la cabeza ensangrentada. Le preguntan a uno de los jugadores supervivientes que cómo había podido ocurrir una cosa así, a lo que contestó “le tocaba a él”.







domingo, 21 de octubre de 2007

Restauración a fondo.

Este larguísimo (obligado por las circunstancias) post, precedido por el dibujo del Salterio de hoy, se lo dedico a Mateo. A ver como se apañan sus papás y sus abuelitos para descifrárselo.
PONENCIA


Me han invitado al restaurante Nacha en el Olivar, provincia de Guadalajara, a comer y a disertar el último viernes de Octubre. Se trata de una de las reuniones que se celebran en torno a una mesa los últimos viernes de cada mes, en las que un ponente habla de lo que sea un rato, luego se come y se comenta el tema para terminar hablando de política ya muy avanzada la madrugada. Todo esto disfrutando de la cena con la que se esmera Dani, con lo que se asegura que por pelmazo que sea el ponente, nadie se va de vacío.

Tiene un algo de comunión diabólica al ser el último y no el primer viernes de mes, porque recuerdo de jovencillo que si se comulgaba los primeros viernes, no recuerdo cuántos, quedaba garantizado el cielo ¿garantizarán aquí el infierno? yo por si acaso voy a ir. Creo que también tiene un puntillo clandestino y lujoso como corresponde al modo de ser de sus habituales.

A mi me han dicho que hable de Arte Contemporáneo, para desafiar el aserto de que nunca segundas partes fueron buenas, ya que en la última reunión se habló del tema y ahora se quería el testimonio de un artista. Así que voy a declarar. Pero como a mí lo que más me gusta es jugar con las cartas boca arriba voy a adelantar aquí el discurso, con una triple finalidad: 1º facilitar a la audiencia el guión de la intervención, 2º no reducir a tan sólo una docena más o menos larga el placer de discutir el tema y 3º extender esta tertulia por el universo mundo. Bien es verdad que no es lo mismo, sobre todo porque falta el crear de Dani. Pero si alguien quiere no perderse nada que se acerque al Olivar que le abrimos el corro.

Antes de intentar saber qué es el arte contemporáneo, tendremos que saber qué es el arte.

Y ¿qué es?

Recurramos a una autoridad, a Marcel Duchamp: “Arte es lo que los artistas dicen que es arte” respuesta discutible pero que aclara muchas cosas. Antes había leído a Marvin Harris que “química es lo que la comunidad de los químicos determina que es química”

Determinemos ahora qué es arte contemporáneo, en oposición a arte antiguo y a arte moderno.

Arte contemporáneo es el que se hace hoy pero desplegando grandes novedades. Arte antiguo es el que se ha conservado de los antiguos y arte moderno es el que pareciendo un poco anticuado se hace hoy o hace poco.

Pero yo no estoy de acuerdo, porque creo que no es posible más arte que el contemporáneo, puesto que todo arte se hace hoy con criterios de hoy. Dentro de ese arte actual o contemporáneo hay géneros: el antiguo que"se prepara hoy" a partir de materiales antiguos más o menos ruinosos, para drle el aspecto que se considera hoy que corresponde a "una antigüedad". Otro género es el arte moderno que también se "prepara hoy" para que tenga el aspecto de "no muy antiguo" o "no tan moderno" como para que merezca el apelativo de "contemporáneo". Y el "arte contemporáneo" es el que "se prepara hoy" para que de el tipo y siga la moda y pueda ser aceptado como arte contemporáneo ¡pero todo se prepara hoy!

Cuesta aceptar que el arte antiguo también es contemporáneo, porque aunque parezca que no, también se hace hoy, aunque empleando materiales antiguos. Tales materiales son piezas en mejor o peor estado de conservación, con las que ¡de hecho! se elabora una nueva obra. A la intervención se le llama eufemísticamente “restauración” y se pueden hacer virguerías como arrancar un fresco de la pared, pegarlo a un lienzo y llevarlo, p. e., a Barcelona. Los Bronces chinos que están en el Museo de Sangay, que son bellísimos, con pátinas alucinantes, sobre pedestales y regiamente iluminados, los sacarían de los yacimientos hechos una pura kk. Y lo que se puede ver en el museo es una obra de arte contemporáneo, realizada por autores disfrazados de restauradores.

