Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

viernes, 26 de diciembre de 2014

La realidad suplantada.

HOMO HISTORICUS.

¿En qué se diferencia el hombre de otros bichos?

En que habla mucho.

No es seguro que el hombre sea el único que hable. O que se comunique mediante signos, sonoros o no. No solo se comunican mediante signos los animales ¡también las plantas! Por ejemplo, dicen voces autorizadas que si una plaga ataca un bosque por un extremo, lo árboles infectados avisan químicamente, porque todas las raíces están interconectadas, a los que aún no están afectados para que reaccionen debidamente generando anticuerpos.

Pero en los humanos la comunicación es tan profusa que los hace únicos.

Lo que de verdad hace de la humanidad una especie indiscutiblemente única no es tanto hablar como escribir, y el que permanezca lo escrito y se pueda leer mucho más tarde. Es decir que la humanidad alcanza su entidad plena desde que es histórica. De modo que al homo sapiens le sucede el homo historicus, sin que haya mediado la evolución en ese trance.

Parece ser que el homo sapiens ha cumplido unos 75.000 años tan solo. El homo historicus no mucho más de 5.000.

Pero aquí hay un asunto sumamente importante que suele pasar desapercibido:

La escritura no retrata la realidad, sino que empleando conceptos fabrica mensajes. Y lo que le llega es otra realidad artificial y distinta que suplanta la realidad verdadera. O sea que mediante los conceptos se fabrican estereotipos de la realidad ¡que no son la realidad!

La narración, oral o escrita, de la realidad no es la realidad. Mediante el lenguaje se puede describir la realidad ¡pero también se puede mentir! Una descripción leal es, en el mejor de los casos, lo que cree el que ha descripto la realidad, que ha percibido directamente.

Por otra parte, en las sociedades en las que la historia está vigente, prácticamente todas, no vale aquello de "lo pasado, pasado". Sino que los hechos "históricos" de algún modo perduran y permanecen activos. Y gravitan sobre la gente, bien sea positiva o negativamente, como espadas de Damocles, y determinan el presente y el futuro.

Vivimos en un mundo mestizo donde se mezcla lo que se experimenta con lo que le cuentan a uno.

Lo que se está experimentando siempre es verdad. Pero ni lo que se experimentó, ni lo que se piensa experimentar lo es. Porque no lo es ya, o porque no lo es aún.

Y desde luego, lo que le cuentan a uno tampoco  es real. Porque la realidad es ineludiblemente subjetiva ¡tiene que ser vivida, experimentada! Lo que le cuenten a uno no es la realidad.

No obstante lo que cuentan, lo que se ha oído, o se ha leído, gravita fuertemente en las personas. Que son conmovidas y movidas. Pero, en tal caso, no les conmueve ni les mueve la realidad, sino la ilusión.

Se conoce solo cuando se experimenta la realidad, no cuando se tiene noticia de ellas por mensajes compuestos de signos. Las experiencias deparan algo semejante a signos que son los indicios.

Ante los indicios puede confundirse uno. Pero ante los signos es aún peor, porque se está desarmado. Depende uno de lo que le digan. No se sabe muy bien de quién depende. Y figuras tan prestigiosas como la "objetividad", la "razón" y la "lógica" están alejadas totalmente de la realidad. Y pueden resultar más falsas que el alma de Judas.

Pero ¡mucho ojo! porque esa artificiosa ficción puede actuar sobre la realidad ¡y producir monstruos reales y verdaderos! Como la energía nuclear, por ejemplo.

En resumidas cuentas, nuestra cultura conceptual e histórica es de naturaleza alienante. Nos hace vivir fuera de la realidad y, frecuentemente, en conflicto con ella. Y además produce realidades artificiales que pueden llegar a ser extremadamente peligrosas.


¡Pero no hay más cera que la que arde! No se puede salir de esta cultura ilusionista. Por lo que hay que andarse con pies de plomo, y, por lo menos, saber exactamente de qué estamos hablando ¡que nos la pueden dar con queso!

domingo, 21 de diciembre de 2014

¡Viva el sol que más calienta!


ESTOY CON EL PRIMO DE RAJOY.

