Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

domingo, 30 de mayo de 2010

Siguiendo en la brecha.

Este post nº 169 del Salterio se lo dedico a mis amigos de los miércoles y los jueves ARRIANDO.


Estos días estoy arriando. Plegando, que dicen los catalanes. Porque a pesar de que lo dije en su momento (ver cliqueando en el asterisco rojo*) en la administración pública no se han enterado. Ni ha colado. Y mira que lo demostré palmariamente. Que aún me quedan 14 años para cumplir 70 ya que tan solo tengo 5&.

El caso es que este curso se está terminando. El jueves pasado fue mi última clase y al siguiente curso no puedo volver ¡Porque si lo intentara me lo impedirían! ¡Y si en este o en los anteriores me hubiera ausentado injustificadamente me hubieran castigado! ¡Qué surrealista! ¿no?
Me preguntó Ana que si no me daba penita. Pues no. Porque se que la felicidad consiste en hacer de la necesidad virtud.

En realidad no se ha torcido ningún plan. Esas torceduras si que me dan pena. Este curso ha terminado de modo natural. ¡como siempre! Lo que ocurrirá es que en octubre no comenzaré otro distinto, como venía ocurriendo últimamente. Pero lo que pudiera ocurrir el próximo curso es algo que no existe ¡No voy a perder lo que no tengo!

Porque los sucesivos cursos no son partes de una misma cosa. Son cosas distintas. Y no hay dos iguales. De modo que estos días se ha roto, como estaba previsto, esa costumbre que tenía con mis alumnos de vernos todos los miércoles y jueves durante tres horas y charlar mientras dibujaban. Claro que el único que nunca faltó a esa cita fui yo. Y aunque nunca estaban todos siempre había muchos y aquello estaba muy animado. Pero yo ya se lo he dicho a ellos: quien quiera encontrarme aquí me tiene.

El caso es que seguiré navegando por otras aguas igualmente conocidas, porque desde siempre lo vengo haciendo y fondeando en otros sitios y atracando en otros puertos. No hay que despedirse especialmente ni de nadie ni de nada.

Y, desde luego, lo que no hay que hacer de ningún modo es volver la vista atrás. Porque sabemos lo que pasa ¡Que quien lo haga quedará convertido en estatua de sal!


domingo, 23 de mayo de 2010

Las edades del hombre.

Este post nº 168 del Salterio se lo dedico a Alfred. EL ARTE DE LA PAZ Y DE LA GUERRA.



El ejercicio del poder es lo que hace que una sociedad sea lo que es, que cambie o que no cambie.

El poder se ejerce de dos modos distintos: POR COACCIÓN o por PERSUASIÓN.

Es por coacción cuando se utilizan recursos militares en las guerras. O recursos judiciales y policiales en la paz. Estos recursos están teñidos por el arte.

Es por persuasión cuando se utilizan principalmente recursos artísticos. Los de las bellas artes, la literatura, la poesía y la música.

Luego el arte es esencial para el ejercicio del poder en las dos formas. Podría decirse que la ÉPICA es lo característico del arte al servicio de la coacción. Y la LÍRICA lo característico del arte al servicio de la persuasión.

Y el ARTE POR EL ARTE se corresponde con el ideal del arte por la libertad e independencia frente al poder.

Y ¿qué es ARTE?

Seguramente ARTE es sinónimo de EXPRESIÓN ÓPTIMA. Y no se suele llamar arte a la simple expresión.

Y toda expresión, artística o no, requiere el empleo de SIGNOS que constituyen MENSAJES.

Los signos y los mensajes son de dos clases: LINGÜÍSTICOS y SEMIOLÓGICOS.

Los mensajes lingüísticos son los relativos a las lenguas. Que son orales y constituyen CÓDIGOS. Hay CÓDIOGOS PARALELOS. La escritura es un código paralelo de la lengua que es oral. Como el morse o el braille son códigos paralelos de la escritura con letras o con ideogramas.

Los mensajes semiológicos son los relativos a las imágenes, tanto visuales como sonoras. Que pueden ser estáticas y dinámicas.

Pero los mensajes lingüísticos y semiológicos no llegan separadamente sino conjuntamente. Y formulaciones artísticas como los libros, el teatro y el cine están compuestas de las dos clases de signos.

Los ARTISTAS son los autores de los mensajes que son óptimos.

Las OBRAS DE ARTE son las armas del poder de la persuasión. Que fabrican los artistas, pero no las blanden.

Porque quienes las blanden son los MECENAS. Que son los promotores del arte. Y lo hacen para persuadir de su poder al exhibirlas, y para imponer un modo de pensar que les beneficia.

