Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

sábado, 17 de diciembre de 2011

La física metafísica.





EL BOSÓN DE HIGGS.


Habitualmente se refiere uno a cosas de las que no tiene NPI, aunque se suela ignorar tal circunstancia. Mientras que hay un grupo de cosas que uno ignora paladinamente y convive con esa ignorancia enquistada ¡a mí eso me subleva! Tan solo un grupo reativamente pequeño de iniciados manejan tales secretos y de paso ingentes cantidades de pasta sin que uno ni siquiera pueda proptestar porque te llaman burro los demás burros. No obstantes hay sabios piadosos como D. Luis Ibañez que en El País del 14 de los corrientes te aclara cosas en su análisis titulado "El misterioso bosón".

Resumiendo drásticamente: Se tiene una idea intuitiva de la masa de las cosas. P. e. un elefante tiene mucha más masa que una hormiga porque tiene más átomos y se pregunta de dónde viene la masa de los átomos ¡Hasta ahí estamos de acuerdo!

Pero a continuación dice que hay que preguntarse cuál es el origen de la masa de las partículas que forman los átomos. A mí eso no me convence nada porque de que tengan masa los átomos no se desprende necesariamente que la tengan que tener las partículas que lo forman. La respuesta que da es que la masa de las partículas elementales se debe al misterioso Bosón de Higgs.

Teóricamente existe un campo de fuerza, el campo de Higgs que aglutina las partículas elementales frenando su movimiento. Y como, teóricamente, todo campo de fuerza ha de tener asociada una partícula es de suponer que dicho campo tenga la suya a la que se le llama Bosón de Higgs. Pero no hay constancia de que tal partícula exista. Más bien se supone que ya no hay ninguna. Pero que debió haber muchas en el inicio mismo del Universo, hace diez mil millones de años en el momento del "Big-Bang".

Se supone que tales partículas son muy efímeras, ya que una vez formadas se desintegran en una billonésima de billonésima de segundo y que si bien no existe ninguna de modo natural se podrían fabricar y detectar en el acelerador de partículas CERN de Ginebra, que está en un túnel subterráneo de 27 Kilómetros de circunferencia. Parece que se ha logrado la azaña, pero que hay que esperar un año para comprobarlo.

Lo que pienso de todo esto es que querer remontarse al inicio del Universo ¡nada menos que experimentalmente! se sale del estricto campo de la ciencia para entrar de lleno en el de la fantasía. Y que este asunto es más adecuado abordarlo desde la literatura, la metafísica o la teología. Para lo que bastan medios más baratos, papel y boli. O en todo caso un modesto ordenador. Que no están los tiempos para derroches.


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