Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

domingo, 26 de abril de 2009

Es mejor el caldo de la gallina joven.

Este post 113 del Salterio, y 2º del 2º año se lo dedico a Sol que hoy es su cumple.

EL TUBER.



Ahora no soy rico, pero es que antes, de estudiante, era pobre. Y la verdad es que no estaba tan mal. Claro que ser veinteañero pobre, como veinteañero casi cualquier cosa no es que esté mal, es que está muy bien.

Como os contaré, me he acordado de mi pobreza y del tuber porque resulta que no me da tiempo para ir a comer a casa y me he metido en una cafetería en Alberto Aguilera 42 a comer solo. Cosa que me jode soberanamente.

Digo que ser joven pobre, desde la perspectiva de mayor no rico, está bien. Pero parece que desde la perspectiva de rico – riquísimo está igualmente bien.

Me lo comentaba mi amigo Pove que un día mientras pintaba estaba escuchando una entrevista que le hacían a Fernando Botero en la radio porque estaban hablando de gordos. Le preguntaron que si era verdad que tenía un Jaguar. Respondió que no. Que tenía dos. Y qué tal eso de ser tan rico. A lo que respondió que parecido a ser pobre. Que decía eso porque cuando era estudiante de bellas artes en Madrid -exactamente igual que yo unos años más tarde- era pobre, y que no recordaba que por eso fuera infeliz. No más infeliz que cuando fue rico. Mi experiencia me autoriza a dar fe de lo primero, pero no de lo segundo, aunque me lo creo.

A lo mejor nunca habéis sido pobre y no sabéis qué es eso, os daré unas indicaciones.

En donde viven los pobres no hay cuarto de baño por lo que se tienen que bañar en los baños públicos. Yo iba a los de la glorieta de Embajadores que son del ayuntamiento o a unos privados de la plaza de Ópera, los Baños de Oriente. Para comer iba a los comedores del SEU, los universitarios, o a restaurantes ínfimos pero baratísimos. La comida en esos restaurantes estaba muy bien, aunque no siempre, mientras que la del SEU era buenísima siempre.

Uno de los sitios –el peor de todos- en que iba a comer ¡porque era baratísimo! recuerdo que estaba en el 4º piso, sin ascensor, de Alberto Aguilera 40, por eso me he acordado. Pero es que miré y no vi el 40. No se que habrá pasado.

Ese lugar era un piso antiguo del que habían sacado todo el mobiliario: camas, lámparas, mesillas de noche, sillas, sillones, mesa de comedor, aparador etc. y habían hacinado todas las habitaciones con mesitas abarrotadas de estudiantes. Y muchos que esperando de pie acudían rápidamente a reemplazar a los que se levantaban porque habían terminado. De la comida lo único que recuerdo es que lo huevos fritos eran pequeñísimos.

A la vuelta de unas vacaciones en el tren íbamos un grupo de estudiantes y uno de ellos me conocía. Intenté hacer memoria pero no me acordaba de él.

Te he visto donde el tuber, me dijo.

Y ¿quién es el tuber?

Pues el del comedor de Alberto Aguilera.

¿El de los huevos fritos tan pequeño?

¡Ese!

No se dónde los compra.

No los compra así, es que los corta por la mitad.

¿Cómo?

Con un cuchillo al rojo vivo.





7 comentarios:

rubensan dijo...

Pues hoy seguro que podría vender los huevos fritos por la mitad como si fueran de codorniz o cualquier cosa exótica y cobrar una pasta...

Saltes dijo...

"Huevos cortados a mano" como el lacón. Ya existen los "huevos rotos".

Ana dijo...

Pues yo creo también que no por tener mucha pasta se es más feliz. Y el de la riqueza es un mito como el de la juventud. Lo único que cuenta, como has dicho otras veces Saltés, es el presente continuo y sacarle partido a la vida con la edad y la pasta que se tenga.
¡Jo,qué fuerte lo de los huevos partidos por la mitad!, pero ¿tenían el mismo aspecto que los huevos enteros solo que más pequeños? Igual es que eran de paloma......... :-)

Saltes dijo...

Ana, creo que la fórmula de la felicidad consiste en saber hacer en todo momento y circunstancia de la necesidad virtud.

A los huevillos aquellos no se les apreciaba ni cicatriz ni asimetría. Pero no tenían la gracia de maqueta que tienen los de perdiz. Eran escuálidos y famélicos.

Los huevos fritos más pequeñitos que he visto nunca los vi en Moguer siendo yo niño. Eran de gorrión o de pájaros de ese porte ¡puro Liliput!

edu dijo...

hola saltés! cuanto tiempo!felíz cumpleaños si cuenta todavía. Estoy desaparecido por un currillo temporal en un estudio donde me aprietan y no tardaré en saber que es eso de los huevos cortados a mano, pero estoy contento.
El caso es que hace poco tuve una conversación sobre caldos de gallina. Hay uno que se llama Aneto y todos los ingredientes y la preparación son naturales y la etica de la empresa inquebrantable. Es carísimo para ser un caldo así que los mortales nos conformamos con el artificial de Gallina Blanca. Pasar de Gallina a Aneto parece un signo inconfundible de progreso, la gente que consume Aneto es en nuestra imaginación feliz, rica y luminosa. Despues de leer tu entrada ya no estoy tan seguro. habría que probar a darles el cambiazo conservando el bonito tetrabrick. Igual no notaban la diferencia.

Saltes dijo...

¡Muchas gracias Edu! Ya lo creo q cuenta. Ya sabes q todos los santos tienen su octava.

¡¡Q alegría saber de tí!!

leí tu comentario esta tarde pero no tenía tiempo para contestar porque me tenía q ir al super.

Cuando vuelvo y me pongo a colocar la compra veo q en el armario -pásmate- ¡¡¡HAY DOS TETRABUIQUES DE CALDO ANETO!!! ¡Y yo ni puta idea! Como el q no tenía ni puta idea de que hablaba y escribía en prosa.

Dices que si meten caldo corriente en un evase de Aneto cualquiera se cree que es genuino Aneto ¡seguro! así como, puedo dar fe de ello, que el caldo Aneto te parece caldo corriente. Es q debe ser totalmente corriente.

En cuanto al diseño del envase ¡una ful de Estambul!

Ana dijo...

¡Hola Edu!
Menos mal que Saltés no para de publicar entradas, que si no igual te pierdo la pista... Últimamente no te he visto en el Círculo. Me imagino que por tu curro nuevo.
Yo de momento sigo con trabajo pero la cosa está chunga... Así que ya veo al Tuber reabierto, y todos alli compartiendo los semihuevos. Pero felices, eso sí... :-)