Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

domingo, 15 de marzo de 2020

Enclaustrados.



EL MONSTRUO INVISIBLE.

¡Confinados en nuestra propia casa!

Arresto domiciliario sin haber hecho nada...

Y todo para escapar de un monstruo increíblemente pequeño...

Y no es para que no entre, sino para que no salgamos y vayamos regándolo por ahí...

¡Mucho rollo ahora, pero hace nada a la mani!

Ahora que...¡está bien!

O casi...

Porque al monstruo invisible hay que pararle los pies como sea.

Porque, sobre todo los puretas, corremos peligro.

Y hay que darle tiempo al tiempo, para que se propague suavemente...

¡Sin petar hospitale ni tanatorios!

Que vayamos infestándonos poco a poco...Para que los anticuerpos se vayan organizando...

Porque estos monstruos para nuestra escala son muy pequeñitos

¡Demasiado pequeñitos!

Es que ni siquiera les cuadra el concepto de tamaño...

No hay lupa ni microscopio...

Porque el llamado microscopio electrónico no es tal microscopio. 

Porque etimológicamente microscopio significa mirar lo pequeño y con los microscopios electrónicos no se mira propiamente sino que produce imágenes por un sofisticado sistema que luego miramos ¡Miramos las imágenes del bicho, no al bicho! Que no es lo mismo enero que febrero.

¡En resumidas cuentas! que es un hijoputa infinitamente más pequeño que nosotros que si se nos cuela en nuestro organismo empieza a criar y a criar y nos deja turulatos y a continuación se empieza a propagar sobre deudos y vecinos...

Es que claro uno está acostumbrado a monstruos horribles, como el de Frankenstein o el Hombre Lobo...Y a otros    cabrones que con su semblante apacible se han cargado a toda su familia o ha entrado a tiro limpio en una escuela americana dejando un reguero de muertos inocentes. 

Pero no a un monstruo pequeñísimo que ni siquiera se puede ver. 

Ergo no tiene cara, ni espantosa ni apacible, ni cuerpo, ni cuchillos, ni armamento militar o paramilitar, ni líquidos o geles ácidos o cáusticos...

Y para defenderse de ellos anda uno enmascarado... 

y enguantado... 

Y dando palos de ciego a lo mejo donde no están porque puede que estén en la montaña de papel higiénico que ha acaparado uno ansiosamente respondiendo a un impulso irreprimible a la par que estúpido.

Bueno ¡pues nada! que estamos al principio de un larguísimo ostracismo que hay que llenar de algún modo. 

Por ejemplo redactando paridas como la presente.

¡O haciendo los dibujos que había quedado en hacer! 

Y tantas y tantas cosas...

Que nunca se está solo, que a uno nunca le falta la propia compañía.

Que para que no le falle a uno...

Tiene que mimarla!

Como a todas.




No hay comentarios: