Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

sábado, 25 de julio de 2020

Cambiar de rollo.



LA PERNICIOSA MEGALOMANÍA.

Pone mi amiga Lola en Facebook una cita de la revista de humor francesa Charlie Hebdo en la que se dice que la cuarentena impuesta como defensa del COBID 19 demuestra tres cosas:

1.- Que la economía se derrumba tan pronto como deja de vender cosas inútiles a personas endeudadas.

2.- Que es perfectamente posible reducir la contaminación.

3.- Que las personas peor pagadas del país son los más esenciales para su funcionamiento.

Mucho me temo que todo eso es verdad. Por lo que o maniobramos en consecuencia  o estaremos totalmente perdidos.

El problema es que:

Por una parte, el crecimiento rápido de la economía pasa por la aglomeración. Es decir que acumulando una población muy grande en un espacio relativamente reducido se tiene a mano mucha gente que está en el doble papel de PRODUCTOR y CONSUMIDOR.

Aunque asimétricamente, porque cuanto más consumidores  y menor gasto de producción, mayor beneficio económico. Luego se tiende a ahorrar en sueldos de los trabajadores. Por lo que sobran productores pero siempre faltan consumidores. Por lo que se incrementan los parados, estacionales o permanentes. Estos parados lo están como productores, pero no como consumidores y para mantenerlos en activo, como consumidores, tienen que estar auxiliados por un sistema de asistencia social.

Sistema administrado por la clase política, que mantendrá sus empleos mientras que sean votados por la población. Que está formada por ciudadanos que son consumidores, productores o parados.

Por otra parte las pandemias, como la que estamos padeciendo, y las que puede que estén llamando a la puerta, también pasa por la aglomeración.

Aglomeración que es de dos clases: estática y dinámica. Estática la de las grandes urbes y dinámica la de los transporte masivos, que son mayoritarios, que intercambia gente dentro de una urbe o entre ellas.

Esa megalomanía no afecta tan solo a los "perversos" capitalistas ¡afecta a todo el mundo! porque está bastante generalizada la megalomanía. Si no de dónde las pasiones que desatan el Real Madrid, el Atlético, el Barça etc. Y los macro espectáculos y macrobochinches diurnos y nocturnos.

Ergo nos encontramos atrapados en un terrible dilema: si hacemos lo que nos gusta allí está en COVID 19 dispuesto a aguarnos las fiesta y si no lo hacemos se nos hunde el tenderete, porque la economía está diseñada para multitudes y sin multitudes no funciona ¡lo que dice Charlie Ebdo!

¡Hay que cambiar el rollo de la gramola!

Y eso cuesta. Hay que pasar de concentración y dedicarse a la dispersión.

Y el caso es que antes la dispersión era sinónimo de miseria y ya no.

Habría que recuperar los pueblos abandonados y emplear el esfuerzo colectivo en dotarlos de buenas y espaciosas viviendas, de buenas calles, de buenas carreteras, de una buena red de comunicaciones, porque hoy en día el teletrabajo no es una fantasía, es una realidad y dejar las grandes ciudades sobre todo para el ocio, porque lo paradójico de hoy es que llega el fin de semana y sale todo el mundo de las grandes ciudades, como alma que lleva el diablo, al pueblo o a donde sea. Cuando lo suyo es que viva uno en el pueblo y cuando esté agobiado de tanta quietud y de respirar tanto oxígeno se vaya de asueto a la gran ciudad, al mogollón, a disfrutar del ruido ensordecedor y  a respirar un poco de humo...





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