Y todo cuanto sucede, ocurre en una era. Que es un medio que se ha formado voluntaria o involuntariamente, pero que es insoslayable y deja su impronta sobre lo que en ella ocurre. Alfredo, que es un discípulo mío, creo que defiende que vivimos en lo que podríamos llamar la TERCERA ERA histórica.

La PRIMERA ERA es la oral y escrita, en la que también se dibuja, se pinta, se esculpe y se hace música. Se caracteriza por la producción de piezas únicas. Que se multiplican con dificultad, por lo que se dificulta la difusión.

La SEGUNDA ERA es la de la imprenta. Que se caracteriza por la producción de piezas múltiples, que dispara la difusión. Con todo la difusión, que es mucho más fácil que antes, sigue siendo difícil.

La TERCERA ERA es la de la informática. En la que la difusión, a pesar de ser tan sofisticada, es de hecho extremadamente fácil.

Y, por no ir más lejos, este blog es una prueba evidente de lo que estoy diciendo.



domingo, 16 de mayo de 2010

La letra con sangre entra.

Este post es el nº 167 del Salterio.
LA REGLA DE CUADRADILLO.




Hace unos días me trajo Ana de la nueva Tate una regla de cuadradillo con la cara de los números negra y las otras tres: rojo, amarillo y azul, según diseño de Teo van Doesburg. Y me hizo recordar otra regla de la misma clase pero más fea, porque no tenía ese bello colorido. Era más contundente, de más de un cm de lado y más de 30 cm de largo.

Esa era el arma predilecta de la señorita Teresa. Mi primera maestra, si exceptuamos a Doña Ana, dama de la que os hablaré algún día, que oficiosamente en su casa me desveló el misterio de la escritura cuando yo tenía cuatro años.

Con cinco años me llevaron a un colegio de postín. Y la víspera busqué en casa un libro para llevar al colegio. Encontré un cuento de baturros que era corriente en aquella época.

Aquella mañana me llevaron al colegio y entré en clase de la señorita Teresa. La recuerdo alta, yo era muy bajito, delgada y mal encarada. Se interesó enseguida por mi libro. Lo miró con gesto de desaprobación y se lo llevó sin decir palabra.

Durante toda la clase estuve esperando inútilmente que me lo devolviera o me diera alguna explicación. Pues todavía podría estar esperando. Yo le daba vueltas al magín aplicando mi infantil hermenéutica y creo que acerté. Porque pensé que a lo mejor un cuento de baturros no es bastante serio para una clase.

¡Pero es un libro! Es decir un manojo de hojas impresas cosidas por uno de sus lados. Y también pensé que si una maestra no se daba cuenta de que a un niño recien llegado no podía estar al día en convencionalismos literarios relativos a los usos escolares ¡pues no estaba haciendo bien su trabajo!

De la señorita Teresa no recuerdo nada más que su agrio carácter y que imponía su disciplina llamando al estrado a los minúsculos infractores, a los que obligaba a juntar los dedos de sus manitas, poniendo hacia arriba las yemas, que golpeaba con saña repetidas veces con su regla de cuadradillo.

Cuando le conté esto a Ana me dijo: “Lo siento papá, no podía imaginar que este pequeño regalo tuviera para ti evocaciones tan negativas”

Recuerdo aquello con un cierto resentimiento y me dejó la impronta de que un colegio siempre es en principio un lugar peligroso, y no deja de sorprenderme que los niños vayan, cuando van así que no es siempre, de buen grado al colegio. Y sigo pensando que ¡vaya huevos los de la señorita Teresa y los de la directora que la mantenía contratada consintiéndole semejantes recursos pedagógicos!

El estreno fue verdaderamente premonitorio porque no fueron esas las únicas putadas que recibí en tan prestigiosa institución.





domingo, 9 de mayo de 2010

Afortunadamente Vietnam no es lo que era.

Este post es el nº166 del Salterio. PEKÍN EXPRESS.



Hace unos días estábamos mi chica, Ana y yo tomándonos unas birras en la barra de una franquicia de la Gran Vía y junto a nosotros estaban un par de tíos y un chico joven que hablaban muy alto. Uno de los dos era rubio, corpulento y con bigote. El otro era moreno y más menudo. Estaban contentos y enrollándose con las camareras. Como ligando pero en buen plan y las chicas se les veía relajadas y risueñas.

Nosotros no le hacíamos mucho caso, pero cuando pagamos y nos íbamos se dirigieron a nosotros y se presentaron.

Rápidamente nos informaron de que eran manchegos, de Moral de Calatrava, y que trabajaban en una bodega, nos dieron la tarjeta ¡que fuéramos, que fuéramos!, y que a lo mejor conocíamos el sitio porque allí estaba un restaurante de carretera que el dueño era "muy patriota", y se llama Casa Pepe. Yo no he estado, pero recordaba algo que había oído de que en Despeñaperros hay un sitio con banderas fachonas. Ana también había oído algo, pero que el rollo era disparatado pero no era malo.