Anda todo el mundo alarmado con el asunto del calentamiento global ¡Pues yo no! Primero porque, como dice Rajoy que dice su primo, de lo que va a pasar dentro de 300 años N P I y segundo que soy partidario inequívoco del calentamiento global. O por lo menos del calentamiento de Madrid. O en último extremo del calentamiento de Fuencarral, que es donde vivo.

Por lo que se ve soy un antiguo. Y me eduqué en época franquista. Y entre tanta maldad brotaba algo bueno: el escepticismo. De modo que bastaba, en aquella época, que los periódicos, la radio y otros medios te dijeran algo para que no te lo creyeras ¡y ahora no! cuando el cuarto poder habla excátedra  todo el mundo se pone de rodillas y se lo cree a pie juntilla. Y si no te lo crees y expresas en voz alta tu incredulidad ¡anatema!

Yo creo en Heráclito ¡Todo fluye! No te bañarás dos veces en el mismo río. Ni con la misma agua de la ducha ¡menos mal!

Como digo debo ser un antiguo, porque estoy acostumbrado a que se oiga  protestar a los que reclaman un cambio para salir de esa miseria. Mientras que ahora los que protestan son los acérrimos partidarios de "virgencita, virgencita ¡que me quede como estoy!"

Que va a haber cambio climático ¡pues claro que va a haber cambio climático! ¡Te pongas como te pongas va a haber cambio climático! Lo que ocurre es que no lo vamos a ver. Porque nuestro ritmo vital es mucho más rápido que el ritmo atmosférico. Y además vivimos demasiado poco para notar un cambio climático. Pero visto lo visto habrá cambio climático, porque hay indicios de que siempre lo ha habido.

Parece que estamos en el postrer momento de una era glacial. Porque aún hay casquetes polares y glaciares permanentes, y consecuentemente ¡vendrá una era interglaciar! ¡quién la pillara! Y eso es lo que parece que hay. A los que les gusta tanto el fresquito les debería pillar una era glacial ¡comme il faut! ¡que se iban a enterar de lo que vale un peine!

Lo que ocurre es que somos unos jodidos guarros. Y echamos a la atmósfera todos los humos y todos los gases de cuanto quemamos para mantener ese tren de despilfarro en el que estamos. Que además se compatibiliza con una miseria insoportable para una parte creciente de la población.

¡Siempre nos vienen asustando con que viene el lobo! Antes con las vacas locas, cuando seguramente lo que se quería es frenar una cabaña insostenible. Luego la crisis económica, cuando seguramente se quería frenar a banquero desaprensivos que prestaban lo que no tenían a los que no podían devolverlo, echando a un montón de gente a la p. calle, de su trabajo y de su casa, incluso los que podrían haberlo devuelto si no los hubieran despedido. Y ahora siguen con la matraca de las emisiones de CO2 ¡Pues que le den la matraca a los contaminadores! No al común de los mortales que no contaminamos nada ni tenemos ocasión de hacerlo. Parece que lo que quieres es que cuando tiritemos además nos autoculpemos!

A quien hay que echarle el freno es a esa minoría de poder mayoritario responsable de tal desaguisado y no comernos el coco con rogativas estúpidas.


Pues a mí, inviernos tan benignos como este ¡es que me encantan!


viernes, 19 de diciembre de 2014

Concentrados.


VIAJE AL CENTRO DE LA TIERRA.

Es el viaje al centro. Al centro de la tierra, con minúscula, al centro del país, de la nación.

Todos los partidos, o casi todos, van a colapsar el centro, donde está el mogollón. El mogollón de votos ¡A ver quien pilla más!

Casi nadie quiere saber de alianzas ahora. Quieren todos la mayoría absoluta. Después ¡Dios proveerá!

¡Hay que ver como Rajoy pierde el culo maquillándolo todo! El pacto anticorrupción. La campaña de  transparencia ¡hay que tener morro! España el motor de Europa. Y la crisis la hemos dejado por la popa... Pero ¡claro, no cuela! si uno se sigue viendo en el paro, o cobrando una mierda ¡Cómo va a colar? Sería distinto que nos dijera lo que ocurre en la Luna, o en Marte, o en la China ¡Pero que le venga diciendo a uno lo que pasa en su propia casa, siendo mentira, es lo que no pasa! ¡Que le digan a uno que está nadando en la abundancia cuando se está ahogando en la miseria! ¡Pues no! Es un electoralismo increíble. Pero ¡a ver los resultados!

