Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

lunes, 21 de diciembre de 2020

Como el cangrejo.

DECEPCIONANTE.

Verdaderamente he conocido tres regímenes políticos en España:

la dictadura, el bipartidismo y el pluripartidismo.

De la dictadura, que sufrí casi entera, desde 1940 ¡qué voy a decir! Truculenta al principio y tecnócrata al final. Pero con ejecuciones en la despedida, no se fuera uno a creer que todo el monte es orégano.

La restauración de la democracia, dramática y milagrosa.

Donde se reconciliaron  los extremos más irreconciliable

¡Admirable!

Y esta clase de pluripartidismo que estamos sufriendo ahora, francamente penoso.

El pluripartidismo está muy bien

pero hay que saber hacerlo.

Hay democracia, pero aletargada.

Los partidos aletargados.

La ciudadanía indefensa ante un sistema en el que los oportunistas se han hecho con el poder.

Porque han hecho de la política una profesión

un mudus vivendi,

cuando lo suyo es que al detentar un cargo político se pida permiso en el curro, al que se vuelva cuando se cese en el cargo.

Y no lo que pasa

que cuando cesan en el cargo se van al paro...

Con lo que se pegan como lapas al sillón...

¡Debería estar prohibido el ejercicio político a los parados!

El resultado es que están las diversas facciones disputándose los garbanzos.

Cada facción con su líder

y cada líder con su rasputín

y el partido de adorno.

Y los ciudadanos en general en un segundo plano.

En vez de estar en el plano principal, que sería lo suyo.

Y la guinda una pandemia llevándose al hoyo durante muchos días a 300.

Y cuando a duras penas nos vamos recuperando...a correr tras la pela...como conciertos multitudinarios de Raphel, verbigracia.

¡Y patrás como el cangrejo!

Vamos a salir de la segunda fase

para entrar en la tercera.

Y un poder político incapaz de arbitrar un sistema compensatorio para salvar el bache.

Lo que se le ocurre es reactivar el consumo en situaciones peligrosas.

El caso es que estamos viviendo un proceso electoralista permanente.

El que está en el poder dirigiendo todos sus esfuerzos en permanecer y repetir tras la próxima.

Y el que está en la oposición dirigiendo todos sus esfuerzos en derribar al gobierno.

Y todos blandiendo las banderas de la incompatibilidad, la división y de la intolerancia.

Los gobernantes parece que no saben que gobiernan para todos

para propios y para extraños.

Y que su obligación consiste en contentar en la medida de lo posible a todos.

Y tratar de recabar la comprensión de los que no han sido contentados.

Porque la oposición no está para oponerse incondicionalmente al gobierno sino para hacer valer su punto de vista y sus intereses cuando venga la ocasión.

Porque desde la oposición "también se gobierna".

Como efecto del presente statu quo las intervenciones orales parlamentaria son a veces de vergüenza ajena. Porque denotan una visceral falta de respeto.

Esta situación es muy decepcionante.

Y no puede conducir a nada bueno.




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