Otro tema aún más llamativo es el Templo de Ise. Parece que Ise viene a ser una especie de vaticano sintoista que hay en Japón. Desde hace 1300 años, cada 20 años lo destruyen y lo hacen de nuevo, con maderas de árboles centenarios que cortan cada vez. Es arte antiguo porque existe desde hace 1300, aunque lo restauran ¡a fondo! cada 20. Y es arte contemporáneo porque el que puede verse nunca tiene más de 20 años.


Por lo tanto antiguo, moderno y contemporáneo no son adjetivos, sino el segundo nombre de uno compuesto en le que el primero es arte.

El arte contemporáneo es como un puente entre dos pilares, uno en el siglo XIX y el otro en el XXI. No pasa propiamente por el XX, sino que lo sobrepasa, mientras el siglo transcurre entero por debajo sin enterarse verdaderamente de lo que ocurre por arriba.

Se inicia el arte contemporáneo en las postrimerías del XIX con el Impresionismo. Con este estilo, como dijo certeramente Rafol, “se jodió todo”. Porque hay que tenerlos de madera de guayacán (que es la más dura) para exponer a Manet en el Prado. Quedó totalmente devorado por Rivera, Don Diego y otros monstruos…Con Picasso fue distinto, al ser sus cuadros tan diferentes de los de los grandes genios la comparación era imposible. A mí hasta me gustó más, eran los de Picasso más cuadro, porque, paradójicamente, los otros -al parecer tan de verdad- se veía más que era mentira, porque una mentira bien urdida es más mentira que una burda.

¿Qué pudo ocurrir para que el arte contemporáneo resultara tan ajeno al común de los mortales? Para mí que fue la irrupción de la virtualidad y el automatismo que ya venía de la Era Gutemberg. Lo que uno lee en los libros no lo ha escrito nadie, a diferencia de lo que lee en la carta de un amigo, sino que son estampaciones mecánicas que nadie ha trazado. El cine y la tele son una especie de teatro ilusorio en el que no se ven actores, sino sombras chinescas perfectas que producen ilusión de realidad, la música grabada no es música propiamente procedente de instrumentos accionados por músicos. Las estampas de un Skira no son cuadros pintados sino grabados fotográficos, lo que se oye por teléfono, en la radio y en la tele no son voces, lo parece pero no. Por eso los cuadros “pintados a mano” están de capa caída.

El siglo XX está dividido, por las dos guerras mundiales, en tres partes desiguales, como el cuerpo humano: cabeza, tórax y abdomen.

La “cabeza” es la parte menor, pero la más importante. Las otras dos están en función de ella. El “torax” es lo que está entre las otros dos partes, tiene un tamaño mediano, y quizás menos importancia. Y el “abdomen” es la parte mayor y tiene más importancia al estar más cerca del final, que es donde estamos. En el “tórax” y en el “abdomen”no hay nada que no esté explícitamente en la “cabeza”. No hay más que meros desarrollos, ampliaciones e hipertrofias.

Examinemos la “cabeza”: Cuando el S.XIX da las últimas boqueadas, aparece un nuevo realismo basando en un nuevo sentido de la realidad, dando lugar al Expresionismo y al Fauvismo por una parte y al cubismo por otra.

A continuación, en el “cuello” -es decir en plena guerra- surgen potentes estilos revolucionarios para una humanidad nueva. En Rusia el Constructivismo, en Alemania el Dadaísmo, que en realidad vienen a ser lo mismo: afirman por una parte que el arte tradicional es más falso que el alma de Judas, y por otra que cosas que no se tenían por artísticas lo son realmente. En el Constructivismo predominó la geometría y en el Dadaísmo la cochambrería, aunque Arp, dadaísta hasta las trancas es geométrico. Otras formulaciones contemporáneas fueron Neoplasticismo, más geométrico y Futurismo más bien cachóndico.

Creo que en el ojo del huracán del arte contemporáneo está Marcel Duchamp. Es el compendio de geometría y del cinetismo, aunque no sea tan conocido por esto como por ser martillo del arte convencional –Gioconda con bigotes- y abogado de planteamientos artísticos insólitos, al proponer como escultura un urinario.

¡Ya no haría falta seguir! Había quedado todo explicado. Todo lo que vino después fue volver a lo mismo, corrigiéndolo y aumentándolo.

En el “tórax”no pasa casi nada estrictamente nuevo, salvo el Surrealismo y el reinado de grandes popes como Picasso y el predominio de un estilo decorativo tan sabroso como el “art decó”.

El “abdomen” es verdaderamente voluminoso. Tras la Segunda Guerra Mundial, que gana USA y pierden todos los demás, salvo Rusia que perderá más tarde la Guerra Fría, se produce El Rapto de Europa. El ombligo del arte estaba en Paris, pero los gringos no lo consintieron y se llevaron la metrópoli a NY. El hito de esta crisis bien pudo ser Mayo del 68. Para quien haya conocido el Paris artístico de entonces y lo comparase con el NY artístico de ahora, seguramente le parecería que no hay color. Arruinada totalmente la “Escuela de Paris”, USA dijo “aquí estoy yo”, primero con el expresionismo abstracto, luego con el POP, y se afianzó totalmente.


Ya en el S. XXI pasan muchas cosas y muy distintas, como por ejemplo esta pierna de la que es autor Robert Gober, pero ninguna sorprende por ser realmente nueva. Sigue predominando un dadaísmo, pero ahora es más limpio, con mucha foto, mucho vídeo, mucha instalación, mucha informática , mucha tecnología y grandes producciones. Y el papel del artista se va empequeñeciendo en favor del de los comisarios, galeristas, críticos, curadores, coleccionistas, etc. El artista en muchos casos deja de hacer de arquitecto para hacer de albañil. Por eso junto a un arte brillante y genial es muy frecuente contemplar otro que es terriblemente aburrido.

Surge un mercado artístico de la ostia, nuestro país que había vivido de espalda al arte contemporáneo a causa de la causa se pone a última hora las pilas, precipitadamente, con media carga. Se hacen grandes esfuerzos como Arco, pero estamos con el farolillo rojo, o boquiabiertos en el anden viendo como se marcha el tren.

Generalmente el arte contemporáneo supera en cotización al llamado arte antiguo y sorprende a veces que algunas obras, que por su raíz dadaísta son arti-arte y anti-todo, como la reproducida a continuación, son adquieridas con avidez y a precios elevadísimos por coleccionistas de arte, públicos y privados. Pero esto no es ya un fenómeno artístico sino socioógico y económico. Y de todo eso, la verdad, no tengo NPI.


domingo, 14 de octubre de 2007

El paradigma inalcanzable.

Este post que se inicia con este dibujo del Salterio está dedicado a mi amigo Zapata, como no puede ser de otro modo.

LA OBJETIVIDAD IMPOSIBLE.


Doña María nos dice que objetivo es lo que existe al margen de la propia percepción, ¡pero cómo va a ser eso! Si algo es y no lo percibe nadie ¿Cómo nos enteramos? ¿Quién se entera para contárselo a los demás? ¡No puede ser!

O mejor dicho, sí puede ser pero como si nada.

De ser podría existir un mundo objetivo gigantesco del que nadie tiene ni puta idea. Una especie de Matrix absoluto e inocuo. Un universo perfecto del que no tenemos una noción cierta. Y la putada consiste en que se pierde uno un mundo cierto, equilibrado y perfecto ¡¡¡irremediablemente!!!

