Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

viernes, 27 de septiembre de 2013

El dragón perdido.

HAKU.

Está de moda tener gatos. Nosotros teníamos uno sin tenerlo. Se trata de HAKU.

Apareció en nuestras vidas una noche del verano del 12. Después de que viéramos el Viaje de Chihiro en nuestro cine de verano, tras la última escena con el dragón blanco Haku se apagó la proyección, encendimos las luces, y aparece un gato blanco ¡Haku! ¡Se ha quedado Haku!

Nunca habíamos visto ese gato. Por aquí ronda, o rondaba, un obeso gato amarillento con rayas desdibujadas, como de tigre descolorido, que me cae fatal. Pero a Haku no lo habíamos visto nunca.

Desde entonces Haku fue un asiduo. Sobre todo cuando venían los niños, nuestros nietos. Aparecía rápidamente. A mi chica y a mí nos hacía poco caso, pero aparecía enseguida que venían los niños o mis hijas. También cuando había visitas. Un día vinieron Waldo, Valeríe y Ángel y estuvo toda la comida con nosotros. Ángel decía que indudablemente nos había adoptado. Y que lo mejor que podríamos hacer es dejarnos adoptar. Que parecía hembra y que si no queríamos tener la casa llena de gatitos que la lleváramos al veterinario, la capáramos, y que la admitiéramos sin más reservas.

Tenemos muy claro que tener un animal en casa es una responsabilidad. Así que lo que nos parece mejor es no tenerlo. Nos resistíamos a darle de comer porque eso implicaría darle entrada en casa. Y de dársela habría que apechar con él para lo bueno y para lo malo, y esa era una responsabilidad que no queríamos contraer. Pero estaba tan delgado que cedíamos a la presión de nuestras hijas y le dábamos cosas. Por otra parte cazaba pájaros y lagartijas, aunque, supongo, no con la frecuencia necesaria para mantener una dieta suficiente.

No sabíamos si se trataba de un gato callejero o si tenía casa. Estaba sucio, pero no morroñoso. Como tenía la costumbre de meterse debajo de los coches se manchaba la espalda, pero por lo demás estaba limpio.

Mi hija Ana hace muñecos de tela y uno de ellos KOIKO es un pez para que jueguen los gatos, y lo probaba con Haku, y hacía fotos del muñeco con el gato para las "promociones". Haku se prestaba solícito a las sesiones fotográficas.



Pero un día caímos en la cuenta de que Haku no aparecía. Que venían los niños ¡y nada! ¿Le habrá pasado algo? dijo Ana preocupada. Pero Isa, que nos ayuda en casa, nos dijo:

 "Se lo habrán llevado los holandeses".

Y es que en la casa de al lado vivían unos holandeses que se mudaron con gran aparato de camiones y a lo mejor era de ellos y se lo llevaron. Eso nos ha tranquilizado, aunque se despidiera a la francesa, porque a lo mejor se despidió a la holandesa o a la gatuna y nosotros, sin saber comprenderlo, ni nos enteramos.

De todos modos persiste un punto de tristeza, porque la explicación holandesa no es segura.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Jo, espero que Haku esté en Holanda... ¡Le vamos a echar de menos! Y tantas latitas que había conseguido para él (o ella)... A ver si aparece otro gato misterioso y simpático, porque en realidad Haku fue nuestro segundo gato okupa. Al primero le llamamos Miércoles, aunque no tuvimos tanta relación como con Haku. Y también nos lo mangaron unos holandeses, ¿no? O_o

Ana dijo...

¡Era yo la del comentario de antes! ^^

saltes dijo...

Sí, era una holandesa guarrona q creía q teníamos a Miércoles raptado en casa y metía el gaznate por la puerta y lo llamaba a gritos ¡¡¡TOM, TOM!!! (parece q el gato se llamaba igual q yo, pero en holandés) cuando ella se había pirado de vacaciones dejando abandonado al felino...