Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

domingo, 6 de diciembre de 2020

Se impone un cambio.


 

NUEVO AÑO NUEVO.

Estamos en la recta final de un año bisiesto y sieso.

Terminará este año, y empezará el siguiente el mismo día en todo el mundo ¡pero a diferente hora!

¿No es raro?

Porque cuando en la noche de año nuevo suene la última campanada en la Puerta del Sol (esta vez se espera desierta por mor de la pandemia) y el respetable se haya tragado la última uva, en la España peninsular y en la balear ya se estará en el 2021 mientras que en la canaria aún se estará todavía, durante una hora, en el 2020.

Y más al oriente habrán llegado al 21 muchas horas antes.

Y más al occidente aún permanecerán en el 20 muchas horas después.

Repito ¿no es raro?

¿No sería lo suyo que en todo el mundo se cambiara de año al mismo tiempo?

¿No sería preferible elegir, aunque fuera por sorteo, un meridiano y atribuirla la hora cero? con lo que todos tendríamos la misma hora.

Se dirá que no sería la "hora solar" más que en un sitio...

¡Pues si la hora solar no es en ningún sitio! 

La cambian de invierno a verano, y ninguna de las dos lo es verdaderamente porque también la han cambiado. Y en países muy grandes alteran el "uso horario". Aparte de que como la Tierra es redonda y tan grande el Año Nuevo en el hemisferio Norte es en invierno y en el Sur en verano. Y en el ecuador siempre es verano y en los polos invierno.  

Con esa hora universal de inicio del año en unos sitios será de noche y en otros de día, por la mañana o por la tarde ¡Y qué más da! Una vez nos pilló el Año Nuevo en Buenos Aires y en la tele hicieron el paripé de simular una celebración de Año Nuevo a las 7 de la tarde para agradar a los telespectadores "gallegos" sería. Y otra vez que nos pilló en Jaipur, que ya no aguantábamos más el coñazo de la fiesta en aquel hotel nos piramos a la piltra a las once y media, mientras nuestra hija decía "serán la 12 en algún sitio".

¿A qué viene todo esto?

Pues que este año, con la jodienda esta del coronavirus, no vamos a quedar con los nuestros ninguna noche y hemos pensado comernos las uvas de día ¡como si estuviéramos en China en el supuesto horario universal!

Para lo cual tendremos que mercarnos un gong. Porque doce golpes con ese instrumento pegarán para el caso mucho mejor que las doce campanadas.

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