HAKU.
Está de moda tener gatos.
Nosotros teníamos uno sin tenerlo. Se trata de HAKU.
Apareció en nuestras vidas una
noche del verano del 12. Después de que viéramos el Viaje de Chihiro en nuestro
cine de verano, tras la última escena con el dragón blanco Haku se apagó la
proyección, encendimos las luces, y aparece un gato blanco ¡Haku! ¡Se ha
quedado Haku!
Nunca habíamos visto ese gato.
Por aquí ronda, o rondaba, un obeso gato amarillento con rayas desdibujadas,
como de tigre descolorido, que me cae fatal. Pero a Haku no lo habíamos visto
nunca.
Desde entonces Haku fue un
asiduo. Sobre todo cuando venían los niños, nuestros nietos. Aparecía
rápidamente. A mi chica y a mí nos hacía poco caso, pero aparecía enseguida que
venían los niños o mis hijas. También cuando había visitas. Un día vinieron
Waldo, Valeríe y Ángel y estuvo toda la comida con nosotros. Ángel decía que
indudablemente nos había adoptado. Y que lo mejor que podríamos hacer es
dejarnos adoptar. Que parecía hembra y que si no queríamos tener la casa llena
de gatitos que la lleváramos al veterinario, la capáramos, y que la
admitiéramos sin más reservas.
Tenemos muy claro que tener un
animal en casa es una responsabilidad. Así que lo que nos parece mejor es no
tenerlo. Nos resistíamos a darle de comer porque eso implicaría darle entrada
en casa. Y de dársela habría que apechar con él para lo bueno y para lo malo, y
esa era una responsabilidad que no queríamos contraer. Pero estaba tan delgado
que cedíamos a la presión de nuestras hijas y le dábamos cosas. Por otra parte cazaba
pájaros y lagartijas, aunque, supongo, no con la frecuencia necesaria para
mantener una dieta suficiente.
No sabíamos si se trataba de un
gato callejero o si tenía casa. Estaba sucio, pero no morroñoso. Como tenía la
costumbre de meterse debajo de los coches se manchaba la espalda, pero por lo
demás estaba limpio.
Mi hija Ana hace muñecos de tela
y uno de ellos KOIKO es un pez para que jueguen los gatos, y lo probaba con
Haku, y hacía fotos del muñeco con el gato para las "promociones".
Haku se prestaba solícito a las sesiones fotográficas.
Pero un día caímos en la cuenta
de que Haku no aparecía. Que venían los niños ¡y nada! ¿Le habrá pasado algo?
dijo Ana preocupada. Pero Isa, que nos ayuda en casa, nos dijo:
"Se lo habrán llevado los
holandeses".
Y es que en la casa de al lado
vivían unos holandeses que se mudaron con gran aparato de camiones y a lo mejor
era de ellos y se lo llevaron. Eso nos ha tranquilizado, aunque se despidiera a
la francesa, porque a lo mejor se despidió a la holandesa o a la gatuna y
nosotros, sin saber comprenderlo, ni nos enteramos.
De todos modos persiste un punto
de tristeza, porque la explicación holandesa no es segura.
3 comentarios:
Jo, espero que Haku esté en Holanda... ¡Le vamos a echar de menos! Y tantas latitas que había conseguido para él (o ella)... A ver si aparece otro gato misterioso y simpático, porque en realidad Haku fue nuestro segundo gato okupa. Al primero le llamamos Miércoles, aunque no tuvimos tanta relación como con Haku. Y también nos lo mangaron unos holandeses, ¿no? O_o
¡Era yo la del comentario de antes! ^^
Sí, era una holandesa guarrona q creía q teníamos a Miércoles raptado en casa y metía el gaznate por la puerta y lo llamaba a gritos ¡¡¡TOM, TOM!!! (parece q el gato se llamaba igual q yo, pero en holandés) cuando ella se había pirado de vacaciones dejando abandonado al felino...
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