¡Cómo no reflexionar un poco un día como hoy acerca del tiempo!
¿Qué es el tiempo?
Es la referencia de los cambios que se experimentan en el espacio.
Y ¿qué es el espacio?
Es un sitio con dimensiones.
Y ¿qué son las dimensiones?
Son direcciones referenciales.
El caso es que en el sitio donde se desarrollan nuestras vidas está pautado por las dimensiones y por el tiempo.
El tiempo se mide mediante relojes. Y basados en relojes se hacen los calendarios.
Y ¿qué es un reloj?
Es algo que cambia de modo regular y contable.
Las duraciones son relativas y los relojes las referencias absolutas de esas relatividades. Lo cual es absurdo.
La relatividad es un modo de libertad y lo absoluto es todo lo contrario: coacción, coerción, sometimiento. Y los relojes y los calendarios nos vigilan, nos guían, nos someten.
El tiempo es como el sirviente de Losey que se adueña de su dueño y lo hace su esclavo ¡es lo que suele pasar!
El caso es que las autoridades en un momento dado dicen ¡Vamos a instaurar una Era! A partir de ese momento, o de uno anterior, se instaura atribuyéndosele un hecho significativo. Por ejemplo el nacimiento de Jesucristo. Que, por cierto, no nació a las 0 horas del día 1 de Enero del año 1. Sino que, puestos en ese plan, nació a una hora desconocida, de un día desconocido, de un mes desconocido, de un año incierto a. de C.
Consecuentemente hoy nos encontramos con que esta noche pasamos del 31 de Diciembre de 2011 a 1 de Enero de 2012 ¡Y nos ponemos muy contentos a comer 12 uvas y a beber champán y a darnos besos!
Pues ¿sabéis que os digo?
Que será una chorrada, pero a mí me parece DPM. Porque cualquier ocasión de estar contento tomando uvas, o lo que sea, bebiendo champán o cava o sidra el gaitero y besándose ME PARECE BUENA.
2 comentarios:
¡Feliz año nuevo!
Muchas gracias Floretino. Igualmente ¡Muchas felicidades en el nuevo año!
Publicar un comentario