pH
No hay que tirar las cosas porque
sean viejas. Ya que por esa regla de tres habría que tirarme a mí.
El caso es que estoy recuperando seis
viejas sillas. Que estaban renegridas, con un asiento de terciopelo rojo, que
hay que sustituir por otro alegre, elegante y moderno, para que ambienten
adecuadamente mientras no los eclipsen posaderas.
Esas sillas son de haya y el
respaldo tiene una cierta gracia de "art decó" chapado de nogal por
delante y desastrado por detrás, que yo he chapado también de haya, para
adecentarlo y disimularlo.
Para decapar aquello caben dos
soluciones: la física y la química. La masculina y la femenina, pienso, porque los
asesinos si son hombres matan a hachazos,
apuñalando o a tiros. Mientras que si son mujeres matan más suavemente, envenenando.
Primero opté por la física, pero
es muy trabajosa, porque hay que rebajar la madera de dura haya. Luego probé
con la química, a base de sosa cáustica. Que viene en gruesos, blancos y
brillantes cristales de sal que cuando reciben el chorro de agua caliente
enfurecen y disparan un golpe de humo o de vapor blanco como un pequeño hongo
nuclear. Eso tras la experiencia, porque la primera vez se salió todo del
cacharro que la contenía, con el consiguiente descalabro y desconcierto.
Así, mojando el oscuro y reseco
barniz se reblandece y se puede rebañar con un cuchillo o con algo parecido.
Pero la madera queda manchada con
un oscuro velo y hay que recurrir de nuevo al viril procedimiento de lijar y
lijar hasta aclararla.
Es un trabajo menor pero no
pequeño.
En esto se me enciende la
lucecita, porque todo en esta vida es o ácido o alcalino. Y la sosa caústica es
alcalina con ganas. Se me ocurrió pero no lo puse enseguida en práctica. Y
después de mucho raspar me acordé de pronto. Y efectivamente, mojé con vinagre
la tozuda madera y pude decaparla más fácilmente.
Ese milagro químico ya lo había
hecho antes, cuando una dama que vino a visitarnos estaba sufriendo porque una
prenda suya de seda tenía una rebelde mancha de fresa. Pues una de dos, o la
mancha es ácida y se quitará con una solución alcalina o es alcalina y se
quitará en tal caso con una solución ácida. Como habían probado con jabón, que
es alcalino, inútilmente ¡hay que probar con ácido! Y efectivamente con una
gota de vinagre desapareció.
Y es que la mancha de la mora con
una verde se quita. Porque las moras deben ser ácidas en su juventud y alcalinas en su madurez, o viceversa.
Ne es más que el ying y el yang.
Pero es que por aquí nunca se cae en eso.
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