Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

lunes, 17 de septiembre de 2012

Vivir, opíparamente, del cuento.









PRODUCTIVIDAD VERSUS EXTRACTIVIDAD.

Vivimos una situación dislocada: Un paro bestial y ascendente, un retroceso de los derechos de la población,  despidos y desahucios rutinarios, una clase política hipertrofiada que se dedica principalmente a la extractividad, como dice en su magnífico artículo César Molinas http://politica.elpais.com/politica/2012/09/08/actualidad/1347129185_745267.html

También muchos banqueros y  empresarios son extractistas a tope porque no están interesados en contribuir al progreso general y de paso forrarse. Sino a extraer ¡como sea! los recursos de la población, unos inversores que invierten en extorsionar a los estados y a quienes estén en apuros ¡un horror! Y mucha gente que no quiere dar golpe.

Seguramente a este mal le pasa como a la gota, que duele mucho después de que el ataque se haya producido. De modo que los pacientes no notan la enfermedad cuando les ataca sino más tarde cuando el dolor les deja baldados.

¿Y por qué ocurre esto?

En mi opinión porque se confunden dos conceptos totalmente distintos: productividad y extractividad, y se opta por lo más cómodo, que es timar en vez de trabajar.

Y se confunden porque el efecto es el mismo: sacar pasta.

La diferencia es con la productividad la riqueza se crea y en la extractvidad simplemente cambia de mano.

La riqueza, diferencia de la materia y de la energía, se crea. Porque lo que es entropía, lo inútil a efectos prácticos, se convierte en algo útil gracias al trabajo. Por ejemplo, si un campo abandonado se labra y se siembra produce una cosecha. De ese modo se crean bienes ¡pero hay que currar!

La extractividad, en el sentido que aquí le estamos dando, consiste en que alguien se apropia de los recursos de otro. Por ejemplo: un banco obtiene pasta vendiendo "preferentes" con una alta rentabilidad muy visible y alto riesgo poco visible. Pero si vienen mal dadas el dueño de las "preferentes" es el último en resarcirse de su inversión.

Un ejemplo de actividad puramente extractiva es robar. El ladrón se apropia de los bienes de su víctima sin que esta reciba ningún beneficio, sino un gran perjuicio.

Y ¿qué diferencia hay entre un ladrón que le roba a uno su casa y un banquero que lo desahucia y  le quita la casa? Pues que con el ladrón se queda en paz, mientras que con el banco el que  ha perdido la casa se sigue empeñado, y también sus avalistas.

El timo ha rebasado el ámbito de los timadores, de los sinvergüenzas, de los sablistas. Noto que ahora está dispuesto a timarme todo el mundo. Los bancos, las compañías eléctricas, las compañías telefónicas ¡todos!

...siglo XX cambalache... ¡Pues anda que el XXI!


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