TORPES TIMONELES.
Veo que me he vuelto muy
catalanólogo, porque un día se me ocurrió un post sobre el tema y pensé que no
habría más y vamos por el cuarto.
En realidad es un tema que a mí
me da igual porque a mí las fronteras me la pelan. Por poner un ejemplo: ¡Bastante
me da a mí que Praga o la Toscana estén en el extranjero! Porque en el fondo
pienso que donde yo estoy es mi sitio, y cuando estuve en esos sitios, aunque
fuera solo unos días, me sentía en mi tierra. Porque la gente con la que me
encontraba es como toda la gente, los puentes como todos los puentes, la
cuestas como todas las cuestas, los llanos como todos los llanos y los
edificios como todos. Con sus singularidades ¡claro! si no fuera así no hubiera
ido. Ergo lo de las fronteras no tienen sentido para mí.
Que Cataluña se hace un país
independiente ¡mejor! porque con el mismo esfuerzo va uno al extranjero que
tiene más chispa.
Pero ¿es o no es una nación distinta? ¿es una parte de España
o es un país sometido? Para mí la razón la tiene Ortega, cuando dice que un país, o una nación, no lo hace un idioma,
porque los hay que tienen varios, ni una raza, ni una religión, ni siquiera una
tierra, porque, por ejemplo, la nación judía durante siglos careció de un lugar
propio. Una nación la hace un proyecto o una tarea común, un fin, un objetivo
compartido. Por lo tanto Cataluña será España si tiene ese proyecto común con
las otras regiones españolas, y no lo será si no lo tiene. Y nada más.
¿Qué quiere Mas? Dejar de tirar
del carro, eso es lo que quiere. Quiere el "Concierto Económico" como
los vascos. Y eso ¿qué es? Pues "lo mío mío y lo tuyo entre ambos".
Los vascos recaudan los impuestos
de su territorio, los gastan en su territorio salvo "una parte" para
los "gastos comunes de la nación". Y se dice que mediante
subvenciones recuperan esa "parte" y en definitiva no aportan nada.
Es lo que he oído.
Cataluña quiere lo mismo ¿Y por
qué no?
¿Y por qué no Valencia, Baleares, Andalucía, Extremadura, Madrid, las dos Castillas, etc. etc.?
Porque no saldrían las cuentas. Lo suyo sería que Euskadi dejara de tener ese privilegio que tiene. Pero no ocurrirá tal cosa. Y mientras perdure el ejemplo perdurará la bronca ¡Esa es la madre del cordero!
¿Y por qué no Valencia, Baleares, Andalucía, Extremadura, Madrid, las dos Castillas, etc. etc.?
Porque no saldrían las cuentas. Lo suyo sería que Euskadi dejara de tener ese privilegio que tiene. Pero no ocurrirá tal cosa. Y mientras perdure el ejemplo perdurará la bronca ¡Esa es la madre del cordero!
Las diversas regiones pueden
estar descontentas con el gobierno que administra los recursos comunes ¡cómo
no! Y la solución parece que sea abrirse. Algunos piensan en ello y otros no. Pero
lo suyo es que antes de intentarlo habría que pensárselo dos veces. Primero
porque lo que parece posible a lo mejor no lo es tanto y segundo porque puede
ser peor el remedio que la enfermedad.
Lo que ocurre es que la
"independencia" puede que no sea más que una mera amenaza, una
"palanqueta" que solo funciona en cuanto amenaza, que en cuanto
realidad se quiebra.
Para los que no son independentistas
la cohesión nacional es deseable. Y piensan que se logra amarrándola a tope,
blindándola con una Constitución hermética.
¡Craso error! Para que la
cohesión nacional cause su efecto la Constitución ha de estar sueltita. La
Constitución, que es la bitácora nacional, ha de flotar con toda libertad ¡si
no se rompe! Y si se rompe ¡la cagamos!
¿Cómo es una bitácora? Es una
brújula que flota en un recipiente lleno de líquido por lo que se mueve
libremente, salvo en lo que se refiere a su atavismo por el norte, quedando compensados los movimientos que tienden a perturbarla. Ese
recipiente cuelga, mediante un eje móvil, de un anillo de modo que puede girar debido a dicho eje. Ese anillo
está articulado en otro anillo del mismo modo con el eje en dirección
perpendicular a la del anterior. Y este segundo anillo de modo análogo está
articulado al cuerpo de la bitácora.
Ergo la brújula es libérrima y
está a salvo de cualquier alteración que sufra la nave. Esta se puede tumbar,
ponerse de pie, agitarse, zozobrar, pero la brújula permanece horizontal,
señalando al norte imperturbablemente y el rumbo no se pierde.
Lo peor que tienen nuestros timoneles
es que parece que de navegación entienden poco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario