Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

jueves, 7 de mayo de 2020

Vayamos por partes.



FASES CRONOLÓGICAS DE DESCONFINAMIENTO.

Ya está en marcha un proceso de desescalada del hermético confinamiento al que estábamos sometidos por culpa del maldito bicho este.

Tal proceso tiene una estructura geográfica porque el Gobierno quiere que se efectúe respecto a a las provincias, mientras que otras autoridades prefieren las regiones, o las áreas sanitarias. 

Pero siempre son criterios geográficos o espaciales.

A mí me parece que también habría que tener en cuenta criterios cronológicos. 

Los relativos a las edades de la población porque echando las cuentas sobre lo que dice el periódico resulta que hasta la fecha el 86 % de los muertos son mayores de 70 años.

Dicho de otro modo, la mortalidad entre los menores de 70 años es del 14 %

Por lo tanto puestos a tomar medidas de relajamiento, que no son universales sino sectoriales, no basta con tener en cuenta la incidencia de la epidemia sobre regiones, sino también los sectores de edad que están afectados en grado distinto, de modo que a unos sectores se les debe aplicar un grado de restricción y a otros sectores otros aunque habiten un mismo territorio.

Sobre todo porque dicen acreditados científicos que para julio puede venir un repunte mayor que el inicial, por lo que bajar la guardia puede ser muy peligroso. Pero lo suyo también es afinar las medidas y dirigirlas a los verdaderos objetivos, que hay que descubrir porque no parece que sean universales.

De ser ciertas las estadísticas a las que me he referido habría que acentuar la protección y por ello el mayor aislamiento de los más vulnerables y dejar más libres a los que corren menor peligro, que por otra parte mientras que no haya muchos contagiados no se producirá el efecto rebaño.

En resumidas cuentas, que tendríamos que quedarnos los viejos encerrados en casa con la pata quebrada. Lo que tiene poca incidencia económica al pertenecer al sector pasivo y estar por ello jubilados.

Mientras que los jóvenes y a los menos viejos pueden estar más libres, para trabajar y para holgar, en sus restaurantes, sus bares, sus paseos y sus excursiones con férulas más suaves, como mascarillas, guantes y manteniendo las distancias sociales.

Lo cual no significaría que volviéramos inmediatamente al estado anterior a la pandemia, pero a una situación más llevadera, en la que la economía empiece a recuperarse.

Y cuando este horrible peligro haya desaparecido volver, no a la nueva sino, a la vieja normalidad, la de toda la vida.



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