Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

martes, 8 de septiembre de 2015

¡La papa está caliente!


LA PRUEBA DEL 9.

Soy partidario de que Cataluña siga siendo parte de España. Pero precisamente por eso creo que se impone un referéndum.

Por lo que el gobierno debió desde el principio buscar el modo de realizarlo.

Vivimos un periodo histórico que se caracteriza por un rasgo fundamental: El poder lo legitima la democracia. Y democracia es la voluntad de la mayoría.

Y un sistema democrático siempre debe estar dispuesto a realizar la "prueba del 9". De modo que si una parte notable de la población la pide hay que hacerla. Y está clarísimo que una parte notable de la población catalana, es decir española, la ha pedido.

Ergo tanto los partidarios de la independencia como los partidarios de que Cataluña siga siendo una región española deben someterse a esa prueba y aceptar lealmente el resultado.

Ahora vamos al asunto: Según los datos que se manejan la población catalana favorable a la independencia no llega al 50%, ergo sería insuficiente para cumplir sus propósitos. Mientras que la población favorable a que se consulte parece que sobrepasa con mucho ese 50%.

Y lo peor de todo es que se está produciendo una "transustanciación" porque poco a poco, o mucho a mucho, se van identificando los partidarios del referéndum con los partidarios de la independencia.
Y mientras Rajoy y su gobierno permanecen inamovibles en su enrocamiento, Mas y sus aliados, con sus marrullerías, le están comiendo la merienda.

Lo que tendría que haber hecho Rajaoy, hace ya mucho tiempo, es promover tal referéndum, y participar en igualdad de condiciones que sus oponentes en su diseño.

Y determinar quienes votan y qué se vota.

Habrá que averiguar primero si la voluntad de independencia afecta a Cataluña entera. Porque podría ocurrir, y a lo mejor ocurre, que los habitantes de alguna o algunas de las provincias o de partes sustanciales de Cataluña quieren seguir formando parte de España. Eso es algo que habría que dilucidar democráticamente ¿o no? Se dirá "¡no se puede romper la nación catalana!". ¿La nación catalana no y la española sí?

Y ¿quiénes votan?

Tendrán que votar los afectados. Y desde luego son afectados catalanes, que tendrán que votar en cualquier caso, porque son afectados tanto si continúan siendo españoles como si dejan de serlo.

Pero no está nada claro que el resto de los españoles no tengan vela en este entierro, puesto que también son afectados. Porque un montón de españoles que hoy viven en España se encontrarían viviendo en el extranjero si se optara por la independencia. Y empresas nacionales radicada en Cataluña, que es parte de nuestro país pasarían a estar radicadas en el extranjero. Es algo que habrá que determinarse con acuerdos entre ambas partes y habrá que dilucidar si votan todos los españoles o solo los que estén censados en Cataluña.

Y qué porcentaje de votos favorables a la independencia serán necesarios, porque según las recientes declaraciones de los líderes independentistas con menos del 50 % de los votos ya sería suficiente.

Ergo si el Gobierno de España se niega, como ha hecho hasta ahora, a la celebración del referéndum nada de esto puede discutir. Y el diseño de tal referéndum corre a cargo exclusivamente de los independentistas, lo cual tendría que ser inaceptable para el Gobierno de España.

Que manteniéndose enrocado se va a impedir el referéndum es algo que cada vez está menos claro.

Y cada vez está más claro que no se puede rehusar esa prueba, porque pudiera ocurrir que se llegara a un punto en que ya fuera demasiado tarde. Con su conducta pasota el gobierno está favoreciendo la independencia.

Mas y Oriol Junqueras tienen a un valioso aliado, Rajoy. Que lo sea involuntariamente es lo de menos. El caso es que lo es. habrá independencia o no la habrá pero el marronazo no es un futurible ¡ya está aquí!


3 comentarios:

Rubensan dijo...

Hola socio, ¡cuánto tiempo que no escribía por aquí!

Has enunciado una definición que para mí es insuficiente, pero es como la asume actualmente casi todo el mundo, y eso es desde mi punto de vista uno de las raíces de los problemas políticos actuales, en muchos ámbitos. Me refiero a "democracia es la voluntad de la mayoría". Si eso se entiende, y así se entiende en muchas ocasiones, como que la mitad más uno está legitimada para imponer a la mitad menos uno cualquier cosa, sin respetar ningún otro principio (la tiranía de la mayoría), para mí eso no es democracia, y si eso es democracia yo no la quiero. Desde mi punto de vista hay dos cosas, que deberían estar relacionadas entre sí, que están por encima de esa voluntad de la mayoría. Son el respeto a la legalidad y a los derechos de los individuos, por muy minoría que sean. Olvidarse de eso y poner por encima de todo la voluntad de la mayoría es un camino claro al totalitarismo, que es poner los objetivos del grupo por encima de los derechos y objetivos del individuo. Es decir, totalitarismo es lo contrario de individualismo. No lo contrario de democracia, como mucha gente piensa.

Esta idea trasladada al caso catalán hace que para mí haya dos cosas más importantes que la voluntad de la mayoría. Por la parte del respeto a la legalidad, está garantizar que lo que se haga sea acorde con la legalidad vigente, en este caso la constitución. Y si esta no permite implementar lo que se quiere hacer, ofrece mecanismos para modificar esa propia legalidad. Hacerlo por esos cauces, y no por las bravas, es una primera premisa ineludible.

