PRODUCTIVIDAD VERSUS
EXTRACTIVIDAD.
Vivimos una situación dislocada:
Un paro bestial y ascendente, un retroceso de los derechos de la
población, despidos y desahucios
rutinarios, una clase política hipertrofiada que se dedica principalmente a la extractividad, como dice en su magnífico
artículo César Molinas http://politica.elpais.com/politica/2012/09/08/actualidad/1347129185_745267.html
También muchos banqueros y empresarios son extractistas a tope porque no están interesados en contribuir al progreso general y de paso forrarse. Sino a extraer ¡como sea! los recursos de la población, unos inversores que invierten en extorsionar a los estados y a quienes estén en apuros ¡un horror! Y mucha gente que no quiere dar golpe.
También muchos banqueros y empresarios son extractistas a tope porque no están interesados en contribuir al progreso general y de paso forrarse. Sino a extraer ¡como sea! los recursos de la población, unos inversores que invierten en extorsionar a los estados y a quienes estén en apuros ¡un horror! Y mucha gente que no quiere dar golpe.
Seguramente a este mal le pasa
como a la gota, que duele mucho después de que el ataque se haya producido. De
modo que los pacientes no notan la enfermedad cuando les ataca sino más tarde
cuando el dolor les deja baldados.
¿Y por qué ocurre esto?
En mi opinión porque se confunden
dos conceptos totalmente distintos: productividad y extractividad, y se opta
por lo más cómodo, que es timar en vez de trabajar.
Y se confunden porque el efecto
es el mismo: sacar pasta.
La diferencia es con la
productividad la riqueza se crea y en la extractvidad simplemente cambia de
mano.
La riqueza, diferencia de la
materia y de la energía, se crea. Porque lo que es entropía, lo inútil a
efectos prácticos, se convierte en algo útil gracias al trabajo. Por ejemplo,
si un campo abandonado se labra y se siembra produce una cosecha. De ese modo
se crean bienes ¡pero hay que currar!
La extractividad, en el sentido
que aquí le estamos dando, consiste en que alguien se apropia de los recursos
de otro. Por ejemplo: un banco obtiene pasta vendiendo "preferentes"
con una alta rentabilidad muy visible y alto riesgo poco visible. Pero si
vienen mal dadas el dueño de las "preferentes" es el último en resarcirse
de su inversión.
Un ejemplo de actividad puramente
extractiva es robar. El ladrón se apropia de los bienes de su víctima sin que
esta reciba ningún beneficio, sino un gran perjuicio.
Y ¿qué diferencia hay entre un ladrón
que le roba a uno su casa y un banquero que lo desahucia y le quita la casa? Pues que con el ladrón se
queda en paz, mientras que con el banco el que
ha perdido la casa se sigue empeñado, y también sus avalistas.
El timo ha rebasado el ámbito de
los timadores, de los sinvergüenzas, de los sablistas. Noto que ahora está
dispuesto a timarme todo el mundo. Los bancos, las compañías eléctricas, las
compañías telefónicas ¡todos!
...siglo XX cambalache... ¡Pues anda que el XXI!
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