LEÑA DE ESTADO.
Me escribe un mail mi amigo
Javier desde Puerto Rico, inquieto, interesándose por nuestra integridad física
porque había visto imágenes en la tele de como la policía la emprendía a
estacazos con los manifestantes ¡Qué espectáculo de alcance mundial! Será para
reforzar la Marca-España, supongo.
¡Qué alarmismo el de ese amigo!
Se podría decir. Pues no, podría haber ocurrido, porque seguro que todos los
que fueron heridos por la policía tendrán amigos. Aparte de que estuvimos mi
hija Ana y yo cantando en un coro del 15M que nos encontramos en la Calle de Alcalá,
en una de las bocacalles tomadas por la policía próxima al Congreso y con sus
sirenas estorbando nuestra música. Mientras que pasaban ululantes las oscuras furgonetas
de la policía.
Me pregunto: Esa saña con la que
se emplearon los policías ¿también fue herencia del gobierno anterior? Pues más
vale que los que dan órdenes a los mandos policiales hubieran heredado algo del
comedimiento, el respeto y la paciencia de los que hicieron gala las
autoridades de entonces durante la larguísima ocupación de la Puerta del Sol.
Comprendo que haya males
difíciles de remediar, como la prima de riesgo, porque claro si nos entrampan
hasta los ojos, nos acabamos por convertir en vacas lecheras estabuladas.
Porque por más que nos expriman tan solo se saca, a duras penas, para pagar los
intereses y siempre estaremos presos de la deuda del principal del que es
imposible liberarse.
También es difícil zafarse de la
situación que plantean los independentistas catalanes ¡Y menos mal que, a trancas
y barrancas el socialismo catalán parece desmarcarse del nacionalismo radical!
Aunque el final aún no se ha visto.
Y también debe ser un mal trago
pasar por la vergüenza de contradecir continuamente las promesas electorales.
Pero lo que se podrían haber
ahorrado sin el menor esfuerzo es el vergonzoso espectáculo, de alcance
universal, ofrecido por esos policías cargando contra una población que se
queja de la insoportable presión a la que se le está sometiendo, del paro
creciente y de los derechos menguantes, manifestando su repudio a una política
torpe e injusta ante la cocina principal de esa política.
Porque con taponar las calles que
dan al Congreso ya hubiera habido bastante. No hacía falta provocar con
policías encapuchados y camuflados entre los manifestantes. Ni ser tan
generosos al repartir leña estatal.
Pero, paradójicamente, con esos
golpes se remachan los argumentos de los golpeados.
4 comentarios:
Querido Tomás: yo estuve en Plaza de España con los que vinieron en autobús, y me entrevistó la Sexta. Me preguntó la periodista: ¿por qué está usted aquí? y estuve a punto de responder: porque vivo cerca. Pero no, dije una serie de razones (todas ellas constitucionales) y cuando acabé (fui precisa y breve) me dijo la periodista que muy bien. Pero no me han sacado.
Luego, viendo los acontecimientos de Atocha, resulta que reconocí a la periodista que acompañaba al cámara al que zurraron. "Las cosas son como son y no son de otra manera". Nos quieren asustar, con miedo a la hecatombe financiera, más el miedo a la policía, la gente se lo piensa antes de salir a la calle.
¿Nos recortarán la pensión? Yo creo que sí. Pero "Virgencita que me quede como estoy"
Un abrazo virtual, Ángela
Pues sí q nos la recortarán, nada más q pasen la elecciones gallegas y vascas.
Yo, desde luego, no he contribuído con mi voto a este expolio.
Bss.
¡Anda tu, ni yo tampoco! De hecho, cuando las elecciones Valencianas vi claro que se nos iba al carajo el Estado del bien-estar.
Yo ya he hecho mis cálculos y tengo que recortar: el café en el bar de la esquina, el periódico y el pienso de primera calidad de la perra.
Ea, beso, Ángela
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