Este post nº 186 del Salterio se lo dedico a Ana, quien me ha hecho caer en la cuenta de esta realidad insospechada. Al haber tenido ocasión de experimentarla recientemente.
LA COSMOTRIVIALIDAD.
Estamos aquí engolfados en triviales preocupaciones sin caer en la cuenta de lo cosmológica que es nuestra vida. Por ejemplo: se cae algo al suelo ¡joder! exclamamos contrariados. Y no nos damos cuenta de que es el centro de la tierra que como un poderoso imán atrae a todo bicho y a toda cosa ¡pura cosmología!
Ponemos una plomada y se estira la cuerda describiendo una perfecta perpendicular porque ese peso es firmemente atraído por el núcleo terrestre.
Podríamos afirmar erróneamente que todas las plomadas tienen sus cuerdas paralelas entre sí. Y no es verdad porque todas las direcciones que marcan concurren en el centro de la Tierra y las de aquí y las de América serán oblicuas. Pero claro como comparamos las plomadas de aquí, que aunque sean oblicuas lo son tan poco que no podemos notarlo.
Universalizamos muy alegremente. El sol sale por levante y se pone por poniente. Por otra parte, sabe uno perfectamente que el sur de una casa es luminoso y el norte sombrío. Por las ventanas del Este entra el sol por la mañana y por las del Oeste entra por la tarde. Por las del Sur entra mucho sol cambiante porque las sombras por la mañana van hacia el oeste y por la tarde hacia el este. Mientras que por las ventanas del Norte entra menos luz, pero es más constante.
Como os decía hace unos días ¡Eso ocurre en España y en todo el hemisferio septentrional! Porque en Chile y en todo el hemisferio austral es al revés. Donde la cara norte es la más iluminada y variable y la sur menos iluminada y constante. Porque si la Tierra es una esfera que presenta a Sol su panza, una casa del hemisferio norte tiene más iluminada la fachada sur y una del hemisferio sur la norte ¡Es lógico!
Hasta hace muy poco nunca había oído hablar de ese fenómeno. Mientras que sí de otro menos importante: que el agua que sale por el sumidero de un lavabo. En el hemisferio norte gira según las agujas del reloj, mientras que en el sur es al contrario. Y que ese giro es debido al impulso que produce la rotación de la Tierra.
No sé cuál es la explicación, pero supongo que si un disco gira según un sentido, si se mira por una cara se observa el sentido contrario del observado por la otra. Luego los sumideros se ven desde un lado en un hemisferio y desde el otro en el otro. Luego si en uno es dextrógiro en el otro será levógiro.
Es tremendo, pero lo que puede verse y sentirse a las distintas horas del día son el efecto del giro de la tierra sobre su propio eje. Y el calor y la luminosidad del verano y la oscuridad y frío del invierno el efecto del giro de la tierra alrededor del sol a causa de que el eje terrestre está inclinado respecto al plano, que de existir, seccionaría ambos astros. De modo que cuando el Sol da de lleno es verano y cuando da de refilón es invierno. Y cuando en un hemisferio es verano en el otro invierno ¡parece increíble!
Otro trivial fenómeno, ya tratado en este blog, es el de los eclipses. Que consiste en que un astro oculta a otro y lo deja oscuro. Si la Luna se interpone entre la Tierra y el Sol, este queda oculto y tenemos un eclipse de Sol. Si la Tierra se interpone entre el Sol y la Luna esta queda oculta y tenemos un eclipse de Luna.
Ambas clases de eclipses son raros y se producen muy de tarde en tarde. Pero hay un eclipse que es muy frecuente, porque es diario. Ya que la Tierra oculta al Sol para los que en la propia Tierra están en la parte más retirada del Astro Rey. Por lo que cada día contemplan un eclipse total de Sol llamado Noche y dos parciales llamados Aurora y Ocaso.
Y lo más increíble de todo es que cosas tan corrientes pasen desapercibidas o se ignoren lisa y llanamente ¡Y sobre todo es sorprendente que no se caiga en la cuenta de que son cosmológicas!
LA COSMOTRIVIALIDAD.
Estamos aquí engolfados en triviales preocupaciones sin caer en la cuenta de lo cosmológica que es nuestra vida. Por ejemplo: se cae algo al suelo ¡joder! exclamamos contrariados. Y no nos damos cuenta de que es el centro de la tierra que como un poderoso imán atrae a todo bicho y a toda cosa ¡pura cosmología!
Ponemos una plomada y se estira la cuerda describiendo una perfecta perpendicular porque ese peso es firmemente atraído por el núcleo terrestre.
Podríamos afirmar erróneamente que todas las plomadas tienen sus cuerdas paralelas entre sí. Y no es verdad porque todas las direcciones que marcan concurren en el centro de la Tierra y las de aquí y las de América serán oblicuas. Pero claro como comparamos las plomadas de aquí, que aunque sean oblicuas lo son tan poco que no podemos notarlo.
Universalizamos muy alegremente. El sol sale por levante y se pone por poniente. Por otra parte, sabe uno perfectamente que el sur de una casa es luminoso y el norte sombrío. Por las ventanas del Este entra el sol por la mañana y por las del Oeste entra por la tarde. Por las del Sur entra mucho sol cambiante porque las sombras por la mañana van hacia el oeste y por la tarde hacia el este. Mientras que por las ventanas del Norte entra menos luz, pero es más constante.