El PSOE, pues no sé. Porque lo tiene difícil en las municipales y en las autonómicas. Y de eso dependerá que Pedro Sánchez se mantenga en el machito. Porque Susana Díaz estará al loro, y como piensa ganar en Andalucía, si el otro hocica, ella tendría vía libre para las generales.

¿Y PODEMOS? A mí ese partido me fascina. "Que si no se definen", "que no está clero" ¡Claro que no está claro! Pero no importa. "Por sus hechos los conoceréis". O por sus desechos. No mienten esos profes de ciencias políticas, lo han dicho desde el principio: "Han venido para quedarse" o "tienen vocación de gobernar". Pero como solo se gobierna con mazo de votos, con los de los simpatizantes del 15M no basta. Son necesario los votos de la clase media. Y esta ni se dedica a acampar en la Puerta del Sol, ni es extremista. Parecería coherente que hicieran tándem con Izquierda Unida ¡Pero no! ¡Nada de pringáos! ¡Vamos a hacer bacarrá! Don Cayo le ha dejado el puesto a un jovencito ¡Pues no ha servido de nada! Y ha acabado diciendo que ya está bien de "marear la perdiz" ¿Cautivará PODEMOS a los burguesillos de colmillo retorcido? ¿Resistirán sus votantes naturales su orientación centrista? Porque se dicen de izquierda ¡pero van a pescar al centro!

Y las huestes de Rosa Díez ¿progresan adecuadamente? ¿Pillarán el mogollón de votos necesarios? Yo creo que estos están por ganarse la vida, y hacer de bisagra si se presentara la ocasión.

Izquierda Unida mucho me temo que tiene poco que hacer.

Y por último CIUDADANOS. A quienes votaré si no dejan caer a Tomás Gómez. Me caen bien. Se han batido el cobre en Cataluña ¡y eso tiene mucho mérito! Son, como ya he dicho, centro genuino. Centro, centro, centro. Ninguno de los otros son propiamente centro, acuden al centro por conveniencia. Y que fueran catalanes los que gobernaran España ¡estaría muy bien! ¡De algún sitio tienen que ser! Porque hasta ahora la catalanidad ha consistido en desengancharse y querer marchar solos por su cuenta y riesgo.


Lo que pasa es que si me gusten a mí ¡no es un buen augurio!


domingo, 14 de diciembre de 2014

La fauna compañera.


EL CERDITO FALDERO.

Ayer salí a darme un paseo terapéutico por Monte Carmelo, que es una de esas urbanizaciones espaciosas y medio desérticas que han hecho recientemente en Madrid. Andaba distraídamente por la calle Monasterio de Silos Y vi a una chica que me pareció que paseaba un perro. Algo me chocó...No era un perro ¡sino un cerdito! bastante pequeño. Del tamaño de un perro pequeño. Lo llevaba con su correíta ¡como un perro! Regordete o redondito y tenía grandes lunares, como Pequeño Tío, el caballo de Pipi Calzas Largas.

El cerdito iba gruñendo, suavemente, y también iba hozando entre las hojas secas caídas de los plátanos, tan frecuentes en esta época del año ¡Es que cada especie tiene sus costumbres y no hay dueña ni correíta que pueda torcer el sino de un espécimen!

No me atrevía a hacerle una foto al cerdito, ni siquiera pidiéndole permiso a su dueña. A la vuelta de mi paseo volví a ver a la chica con su cerdito. Estaba hablando con otra chica que paseaba a un perrito ¡Qué vulgaridad! Luego se despidieron y se separaron.

Me acordé del libro que acababa de leer, "De animales a dioses" del que he dado cuenta en el post anterior, porque el autor de ese libro habla del maltrato al que se le somete a los animales en las granjas. Especialmente a los cerdos que son muy sensibles y, digamos, humanos. Después de los monos, nosotros somos monos verdaderamente, son los más parecidos a nosotros (en muchos casos es evidente). No lo dice pero entendí que los cerdos son más próximos a nosotros en su sensibilidad que los perros.