Les dije: por allí cantan fandangos manchegos ¿no?

Pues sí. Este los canta estupendamente, dijo el rubio.

Estaban tan contentos porque estaban de despedida

¡Mañana mismo nos vamos a Vietnam!

¿Tu también? Le dije al chico.

No, sólo ellos dos, yo es que soy sobrino y vengo a despedirlos.

¡A Vietnam?

¡Si señor! A Vietnam nos vamos.

Y ¿qué vais a hacer en Vietnam?

Vamos a salir en el programa de la tele PEKÍN EXPRESS ¿No han visto ese programa?

Yo no me acordaba muy bien. Pero me lo recordó Ana. Ya sabéis que sueltan a una pareja sin pelas en un sitio, creo que vi unos que estaban en Sangay, y enrollándose en plan simpático se las tienen que arreglar para sobrevivir y llegar a otro sitio con la ayuda de la gente.

Era 8 de Abril y en la tele salen en Septiembre. Van con tiempo para el rodaje o no sé para qué ¡Yo, desde luego, no me lo pierdo!

Nos despedimos con abrazos y besos como si nos conociéramos de toda la vida.

Que van a triunfar ¡no nos cabe la menor duda!

domingo, 2 de mayo de 2010

El verde fruto de la primavera.

Este post nª 165 del Salterio se lo dedico a Carmen y a Manolo, que nos veremos mañana. DEBILIDAD PITAGORÓRICA.


Pitágoras es mi ídolo, o por lo menos uno de ellos.

No solo por su conocido teorema.

Que es una verdad apodíctica. Ya que en cualquier triángulo rectángulo la suma de los cuadrados que tengan como lados los catetos es igual al cuadrado que tenga como lado la hipotenusa ¡Es pura magia!

Sino sobre todo por lo que ha dejado dicho:

Que a las olimpiadas acude gente de tres clases:

Los mercaderes que acuden para ganar pasta vendiendo chucherías. Y son por eso los más tirados.

Los atletas que acuden para ganar gloria. Y son algo menos tirados, pero lo son de todos modos.

El público en general, que acuden para pasárselo pipa contemplando los juegos y consumiendo las chucherías. Y por eso son los más cojonudos.

No obstante Pitágoras tenía una debilidad que no compartimos. Su aversión a las habas. Y es que a lo mejor era alérgico a esa legumbre, porque el polen resulta venenoso para algunos. De hecho cuando descargan soja, que es una clase de habas, en el puerto de Barcelona se levanta un polvillo que fastidia a mucha gente ¡Y algunos palman y todo!

A mí las habas me gustan mucho, porque ofrecen muchas maneras de ingestión:

Al modo murciano, cuando los granos están formados pero muy tiernos. Se sacan de la vaina y se van comiendo crudos con lonchitas de jamón. Así es como le gusta a mi amigo Agapo, que no puede refrenarse mientras que haya habas y termina embotado.

Cuando los granos están aún muy pequeños que se comen cocinadas, con vaina y todo, troceadas. Hay dos modos de cocinarlas: guisadas y estofadas.

Guisadas es pochando cebolla muy picada en un poco de aceite y a continuación se echan las habas , un poco de agua y sal.

Estofadas es poniendo en crudo el aceite, la cebolla, las habas, un poquito de harina, agua y sal. Se deja hacer y punto pelota. Se le pueden añadir alcachofas y guisantes.

Guisadas y estofadas son totalmente distintas a pesar de tener prácticamente los mismos ingredientes.

Si los granos son muy pequeños se pueden guisar sin vaina y con taquitos de jamón. Son las famosas habitas con jamón.

Cuando las vainas están ya duras, se pasa de ellas y se pueden guisar los granos con sepia o con butifarra de la llamada de habas y están divinas. Un modo de que no se sequen y se peguen es tapándolas con la tapadera del revés y echando agua en ella.

Cuando las habas están grandes y tienen el pellejo duro aún tienen un guiso muy bueno. Son las famosas “habas enzapatás” que son hervidas, con ajos frescos, sal y perfumadas con hierbabuena o con poleo. Se pueden comer templadas o fría, se desgarra con los incisivos un poco el pellejo y se comen como altramuces. Es una tapa muy buena con cerveza o con vino latonero.

Después de secas se pueden comer fritas, como frutos secos. Y también en potaje que se cocina después de remojadas. Así no las he comido nunca y esas grandonas no resultan muy apetecibles. Pero hace unos días en León vi unas pequeñas y secas que seguro están buenas.
Y mira que en León tienen poco aprecio por las habas, porque le llaman “habas caballares” para distinguirlas de las fabes que les llaman habas.
Es que en eso son muy pitagóricos.