¡Cavilando!

LAS TERMINACIONES DE LOS NÚMEROS PRIMOS.

Me fascinan, como a tanta gente, los números primos.

Esos números que no son productos de otros y que forman una serie cuya razón, si es que existe, o pudiera existir, no hay modo de dar con ella. Por lo que se muestra por el momento totalmente salvaje.

La condición de primo no está ligada al sistema numérico de 10 cifras básicas, pero ese es nuestro sistema y a él nos atendremos.

De los números primos de una cifra hay uno que me repugna: el 2, que es par, y ningún otro par puede ser primo. Parece como si se agarra a la definición para estar en tan exclusivo club ¡por mí lo quitaba! porque ningún número terminado en 2 puede ser primo.

Mejor pinta tiene el 5, pero para el caso es lo mismo, porque ningún otro número terminado en 5 puede ser primo, porque todos son múltiplos de 5.

En cambio el 9, que evidentemente no es primo, es la terminación de muchos números primos.

De modo que cualquier número primo ha de terminar necesariamente en 1, 3, 7 ó 9.

Por ello se pueden colocar los números primos en un cuadro de doble entrada.

En la ordenada se colocan las terminaciones: 1, 3, 7, 9.

Y en la accisa el número anterior o los anteriores a la cifra de la terminación.

Pensaba que a lo mejor en esa disposición revelaban su secreto ¡pero no! A lo mejor es que como yo nunca hago sudokus pues no tengo hecho el ojo para descifrar ocultos mensajes.

Pero en cualquier caso esta es una serie misteriosa que parece tener aplicaciones estéticas. Fijaos el juego que da el trozo comprendido entre el 11 y el 109. Tanto en masas 

como en líneas, 

que por otro lado determinan un recorrido.

Por otra parte seguro que también dará juego en el plano sonoro atribuyendo un cromatismo ascendente entre cuatro tonos correspondientes a las terminaciones 1, 3, 7 y 9.

Es interesante ¿no?