Como os decía hace unos días ¡Eso ocurre en España y en todo el hemisferio septentrional! Porque en Chile y en todo el hemisferio austral es al revés. Donde la cara norte es la más iluminada y variable y la sur menos iluminada y constante. Porque si la Tierra es una esfera que presenta a Sol su panza, una casa del hemisferio norte tiene más iluminada la fachada sur y una del hemisferio sur la norte ¡Es lógico!
Hasta hace muy poco nunca había oído hablar de ese fenómeno. Mientras que sí de otro menos importante: que el agua que sale por el sumidero de un lavabo. En el hemisferio norte gira según las agujas del reloj, mientras que en el sur es al contrario. Y que ese giro es debido al impulso que produce la rotación de la Tierra.
No sé cuál es la explicación, pero supongo que si un disco gira según un sentido, si se mira por una cara se observa el sentido contrario del observado por la otra. Luego los sumideros se ven desde un lado en un hemisferio y desde el otro en el otro. Luego si en uno es dextrógiro en el otro será levógiro.
Es tremendo, pero lo que puede verse y sentirse a las distintas horas del día son el efecto del giro de la tierra sobre su propio eje. Y el calor y la luminosidad del verano y la oscuridad y frío del invierno el efecto del giro de la tierra alrededor del sol a causa de que el eje terrestre está inclinado respecto al plano, que de existir, seccionaría ambos astros. De modo que cuando el Sol da de lleno es verano y cuando da de refilón es invierno. Y cuando en un hemisferio es verano en el otro invierno ¡parece increíble!
Otro trivial fenómeno, ya tratado en este blog, es el de los eclipses. Que consiste en que un astro oculta a otro y lo deja oscuro. Si la Luna se interpone entre la Tierra y el Sol, este queda oculto y tenemos un eclipse de Sol. Si la Tierra se interpone entre el Sol y la Luna esta queda oculta y tenemos un eclipse de Luna.
Ambas clases de eclipses son raros y se producen muy de tarde en tarde. Pero hay un eclipse que es muy frecuente, porque es diario. Ya que la Tierra oculta al Sol para los que en la propia Tierra están en la parte más retirada del Astro Rey. Por lo que cada día contemplan un eclipse total de Sol llamado Noche y dos parciales llamados Aurora y Ocaso.
Y lo más increíble de todo es que cosas tan corrientes pasen desapercibidas o se ignoren lisa y llanamente ¡Y sobre todo es sorprendente que no se caiga en la cuenta de que son cosmológicas!
4 comentarios:
Hola Saltés! hacía tiempo que no visitaba tu blog que sigue tan interesante como siempre. He leído hace poco "Modos de Ver" de John Berger que empieza con un cuadro de Magritte llamado si no recuerdo mal, "el origen de los sueños" y que explica un extraño fenomeno: sabemos muchas cosas a ciencia cierta, que siempre se repiten, da el ejemplo del sol sale por el este y se oculta por el oste y sin embargo cuando contemplamos un amanecer o un atarcer lo que percivimos nunca casa del todo bien con la explicacion que conocemos. Supongo que habla de un desfase entre el objeto y nuestra percepcion del mismo. De alguna manera viajar al sur intensifica ese desfase no?
Edu ¡q alegría seber de tí!
Hay algo q no nos damos cuenta q pasa. Y no obstante ¡es lo q pasa!
Lo q vemos nunca lo habíamos visto antes y nunca lo volveremos a ver.
Incluso las cosas fijas como una casa, un rótulo, o un escaparate. Lo vemos con otra luz, con otra temperatura, con otra gente alrededor, un poco más viejo.
Las cosas parecidas no son iguales. Tus llaves serán parecidas a las mías, pero abren cerraduras distintas.
Y las mismas palabras sirven para designar cosas totalmente distintas.
La realidad es fugaz y remplazada por otra realidad distinta igualmente fugaz.
Uno puede pensar que ese desfile se detendrá cuando uno la diñe.
Pero esos desfiles no cesarán jamás y uno diñao no puede ver q lo está, con lo q no tiene q tener amargura ni miedo por un panorama horrible q nunca va a ver.
¡Sí, Edu! Yo nunca había viajado al hemisferio sur, y lo del sol por el norte, aunque es evidente, me dejó alucinada. Me pregunto cómo será en el Ecuador... ¿Todo iluminado desde arriba, sin que tenga sentido norte o sur?
(Lo del giro del agua del retrete en sentido contrario también está comprobado).
Tampoco estuve en la zona ecuatorial, por lo que no podría testificar. Pero si en la tropical que está más cerca del ecuador q España, concretamente en Puerto Rico durante 3 años.
Allí todo es más regular y exacto.
Verdaderamente siempre es verano. No hay más q una sola estación, porq como no hay tren, tampoco está la ferroviaria.
Amanece a las 6 de la mañana y anochece a las 6 de la tarde duraurante todo el año. Y cuando amanece y anochece no se gasta un rato en el proceso ¡como si enciende o apagan la luz!
El termómetro parece q está pintado, no varía nunca.
Llueve todos los días a la misma hora. Aunq más en la estación de lluvias.
Se nota el mes en q se vive por los árboles según estén pelados, con flores, con hojas o con frutos.
A mí tal cartesianismo me encanta. Lo q me tiene amargado es el acechante invierno que lo sumerge a uno en el frio y en la oscuridad.
A mi, la verda
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