¿DINOSAURIOS EN EL
JARDÍN?
Hace tiempo encontré en el jardín
-lo que parecía- un bifaz. http://salterio.blogspot.com.es/2007/08/somos-ocupas-de-la-prehistoria.html.
Hace unos días encontré una de
las dos piedras que aparecen reproducidas. Y más recientemente la otra.
Partimos de la base que de
paleontología no tengo ni zorra, no obstante es evidente que estas piedras
presentan algunas incógnitas que sería interesante despejar. Pero no creo que
podamos llegar a ninguna solución, aunque resulta interesante el mero
planteamiento del problema:
Se trata de dos trozos de roca sedimentaria,
en una de ellas se notan los estratos claramente, puede que sean calizas, con
caras irregulares de fractura ¡salvo que cada una de ellas presenta una
superficie curva totalmente regular!
En la primera que encontré la
superficie regular podría ser cilíndrica, con lo que podría tratarse de un
fragmento de un testigo, pero no es seguro. Mientras que la curvatura de la
otra no se corresponde en absoluto con un cilindro.
Parece claro que se trata de dos
fósiles de huesos. Probablemente de extremidades. Y por la curvatura y tamaños apreciados
de bichos de buena talla. Bastante más grandes que los humanos probablemente.
¿Dinosaurios del mesozoico?
¿Grandes mamíferos del cenozoico? ¿Habitó una fauna arcaica gigantesca en lo
que hoy es nuestro jardín y nuestro huerto fuencarralero?
Ya sé que todo es muy
especulativo, pero hay testigos incuestionables ¡esas superficies curvas y
lisas que no salen así como así!
De la bifaz citada pudiera ser
que la hubiera fabricado yo y luego lo hubiera olvidado ¡Pero estas piedras no
las he alisado yo ni nadie que yo sepa!
Uno vive en un sitio y no está
solo, hay más habitantes que la familia. Por aquí veo mucho a un horrible gato
amarillento, gordo y fofo que asusto para que no se sienta admitido. Hay otro
gato albino, al que no asusto porque me cae mejor, pero que también es un
polizón. También hay muchas lagartijas que corren como alma que lleva el diablo
y salamanquesas que se pasean lentamente por el techo del porche y a veces se
meten en casa. En tales casos las capturo con cuidado y las devuelvo al exterior,
para que no asusten a otros habitantes de la casa, que son desconfiados con los
reptiles. Echo de menos culebras y galápagos, pero -ya digo- aquí los reptiles
no están bien visto. También hay algunas cucarachas y hormigas que pastorean pulgones, muchos
pájaros, sobre todo mirlos y hurracas. Fondonas palomas, golondrinas en
primavera y loros verdes en verano. Y ruiseñores que cantan fantásticamente,
pero que no acierto a ver.
Y antes habría otros habitantes
ya extinguidos, gente paleolítica. Y mucho antes grandes bestias que dejaron en
forma de fragmento fósil su tarjeta de visita.
4 comentarios:
Qué bueno es tu blog Tomás!!! Cada cierto tiempo me maravilla: qué inteligente, y qué buen artista. A seguir igual
Muchos recuerdos de nuestros días en la maldita selectividad
eva aladro (facultad de periodismo)
Muchas gracias Eva.
Qué alegría saber que seguimos en contacto gracias al blog, ese es el fin que persigo al hacerlo, pero tenemos que vernos de verdad algún día
¡Está claro que la maldita selectividad, de tan dudosa eficacia, ha servido para algo!
¡Uala!, ¿serán huesos de verdad?
Si es que todo está lleno de cosas emocionantes y ni nos damos cuenta...
Desde luego ese jardín cada vez es más paradisiaco...
Claro Ana. Un paraiso no deja de serlo y ya está. Persiste en no dejar de serlo. Y sus precursores se van ¡pero dejan huellas! Q solo se encuentran si se buscan adecuadamente.
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