También dice Doña María que lo objetivo es desapasionado, inafectivo, imparcial y justo.

¡Eso sí!

Por lo tanto lo objetivo es un modo particular de lo subjetivo pero desapasionado, inafectivo, imparcial y justo, mientras que lo subjetivo-subjetivo es lo que le parece a uno sin más, matizado por todos los condicionantes propios de la condición humana.

Pero si para ser desapasionado, inafectivo, imparcial y justo hay que ser serio e incorrupto ¡cualquiera! Lo mejor para ser objetivo, es que el asunto en cuestión se la pele a uno. Si te da igual el desenlace puedes ser objetivo. Pero si no te da igual, pues no. Ya se puede decir lo que se quiera ¡que no!

En el cumple de Igna (¡que guisa que te cagas! Y la Peire hizo un puré sirio de berenjenas verdaderamente llamativo, que nos va a contar a todos en este mismo sitio) lo hablábamos Zapata y yo. Y me dijo que le había gustado la idea. Y por si a vosotros también os interesa lo cuento aquí.

A Zapata alguno lo conoceréis y otros no. Para el que lo conozca y no se acuerde bien voy a dar una pista, parece que se ha caracterizado, motu propio, de joker parecido al de esta carta.




Otra cosa.
Podéis hacer una visita virtual a la exposición que os anuncié en un post anterior en
y en la
exposición actual
pincháis en la
visita a la exposición.
Vereis que bonito. Pero es más bonito aún si haceis una visita real.

sábado, 6 de octubre de 2007

Hay estilos que deberían estar más de moda.

Este post, que se inicia con este dibujo del Salterio, está dedicado a Anaïs, porque se lo merece por su constante seguimiento de este blog. DEMOCRATISMO.





Hace unos días fui a visitar a mi amigo el pintor Waldo Balart. Y hablamos de cuestiones artísticas y de otra índole. Y comentaba yo como esta sociedad había cambiado, desde una vocación democrática de los que se sentían oprimidos durante la dictadura a posiciones cada vez más “aristocráticas”: culto a la enología, a la gastronomía y a uno mismo. Y si alguien se siente sin méritos excepcionales ¡qué complejo!

La “transición” ha consistido, de hecho, en transitar de una vocación democrática a una “aristocracia universal” (todos aristócratas), que no es lo mismo.

Recuerdo lo que entendí al leer unas líneas de un manual escolar de una de mis hija referidas al Siglo de las Luces: el pueblo llano tomó conciencia de que no necesitaba a la aristocracia para nada, que se podía valer por sí mismo, para gobernarse, para administrarse en todos los planos: económico, judicial, militar, diplomático, etc. y podría producir cuanto fuera necesario, y las personas corrientes podían hacerse cargo exitosamente de todas esas responsabilidades y alcanzar cotas profesionales elevadísimas sin dejar por ello de ser corrientes en todo lo demás. A veces pasa todavía, todo el mundo pudo ver en televisión como Felipe Reyes recién salido de la ducha tras el partido con el que había alcanzado el campeonato del mundo respondía a los reporteros con la mayor naturalidad y con su bolsa de deportes al hombro, cansado y contento.

En el plano religioso mucha gente se ha pasado al ateismo ¡teóricamente! porque verdaderamente se ha pasado al politeísmo, aceptando un sistema donde hay muchos creadores, muchos dioses omnipotentes que reclaman adoración.

Y a todo esto nos horroriza la idea de que en la India haya castas y miríadas de dioses ¡pues si estamos igual! Peor, porque esa estructura allí es pública y visible y quien quiera podrá ver el modo de meterle mano, pero aquí es secreta e invisible, y con una cosa así ¿cómo se faja uno?

Un arte en el que los artistas sean gente corriente, salvo que puede generar obras muy apreciables, hoy es algo raro. Un arte así es democrático, dijo Waldo. Y digo yo: a un estilo así ¿no se le podrá llamar “democratismo”?





Este es el Ganges en Benarés.