La segunda, mucho más importante para mí, es respetar los derechos individuales. Yo creo que un derecho inalienable de todo español debe ser poder seguir siéndolo si ese es su deseo. Si el proceso que se lleve a cabo no garantiza que quien quiera seguir siendo español está en su derecho de serlo, independientemente de dónde haya nacido, de dónde sean sus ancestros y de dónde viva, la solución desde mi punto de vista sería totalmente inaceptable. El gobierno español está en la obligación de defender los derechos e intereses de cada uno de sus súbditos, y no garantizar esta premisa sería una traición para esos ciudadanos. Traición que no sería nueva, ya que España ha cometido esta traición en numerosas ocasiones, la última hace 40 años cuando los españoles que habitaban el Sahara occidental fueron forzados a convertirse en marroquíes sin que el estado hiciera nada para defender su derecho a seguir siendo españoles.

Si esas dos condiciones fundamentales se garantizan, creo que no hay nada de malo en abrir un proceso y considerar la opción de una independencia de Cataluña. De hecho estoy contigo en que la postura del gobierno de mirar hacia otro lado no contribuye a nada bueno. Postura que, por cierto, no sólo es imputable a Rajoy sino también a todos sus antecesores, especialmente Aznar y Zapatero, ya que durante sus gobiernos la cuestión ya era suficientemente relevante como para haberla abordado frontalmente, en lugar de intentar aplazarla y apaciguarla con medidas a medias.

(sí que me enrollo que no me deja publicar el mensaje de una vez; sigo en otro)

Rubensan dijo...

(sigue)

La siguiente cuestión que se plantea es ¿quién debe opinar en ese proceso? Para mí es claro que la totalidad de los españoles, aunque la opinión de los catalanes sea tratada de forma diferente. Ellos deben decidir si quieren independizarse, pero el resto tenemos que consentir en que lo hagan, porque cosas que son propiedad de todos irían a repartirse, y porque algunos ciudadanos (no sólo catalanes) se ven muy afectados por lo que se decida. Ese consentimiento (y también la decisión de los catalanes sobre si independizarse) depende de las condiciones en que se implementase esa independencia, que es algo de lo que se habla muy poco, pero que es muy importante. Por ejemplo, ¿cómo se reparten los activos estatales y la deuda? ¿qué ocurre con los empleados españoles de entidades públicas que pasarían a la república catalana? ¿qué ocurre con los empleados catalanes de entidades públicas que permanecen en el estado español? ¿en qué condiciones quedan los habitantes de Cataluña que opten por seguir siendo españoles?

Quizá deberían celebrarse hasta tres o cuatro referendos. El primero, sólo en Cataluña, para decidir si quieren la independencia y abrir la negociación de esas condiciones. En caso afirmativo el gobierno de España negociaría con alguien (no tengo muy claro si el gobierno de la generalitat es quien está legitimado para esto o habría que hacer aún otra elección para elegir quien negocia) las condiciones en que se plantearía esa independencia. Una vez hayan llegado a un acuerdo, otra consulta, en este caso a nivel nacional, para determinar si esas condiciones son aceptables para los españoles. Y quizá otra consulta en que los catalanes también opinen si son aceptables para ellos.

Para hacer todo eso posiblemente sea necesario modificar previamente la Constitución, que al parecer no permite semejante proceso. No obstante, como sí permite modificarla, es algo que se puede hacer si hay voluntad de resolver la cuestión. Esa voluntad hasta ahora no ha existido, y en esto tengo que dar la razón a los catalanes. El escollo legal es al que se ha agarrado siempre el gobierno español para no hacer nada y hacer caso omiso a todo lo que estaba ocurriendo. Por otro lado, la insistencia de los independentistas en que la decisión puede ser unilateral y el resto no tenemos nada que decir también ha contribuido a que no haya una voluntad de buscar una solución consensuada.

saltes dijo...

¡Q felicidad socio! por tu extenso comentario.

Respecto a muchas de las cuestiones q planteas ya he dado mi opinión y sobre otras la daré próximamente. Pero ahora cuero hablar solamente del asunto de la democracia, al q dedicaré algún post.

La DEMOCRACIA no es más q un procedimiento ¡nada más q eso! con el q se puede acertar y con el q se puede errar. Con el q se puede alcanzar la equidad y con el q se puede perpetrar la inicuidad, como linchar, porq el linchado cae por voluntad de la mayoría de los q están allí ¡claramente!

La DEMOCRACIA se considera algo sagrado, algo q por sí mismo justifica cualquier conducta y eso no puede ser así porq puede derivar en pura barbarie.

Lo q pasa es q ese procedimiento es el único, por exclusión, q puede fundamentar el poder, porq no lo puede detentar alguien designado por Dios. O porq haya acumulado poder de cualquier modo.

Nos tenemos que apañar entre todos "democráticamente" lo cual debe excluir cualquier clase de tiranía. También la tiranía de la mayoría.

Los actos de gobierno deben estar determinados por un "encaje de bolillo" legal, no en el "sentimiento democrático", sobre la marcha, de una mayoría de "iluminas".