Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

sábado, 9 de mayo de 2020

Solos no. Mal acompañados.




LILIPUTIENSES DE OTROS MUNDOS.

Los defensores del BIG BANG creen que el Universo se originó hace 13.700.000.000 de años.

¡Pero yo no me lo creo!

Porque yo soy seguidor de Fred Hoyle. Que, curiosamente, fue quien acuñó el concepto BIG BANG, como burla de esa doctrina. Porque es defensor del Universo Estacionario que siempre ha estado y siempre estará como está ahora. Y de la "Panspermia" según la cual el Universo está inundado de vida y que aquí tenemos la que nos corresponde pero no tenemos la vida en exclusiva.

Todo esto ni me lo creo ni me dejo lo de creer, pero lo del BING BANG, directamente,  no me lo creo.

En cambio me parece más creíble que la Tierra se originara hace entre 4.700.000.000 y 4.500.000.000 de años.

Y que la vida en la Tierra empezara muy pronto, hace entre 4.200.000.000 y 4.100.000.000  de años.

Y durante todo ese tiempo ha estado habitada por microbios, seres muy pequeños, desde nuestro punto de vista: arqueas, bacterias y hongos. que se miden por micras, que son milésimas de milímetro.

Se suele pensar que estos son habitantes del pasado

¡Pues no!

Porque calculan que actualmente la Tierra está habitada por un nonomillón de microbios,

1.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000 (un uno seguido de 30 ceros)

Toda esta "gente" es muy heterogénea formada por eucariotas, seres unicelulares como arqueas y bacterias, sin núcleo, hongos, procariotas, con núcleo y otros mucho más pequeños, como los virus, que se miden por nanómetros, millonésimas de milímetro. Y es de suponer que habiten por todo el Universo. Por lo que habrá marcianos que sean así microscópicos y no estrafalarios hombres verdes viajando en platillos volantes...

Según la teoría de la Panspermia, proscrita durante mucho tiempo y en estos con muchos e ilustres defensores, estos microbios viajan libremente por el Universo a lomos de cometas y de vientos siderales.

Pero hace 3.500.000.000 de años se produjo una tremenda revolución al surgir microbios con clorofila capaces de descomponer anhídrido carbónico en carbono que asimilaban y vertiendo oxígeno libre a la atmósfera.

Y como el oxígeno es un gas muy venenoso para la mayoría de aquellos habitantes de nuestro planeta se debió producir una escabechina horrorosa. Perecerían la mayor parte hasta que aprendieran a refugiarse en ámbitos sin oxígeno, como por ejemplo nuestro propio intestino y las rocas de Riotinto.

Por aquella época surgieron los procariotas, o células con núcleo que en muchos casos aprendieron a unirse formando seres pluricelulares, dando lugar a poblaciones genuinamente terráqueas. Verdaderos gigantes que se miden por metros, centímetros o milímetros y que ya son demasiado pesados para viajar gratis por el universo en cometas o arrastrados por vientos siderales.

A estas alturas de la película en este planeta convivimos:

Gigantes pluricelulares que se miden por metros centímetros y milímetros, confinados por necesidad en la Tierra.

Enanos unicelulares que se miden por micras que para nada están confinados porque viven aquí o en cualquier otro lugar del Universo.

E infraenanos que se miden por nanómetros como el COVID 19 y no sabemos muy bien si son o no son extraterrestres recién o remotamente llegados...

Pero lo que está meridianamente claro es que a los listillos de la Creación nos están amargando la vida estos liliputienses invisibles.




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