EL VALLE DE LOS CAÍDOS.
Lo que no acabo de comprender muy bien es que la familia de Franco no pida el traslado de esos restos a un lugar más soleado.
A mí el cementerio de Huelva, que es el primero que he conocido, siempre me ha parecido un lugar alegre por luminoso, donde descansan en paz los restos de quienes perdieron la vida, o se les acabó.
Porque una cosa es morirse, que siempre es un hecho triste, un fracaso, el hiper-fracaso de cada uno. Y otra muy distinta es cómo "descansar" tras alcanzar la muerte (o de ser alcanzado por ella). Hay un amplio abanico de posibilidades.
Una es el procedimiento en auge de la cremación. Donde al cadaver lo asan hasta convertirlo en cenizas. Escapando a la atmósfera -literalmente al cielo- una buena parte de su ser en forma de vapores, gases y humos. Vapor de agua y el denostado CO2 y otros restos volátiles. Viene a mi memoria que cuando piadosamente estábamos en el exterior del crematorio mientras procedían a la cremación de una amiga otra protestaba incómoda porque le estaban cayendo las pavesas...
Más tradicional es enterrar al cadáver en una tumba o en un nicho. Es más permanente que la incineración. El finado queda practicamente reducido a su nombre grabado en la lápida. Y quienes visitan su tumba parece que lo visitan en su última morada. Y no se deja ver ¡porque no puede! no porque no quiera. Sin que por eso el visitante se sienta desairado pero sí algo desconcertado. No obstante a veces, como en el cementerio de Montparnasse de Paris, le dejan mensajes a los personajes difuntos en forma de notas.
También hay enterramientos monumentales como las Pirámides de Egipto, el Taj Mahal o el Camposanto de Pisa, que son el no va más en monumentos. En este último no falta una nota de humor y desenfado ante la amenaza de la muerte, cuya imagen muestro al final de este post.
Los promotores del Valle de los Caídos parece que pretendieron con su obra incrementar la nómina de tan singulares monumentos. Para mí que fallaron en tan esforzado intento, porque me parece que el resultado está más en la línea de las películas de Drácula. Piénselo un momento, a ver si no es así.
A Franco lo han enterrado en un lugar que no le corresponde, porque no es un caído sino todo lo contrario, y con ello han provocado un cortocircuito histórico que lo disloca todo.
Pero sí tiene supermorientes ¡que es el colmo!
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