Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

martes, 19 de mayo de 2020

Centrifuguismo.



¡ESTO TIENE QUE TENER UNA EXPLICACIÓN FÁCIL!

Pues eso. Que esto tiene que tener una fácil explicación.

Porque es tan enorme. Tan evidente. Tan inoculto que no puede pasar desapercibida su propia estructura.

Porque los jugadores descubren su juego jugando.

Por aquello de que no hay peor cuña que la de la propia madera, y este nos está haciendo mucho daño, algo tienen que tener en común los virus y los humanos

De ser así ¿qué es?

El oportunismo.

¿Y cuál es la diferencia?

Que los humanos provocan la oportunidad y tras provocada la aprovechan y los virus aprovechan las oportunidades que se encuentran hechas.

Y los pobres virus se aprovechan de las pobres oportunidades que le brindan los murciélagos, los pollos, los cerdos y así van tirando.

Pero si consiguen meterse en los grandes fabricantes y explotadores de oportunidades...

¡Tenemos la que tenemos!

La humanidad se ha especializado en lo gigantesco, lo grandioso, lo macroscópico, lo enorme que provoca la concentración.

Antes la humanidad estaba dispersa, en pequeñas poblaciones que fueron abandonándose y se concentró en grandes urbes. Con grandes centros de producción y grandes centros comerciales. La actividad de la población se centró en trabajar y en consumir, de modo totalmente pasivo. Trabajando en tareas preestablecidas y consumiendo pasivamente según planes preestablecidos. La iniciativa personal reducida al mínimo y sujetas a las ordenes de las minorías pensantes...

El resultado es aparentemente óptimo.

Verdaderamente pésimo.

A la vista está.

Sirviendo esta humanidad de pasto incondicional a una población de virus infinitamente pequeños. Y pasan los meses, se acumulan los muertos y seguimos inermes ante esta terrible plaga. Encerrados como conejos como único recurso de supervivencia...

Hasta que se invente una vacuna y una medicación adecuada y se domeñe este virus...

¡Y asunto concluido!

Pues no.

Porque vendrá otro virus que hará otro tanto...Y luego otro...Y luego otro...

¡Qué pesimismo!

Pues no. Qué realismo.

Porque la única solución que cabe es la dispersión.

Volver a los pueblos vaciados. Trabajar y holgar en ellos.

Y las grandes ciudades dejarlas para lo que sirven. Para ser parques temáticos a los que acudan de vez en cuando. Muy de vez en cuando los habitantes de las ciudades medianas, de los pueblos y de las aldeas.

En nuestro país hay cincuenta provincias con más de cincuenta capitales y ciudades grandes y muchos pueblos pequeños, muchos de ellos encantadores. No es solo Madrid y Barcelona con sus áreas metropolitanas.

Dediquemos los esfuerzos en dispersar no en concentrar, porque la hipeconcentración conduce al desastre.

Si es que no lo vemos es que estamos ciegos.




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