Una vez me llamó la atención la noticia que decía que habían multado a un granjero por no tener juguetes para los cerdos. Porque parece que estos animales son imaginativos y sensibles y sufren como sufriríamos nosotros si nos hicieran lo que a ellos les hacen. Lo mismo que, según he oído decir, Juan Ramón le daba pasteles a Platero para resarcir a la especie por lo menos en un individuo, el cerdito de Monte Carmelo supone la redención simbólica de tanto marrano maltratado.

Los perros no se comen (no se comen aquí, que en China sí) y se tienen de compañía. Mientras que los cerdos sí que se comen y, por lo general, no se tienen de compañía.

Se comen aquí. Pero los musulmanes tienen prohibido comer cerdo. También los judíos.

¿Por qué tienen prohibido los musulmanes comer cerdo? Hay muchas teorías, pero la que mantenía Don Enrique Lafuente Ferrari, amadísimo maestro, es que la carne de cerdo es tan parecida a la carne humana que para combatir el canibalismo también está prohibida. No vaya a ser, digo yo, que un día se le haya terminado a uno los filetes de cerdo y echen mano de un vecino. Bien pensado, más vale cortar por lo sano: No se comen vecinos, ni siquiera cerdos.

Habrá quien se fie más de Marvin Harris ¡Pues yo no! Porque don Marvin decía en uno de sus libros que los árabes no comían cerdo porque resulta muy costoso criarlos en Arabia, pero en Indonesia, donde hay más musulmanes que en cualquier otro país de la Tierra, y donde los cerdos se crían sin sentir, se los comían los musulmanes.

Pues bien, teníamos unos vecinos indonesios y otros malayos a los que invitamos un día a merendar con otros vecinos vernáculos para que hicieran amigos. Mi chica dijo que pondría embutidos, pero como son musulmanes... ¡No, no, no! Dije yo. Porque dice Marvin Harris... y le suelto el rollo. Confió mi chica en mí en aquella ocasión ¡mal hecho! (por lo general no suele cometer tales errores). Puso embutidos y, menos mal, otras cosas. Y ¡ni los malayos ni los indonesios probaron la chacina! Tampoco la cecina. Y mira que es de vaca o de caballo. Más tarde comenté con mis amigos malayos la teoría de Harris y me dijeron que de eso nada monada, que el jalufo ni lo huelen ¡porque son musulmanes!

De todos modos nada es seguro, porque tengo un colega en Huelva que es sirio y le pega, cuando se le presenta la ocasión, al jamón y al vino. Y le digo, "no estarás contraviniendo... " y me respondió.


"Que esté prohibido comer jamón y beber vino no lo pone en el Corán ¡En ningún sitio!" 


jueves, 11 de diciembre de 2014

La historia interminable (de momento).


EL SUPERSIMIO.

Me acabo de leer un libro que me ha encantado y que os recomiendo vivamente. Tiene por título "De animales a dioses" Breve historia de la humanidad. El autor es Yuval Noah Harari. De la editorial Debate. Este es un profesor de Israel ¡Un chaval! nació en el 76 y su nombre o sus apellidos se parecen un poco a Noé, el del Diluvio y al monte Ararat, donde encalló el Arca después del famoso y tremendo temporal. Yuval, en cambio, no me dice nada.

Pero, claro, lo que lee uno es la traducción, que es de Joandomènec Ros, que debe haber hecho un gran trabajo, porque el libro ha quedado estupendo.

Es una historia, poco detallada, del homo sapiens. Que lleva sobre la faz de la Tierra (jodiéndole la faz a la Tierra) tan solo 70. 000 años. A lo sumo 100.000. O sea, que la humanidad es solo unas mil veces más vieja que cada unos de los humanos. Al inicio de su implantación habría no menos de media docena de especies humanas. Desde hace mucho no queda más que una ¡mira qué casualidad!

El tiempo de vida de nuestra especie es mucho más breve del que me parecía, porque claro ni los autralopitecos ni el Hombre de Pekin, ni los neardentales eran homo sapiens. Y parece ser que el hombre de 70 ó 100.000 años no era distinto del actual, porque no ha podido operar evolución alguna por falta de tiempo o de otras contingencias. O sea que somos lo que éramos entonces. Pero han pasado varios periodos, que aquí resumo yo a mi modo, que es mucho peor que el del libro.

