HERMENEUTICA
Lo que más me llamó la atención del debate del lunes pasado fué el afán de Rubalcaba por desvelar el mensaje oculto de Rajoy. Y el de este por no soltar prenda.
Si Rajoy no quería que el electorado, o una parte, supiera de sus intenciones lo suyo hubiera sido no publicarlas en su programa. Y si las ha publicado no parece lógico que las ocultara con tanto celo.
¿Por qué esa paradoja de decir algo y a la vez querer ocultarlo?
Porque lo que había dicho es una bomba retardada. Que debía pasar desapercibida para muchas personas de las que necesita sus votos, que se lo negarían de saberlo. Y que debía estallar en el momento oportuno, después de las elecciones, cuando fuera demasiado tarde para volverse atrás y además podría argumentar que estaría cumpliendo lo escrito en el programa.
En cambio expresó hasta la saciedad un silogismo perfecto:
El Estado no puede crear todo el empleo necesario.
Lo crean los empresarios.
Ergo ayudando a los empresarios disminuará el paro y crecerá el empleo.
¿Cuales son los temores de la población que no es empresaria?
No creo que ahí esté el peligro, porque de ganar la derecha privatizaría muy poco, porque ya está privatizado casi todo. Y además los socialistas han privatizado mucho ¿Entonces?
El verdadero peligro lo constituyen las externalizaciones.
Veamos por ejemplo: Privatizar la sanidad consistiría en que el Estado se desentendería de la sanidad. De modo que cuando uno se pusiera malo iría a un médico de pago o en previsión suscribiría una póliza de seguro médico que tendría que pagar de su bolsillo. Privatizar la enseñanza consistiría en que al no haber escuelas púbicas quien quisiera llevar a sus hijos al colegio tendría que pagar una escuela privada. Y ¿qué ocurriría? Que muchos se morirían de su enfermedad si no pudieran pagar su curación, que es lo que pasa en los Estados Unidos, y muchos no podrían mandar a sus hijos al colegio o los mandarían a unos que serían unas birrias ¡Eso, y no otra cosa, es privatizar!
¡Pero ni la derecha ni los ricos de aquí son tan tontos como para promover semejante cosa!
Desde su punto de vista la gente está debidamente estabulada en los centros de salud y en las escuelas ales. Privatizar sería desbaratar el sistema, con lo que la clientela, hoy cautiva, se dispersaría. Mientras que externalizando se privatiza tan solo la explotación, con lo que la estructura se mantiene y se convierten en negocios privados los que hoy son organismos productivos del Estado.
Y entonces ¿que es lo que tan celosamente mantenía oculto Rajoy de su programa? Los recortes sociales y salariales que aplicaría al electorado de medio pelo llegado al caso. Y cuando protestaran argumentaría ¡Si está en el programa que habeis votado!
La verdad es que no sé cuanto éxito habrá tenido el hermenéutico Rubalcaba en su empeño por desenmascarar a Rajoy.
El 20N saldremos de dudas.
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