Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

sábado, 11 de abril de 2020

Actividad versus pasividad.



NOS FALTA LA POESÍA.

Cuando oigo decir a los políticos que quieren cambiar el mundo...

¡Se me ponen los pelos de punta! Y me echo a temblar.

¿Pero quiénes son ellos para cambiar el mundo?

¿Qué modelo tienen en la cabeza según el cual quieren cambiar el mundo?

Me tranquiliza más el principio taoísta de actuar siempre conforme a la naturaleza de las cosas.

Lo malo de nuestros políticos es que ¡sí que pueden!

Y lo hacen.

Y hacen panes como hostias.

Un ejemplo, están sacando de la circulación de las enseñanzas medias las asignaturas estéticas como el dibujo y la música en vez dejarlas y potenciarlas como poner asignaturas para aprender a escribir poesía y prosa. Cosa que cuando se ha hecho ha sido muy indirectamente.

Recuerdo de chaval que en el instituto tenía que estudiar métrica en la asignatura de Lengua y Literatura. Pero no nos ponían a escribir poesía ¿Y para qué queríamos saber cómo se hace si no lo hacíamos nunca?

¿Por qué no?

Primero porque nos hablaban de los poetas como de seres de otro mundo ¡Cómo va a osar un mocoso a escribir una poesía!

Y porque ¡a ver cómo corriges y a ver cómo calificas!

Siempre estamos en las mismas. Pensando cómo tiene el profesor que manejar adecuadamente  la zanahoria y el palo.

La filosofía también parece que estorba...

Recuerdo con verdadero placer mis clases de filosofía en el instituta La Rábida de Huelva en los lejanos tiempos de finales de los 50.

Don Jacinto, el profesor, estaba convencido de que ninguno de sus alumnos superaría un examen convencional pero supongo que sabría que nos habíamos empapado bastante de lo que es el pensamiento filosófico.

Parece que según el modelo al uso se forma a los alumnos para ser sujetos pasivos, con pocas iniciativas verdaderamente originales.

Lo que pasa es que la humana naturaleza es de natural creativa y esa cualidad no se puede doblegar tan fácilmente. Y lo suyo sería perfeccionar su vuelo no reprimirlo.

En estos terribles tiempos que vivimos, sitiados por estos terribles microenanos, confinados en nuestras propias cárceles sería muy útil que tuviéramos una buena formación y un buen entrenamiento para ser activos y endulzar un poco este amargo cautiverio que produce esta pasividad impuesta.

No dudo que  el confinamiento sea oportunísimo.

¡Pero no deja  por ello de ser un hoprror! 

Y aminorar esa horrorosa pasividad impuesta y autoimpuesta con un poco de actividad mental positiva...

¡No estaría de más!





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