El periodo más antiguo fue, como se sabe, el Paleolítico. De conducta nómada se dedicaba la humanidad a la caza y a la recolección. Debió ser aquella una vida sana, libre y divertida. Andaría como puta por rastrojo ¡pero bien! La población humana del mundo debió ser reducida, tanto como su esperanza de vida. Ya perturbarían bastante el medio natural, porque dominaban el fuego y los "incendios intencionados" claro que no fueron los primeros, porque los neardentales ya conocían y practicaban esa técnica.

En el siguiente periodo, en el neolítico "sentaron la cabeza", se hicieron sedentarios, siguieron con el tema de los incendios e inventaron la agricultura. Creció mucho la población, y es de suponer que la mala leche.

Del siguiente periodo, el histórico ¡qué voy a decir! es el nuestro. A última hora maquinista, donde el trabajo ya no se realiza exclusivamente de modo personal, ni siquiera con el auxilio de animales, sino mediante máquinas movidas por motores ¡pero sigue siendo predominantemente agrícola y minero!

Y en el último momento entró en danza la informática, con el efecto que no es necesario ponderar.

La capacidad de transformar el mundo ha sido progresiva. Transformar ¿en qué? ¡En una granja! Los agricultores hacen del mundo una granja, y los conservacionistas-ecologistas también. Cuando capturan animales salvajes, los anestesian y duermen, los miden, les colocan un collar con un GPS y los sueltan. O los curan si están heridos, los estabulan y luego los sueltan. O fuerzan la fertilidad de especies "en riesgo de extinción" ¿Qué están haciendo? ¡Pues una granja! El mundo salvaje ya no es tal ¡Es una granja! (Bueno, todo este rollo de la granja no lo dice Yubal, sino mío, lo digo en su descargo).

Lo que si dice Yubal es que hay un rasgo donde el homo sapiens parece que ha fracasado, en conseguir la felicidad. Según todos los parámetros el crecimiento ha sido espectacular, salvo en el de la felicidad, que este autor parece cifrar en el budismo auténtico. Que consiste en aceptar las cosas como son. Dejando la ambición de lado. Y en eso se parece bastante al estoicismo, al epicureísmo y el cinismo clásicos, que no son hedonistas, como sus nombres parecen indicar, sino que trata principalmente de evitar a toda costa el sufrimiento. Así es también el taoísmo.

También estoy de acuerdo en esto. No estoy tan a favor del crecimiento sin límites como de la reducción del sufrimiento universal.


¡A lo mejor esto sería la guinda!




sábado, 6 de diciembre de 2014

Deriva continental.


EL EI

La Tierra es un planeta enloquecido. Desequilibrado y reequilibrado constantemente. El Ying y el Yang. Si la Tierra fuera como Marte sería como Europa, satélite de Júpiter, una bola de agua. Porque toda la tierra emergida cabe en el mar ¿Y por qué emerge? ¿Por qué ese desequilibrio? Por su configuración interna. Constituida por un núcleo densísimo y muy caliente que gira alocadamente dentro de un manto viscoso cubierto por una relativamente delgada corteza sólida, cubierta a su vez de agua. El giro del núcleo impulsa corrientes magmáticas del manto hacia el exterior produciendo terremotos, erupciones, emergiendo continentes que derivan produciendo desequilibrios constantes y reequilibrios. Y no solo eso. Sino que por fuera de la litosfera y la hidrosfera está la atmósfera. Más fluida aún que la hidrosfera. Sensibles a la energía externa que viene del Sol, que calienta de modo distinto el mar y la tierra y la solución a tales desequilibrios son las tormentas y los huracanes.

La dinámica terrestre está determinada por las fuerzas desequilibradoras y reequilibradoras ¡Es el sino de nuestro mundo!

A la humanidad le pasa igual. Podríamos vivir en paz y en gracia de Dios ¡pero no! Se impone la bronca. Acciones que son reequilibrios o desequilibrios ¡según se mire!

Ejemplo de esto que digo petan los periódicos, los noticieros. Uno de los más llamativos es el EI.

Llama la atención como un pavo con un cuchillo sujeta a uno que es su víctima, arrodillado, que suelta una perorata a favor del pavo, y este lo degüella y lo decapita (esto no lo he visto, ni lo voy a ver). Y además el pavo en cuestión es paisano nuestro ¡qué pasa!

Llama la atención un asesinato tan artesanal ¡solo falta que se lo hubiera comido! como hacían los caníbales hasta antes de ayer, como aquel que dice.

¡Son salvajadas propia de ellos, no de nosotros! Lo que pasa es que el verdugo no era de "ellos" sino de "nosotros" ¡Un galés!

¡Es una salvajada! Matar a un inocente de esa manera. Si nos atenemos a los hechos parece que lo civilizado es matar a la gente a balazos y a bombazos ¡es lo que hacen los países civilizados! Por causas justa ¡Eso sí! Se causan "daños colaterales", pero son "involuntarios" e "inevitables". Y masacres como las de Hiroshima se ejecutan "para salvar vidas humanas" ¡lo pone en los libros! Y nada de comerse los cadáveres que se han matado previamente que es cosa de salvajes. Lo civilizado es matarlos justamente dejarlos pudrir o meterlos en fosas profilácticas.

Cuando lo civilizado sería no matar a nadie ¿No? Por ningún procedimiento, ni individualizado ni masivo.

Aunque hay que admitir que ese bárbaro procedimiento de decapitar ante la cámara es muy economicista ¡Muchísima gente se aterroriza por cada asesinato! Mientras que a bombazos mueren muchos más y la destrucción es incomparablemente mayor...Y la gente pierde la cuenta y acaba por no aterrorizarse ¡qué locura!

Y ¿qué hacen los "nuestros" entre "aquella gente"?

¡No se entiende! Pues se entiende muy bien ¡forrarse! Son mercenarios. Gente que aquí está desocupada, que sobra, marginada, que allí reciben un magnífico salario, dice la tele que cuatro veces el salario de un soldado aquí. No debe ser un asunto religioso. Pueden que se  conviertan al islamismo, pero puede que no sea más que para uniformarse debidamente. Y ¡claro! en tales circunstancias el reclutamiento de gente sanguinaria ¡que la hay! es fácil.

Tras la Primera Guerra Mundial, leía a Ignacio Sotelo, el Imperio Otomano cayó en manos de Inglaterra y Francia, quienes tiralíneas en ristre trazaron estados y fundaron monarquías. Un reordenamiento que vulneraba órdenes subyacentes. Como son, por ejemplo las dos grandes corrientes religiosas musulmanas: chiíes y suníes.

Reordenamientos posteriores no hicieron más que elevar la potencia de esa energía oculta: la formación de un estado cristiano, Líbano, a expensas de Siria. El estado de Israel que no es más que la incrustación de un estado occidental  en el corazón del cercano oriente, con el desequilibrio que ello conlleva, sin que se perfile entendimiento alguno.

No parece que haya sido muy acertada la influencia norteamericana en un territorio tan delicado, desatando nudos sin calcular las consecuencias. Como animar a los talibanes en Afganistán para que rechazaran a los rusos sin darse cuenta que acabaría rechazándolos a ellos. Derribar a  Sadam Husein cuando era su aliado, desorganizando un país muy organizado, y poniéndolo en manos de  suníes, soterrados enemigos suyos. Alentar tan alegremente la Primavera Árabe que ha producido el caos irreductible en Libia, terreno abonado para el radicalismo musulmán. Y en Egipto la cosa ha terminado en involución. Propiciar el desgobierno en Siria que junto a Irak eran los países más modernos de la región. Y no haber progresado nada en el entendimiento con Irán.

Se aduce que en todos esos sitios había, o hay, dictaduras inadmisibles ¿solo en esos sitios? Si se quería conservar la influencia en esa región deberían haber tenido más cintura.

Todo eso ha llevado al E I ¡A ver como se apañan con él!

¿Qué es lo que pasa en el fondo?

Pues que el mundo occidental ha ido transformado el petróleo subterráneo en pasta contante y sonante que va a parar a las arcas suníes de la península arábiga. Amigos teóricos de occidente cuando verdaderamente están muy resentidos, y obran en consecuencia. Y, seguramente, se estarán empleando esos gigantescos recursos en redibujar los mapas bajo esa forma de califato.


Y al Tío Sam se le van a caer dos velas mucho mayores que las del pavo indultado el día de Acción de Gracias.